(artículo principal)
Los ‘expertos’ culpan a los
discapacitados por desempleo
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El Departamento del Trabajo ha excluido de las estadísticas de la fuerza laboral a millones de personas que quieren trabajar (gráfica arriba). Es esto, no un aumento de trabajos, lo que explica la caída de la tasa de desempleo desde que terminó la recesión. Lo comprueba el hecho de que el porcentaje de la población con trabajo ha quedado en niveles bajos por casi cuatro años (abajo). Algunos medios capitalistas promueven la idea absurda de que la baja de la “participación” laboral la causan en parte trabajadores que prefieren colectar pagos por discapacidad.
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POR BRIAN WILLIAMS
Los artículos sobre el desempleo en Estados Unidos en la prensa capitalista se basan a menudo en datos que el gobierno ha ofuscado para presentar una imagen falsa de que la tasa de desempleo está declinando. Otro enfoque ha sido culpar a los trabajadores del hecho de que los patrones no se sienten inclinados a emplear trabajadores dada la crisis mundial que tiene sus raíces en una disminución de la producción y el comercio.
Un artículo en la edición del 7 de abril del Wall Street Journal titulado “Trabajadores atrapados en pagos por discapacidad impiden la recuperación económica” es un ejemplo de esto último. El artículo de primera plana por Leslie Scism y Jon Hilsenrath presenta una “teoría” que no es más que otro pretexto para atacar a las protecciones sociales que los trabajadores han conquistado en lucha y es un ataque ideológico contra la solidaridad obrera.
“Señales del problema salieron a la luz el viernes, en un terrible informe laboral que mostró que la tasa de participación de la fuerza laboral en Estados Unidos cayó durante el mes pasado a su nivel más bajo desde 1979, una dirección equivocada para una economía que necesita nuevos contingentes de hombres y mujeres trabajadores con empleos para impulsar el crecimiento”, dijo el artículo.
La fuerza laboral es el sector de la población que el gobierno toma en cuenta e incluye a aquellos que están trabajando o buscando empleo. Este dato es utilizado por el Departamento del Trabajo para calcular la tasa oficial de desempleo. Cada mes la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo ha ido eliminando de las cifras oficiales de la fuerza laboral a miles de trabajadores que considera “desanimado”. Como resultado, la tasa de desempleo ha disminuido, mientras que el porcentaje de la población con empleo se ha mantenido en el mismo bajo nivel por casi cuatro años seguidos.
Por ejemplo, en marzo el Departamento del Trabajo reportó una caída en la tasa de desempleo de 7.7 a 7.6 por ciento. Pero este ligero descenso no se debió a que más trabajadores consiguieron trabajo, sino a que el gobierno dejó de contar a casi medio millón de trabajadores.
Según el Departamento del Trabajo, alrededor de 6.4 millones de trabajadores que “actualmente quieren un empleo” no se cuentan como parte de la fuerza laboral.
Pero según Scism y Hilsenrath, la crisis del empleo es un resultado del hecho de que muchos trabajadores se niegan a “participar” en la fuerza laboral. Una razón importante para esto, nos quieren hacer creer, es debido a la pereza de millones de trabajadores que optan por recibir beneficios federales de discapacidad en lugar de buscar trabajo.
El artículo cita a un “experto”, Michael Feroli, el principal economista de J.P. Morgan, que “estima que desde la recesión, la fuga de trabajadores hacia el Programa de Discapacidad del Seguro Social explica tanto como un cuarto de la enigmática caída en las tasas de participación, un éxodo de la fuerza laboral con consecuencias de largo alcance”.
Alto desempleo y un gran número de desempleados de larga duración producen a lo largo una fuerza laboral más pequeña. El problema “enigmático”, se nos dice, no es que los patrones no están contratando o el resultado de una desaceleración mundial en la producción y el comercio capitalistas, sino un crecimiento del ejército de holgazanes. El aumento en las lesiones en el trabajo que resultan de la aceleración del trabajo y otros esquemas de “productividad” ni siquiera se mencionan como un factor.
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