Vol. 78/No. 11      24 de marzo de 2014

Según la Ley de Normas Laborales Justas de 1938, los empleadores pueden obtener autorización del Departamento del Trabajo para establecer “talleres protegidos”, sin un límite mínimo para el salario por hora para los trabajadores discapacitados. Esto permite que las compañías remuneren a estos trabajadores según la opinión de los jefes sobre cuán “productivos” son, comparados con los trabajadores que no son discapacitados.

Este ataque contra los trabajadores y la dignidad humana es descrita en el informe de 2012 del Concilio Nacional sobre la Discapacitación, una agencia federal. En Columbus, Ohio, “una mujer contó su historia de cómo ella, luego de conseguir un empleo en un taller protegido, prometió a su familia que los llevaría a cenar a un restaurante cuando recibiera su primer cheque”, dice el informe. “Ella describió su sorpresa y tristeza al ver su primer cheque, de 38 centavos”.

En la compañía Goodwill Industries, un negocio multimillonario “no lucrativo”, miles de trabajadores discapacitados reciben mucho menos que el salario mínimo federal de 7.25 dólares por hora. Sus salarios suben o bajan según “estudios de productividad” realizados cada seis meses. “Algunos trabajadores de Goodwill en Pennsylvania recibieron salarios tan bajos como de 22, 38 y 41 centavos por hora en 2009”, informó NBC News.

Según la División de Salarios y Horas del Departamento de Trabajo, hay casi 2 mil empleadores autorizados que pagan a más de 216 mil trabajadores salarios por debajo del salario mínimo.
 
 
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