Vol. 79/No. 30 24 de agosto de 2015
El movimiento obrero debe luchar para que se abran las fronteras del Reino Unido a los inmigrantes que están huyendo de África y el Medio Oriente. Es una cuestión de vida o muerte para la clase obrera, es parte de los esfuerzos para trazar un curso de lucha de clase obrera para organizar a los trabajadores, los nacidos aquí y en el extranjero, en sindicatos y utilizar el poder sindical para defender nuestros intereses.
La posición antiinmigrante de los partidos capitalistas tiene como meta mantener a los trabajadores extranjeros desmoralizados y mediante la competencia reducir los salarios y las condiciones de vida de todos.
El argumento de que hay pocos recursos es falso. El no construir viviendas, hospitales, escuelas, es parte de la política del gobierno. Pero toda la riqueza de este país es creada por los trabajadores, no importa la nacionalidad.
Los trabajadores necesitamos ir al meollo de esos argumentos y forjar una política obrera independiente. Esto implica rechazar la posición del gobierno y los partidos capitalistas cuando defienden las fronteras británicas —que según ellos son “nuestras” fronteras— de “ellos”, los extranjeros. Como lo hicieron en los años 30 cuando le negaron la entrada al Reino Unido a miles de judíos que venían de Alemania escapando del terror nazi.
El pueblo trabajador no tiene fronteras. No existe un “pueblo británico” sin clase con intereses comunes. El Reino Unido está dividido en clases. “Nosotros” somos los trabajadores, sin importar donde hemos nacido. Los trabajadores en las naciones oprimidas son nuestros aliados contra nuestro enemigo común: los gobernantes imperialistas. Saber quienes son “nosotros” y quienes son “ellos” es el ABC de la política obrera.
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