POR DAN FEIN
Y
ILONA GERSH
FERGUSON, Missouri—Unas 300 personas protestaron aquí el 11 de agosto para denunciar la muerte de Michael Brown, de 18 años de edad, quien fue muerto a tiros por un policía dos días antes mientras iba a la casa de su abuela en este suburbio obrero y predominantemente negro de St. Louis.
Los manifestantes marcharon al Departamento de Policía, para exigir que se divulgue el nombre del policía y que le instruyan cargos de homicidio.
“Los policías actúan como juez, jurado y verdugo”, dijo Zaki Baruti de la Organización Universal de Pueblos Africanos en la manifesta-ción organizada por el Comité Ad Hoc para la Justicia en Nombre de Michael Brown.
Los relatos de testigos y la policía son muy diferentes sobre lo que sucedió el 9 de agosto, pero los hechos básicos son inequívocos: Brown estaba desarmado e intentaba huir cuando lo mataron a tiros.
Según Dorian Johnson, quién caminaba con Brown, un policía por poco les golpeó con su coche. El policía agarró a Brown por el cuello, trató de meterlo en el coche, lo amenazó con un arma y le disparó una vez, lo que provocó que los dos trataran de huir. Brown recibió un disparo mientras se alejaba y varias veces más después de dar la vuelta con las manos en alto.
Según una versión breve de la policía, un “encuentro” con los dos llevó a un asalto contra el policía y una lucha por su arma, lo que resultó en el primer disparo.
Los manifestantes corearon, “Sin justicia no hay paz” y “Manos arriba, no disparen”. Al final de la marcha la policía bloqueo la entrada a la estación de policía. Varios oradores hablaron de la necesidad de una manifestación pacífica, que se mantuvo disciplinada y sin violencia policíaca.
A partir del domingo, el día después de la muerte de Brown, miles de personas llenaron las calles para un vigilia en el sitio donde murió Brown. Muchos portaban letreros hechos a mano. Cientos de policías les esperaban con equipo antimotines, rifles y perros policíacos. Más tarde, algunos residentes participaron en disturbios en la avenida West Florissant. Varios negocios fueron destruidos o dañados y saqueados y varios coches de policía dañados. La policía arrestó a casi tres decenas de personas y dispersaron a la gente con gases lacrimógenos y balas de goma.
“Vine a ver si realmente habían suspendido el mitin como se decía en las noticias”, dijo Robert Hamilton. “Me alegro que no lo hicieron, porque el mundo está observando lo que sucede aquí ahora. ¿Cuántas veces se arresta a la policía por disparar a alguien? Nunca. Tenemos que involucrar a más gente, especialmente a los jóvenes. Algunos de ellos van a estar en la calle de una manera u otra. Es mejor si están marchando con nosotros”.
Después de la marcha del lunes, los participantes pasaron por las calles en una caravana de coches hasta el memorial donde murió Brown. En el camino, la caravana pasó por el sitio del saqueo donde había voluntarios que limpiaban los daños y colgaron madera sobre las ventanas rotas de las tiendas.
“Los policías fueron muy agresivos en la vigilia anoche”, dijo Carissa McGraw, de 26 años, gerente de una boutique y una de las voluntarias de limpieza. “Escuché un policía decirle a otro, refiriéndose a mí, ‘Si se mueve, tírala al piso’. Nosotros estábamos protestando el asesinato, pero para algunos se convirtió en el saqueo y la codicia. Dijeron que estaban saqueando por Mike, pero eso no tiene sentido”. “No se trata así ni a un perro”, dijo la madre de Brown, Lesley McSpadden, al noticiero NewsOne el 11 de agosto. La policía “no me dejó identificarlo ni nada”, dijo ella. “Hubo una chica allí que había grabado todo, tomó fotos y ella me mostró una foto en su teléfono… Mi hijo tirado allí de esa manera por ninguna razón”.