Muchos trabajadores se detuvieron, complacidos para hablar sobre un punto clave de la campaña del PST: que nuestra clase es capaz de organizarse independientemente de la clase patronal y sus partidos, tanto para confrontar los problemas inmediatos que enfrentamos así como para avanzar hacia la toma del poder político en nuestras propias manos.
El desplome de las tasas de ganancia ha forzado a los patrones a atacar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores por todo el mundo, señaló Kennedy. Esto es lo que está detrás del amplio descontento entre los trabajadores y otros, y que se ve reflejado en el revuelo de las elecciones presidenciales de 2016, y especialmente la respuesta a candidatos “de afuera del sistema” como Donald Trump y Bernie Sanders.
Trump permanece muy por delante en las primarias republicanas, aprovechándose, cuando ataca las mentiras e hipocresía de los candidatos del “sistema”, de la ansiedad, los miedos y la irritación generada por las condiciones de depresión que enfrentan los trabajadores y sectores medios.
La insistencia de Trump de que como hombre de negocios poderoso y hábil puede “hacer que América sea fuerte otra vez”, combinado con las promesas de no comenzar nuevas guerras sobre el terreno, es popular entre muchos trabajadores, incluyendo a veteranos, de los que Trump a menudo dice fueron “tratados horriblemente” por Washington.
Los ataques contra Trump de sus rivales fundados en que no es un “auténtico conservador” demuestran que no comprenden lo que está pasando. Trump es un liberal de Nueva York, un ex demócrata. Cuando Ted Cruz le acusó de defender a Planned Parenthood, Trump respondió que ellos hacen “cosas maravillosas” por la salud de la mujer, aunque ahora dice que se opone al aborto.
Trump dice que aunque él hubiera conseguido un mejor acuerdo, la restauración de relaciones diplomáticas con Cuba lograda por Obama es algo bueno.
Después de su victoria en la primaria en New Hampshire, Trump dijo que las cifras reales de desempleo son mucho mayores que la cifra oficial de 5 por ciento. “Yo he oído recientemente cifras de 42 por ciento”. Esto está más cerca de la verdad de lo que la mayoría de los candidatos burgueses admiten. Menos del 60 por ciento de la población que tiene más de 16 años tienen empleo hoy día, mucho menos que antes de la recesión de 2008 .
“Si tuviéramos un desempleo del 5 por ciento, ¿realmente creen que tendríamos encuentros como éste? pregunta Trump.
“Me despidieron por dos años en 2009 y me llamaron de nuevo al trabajo en 2011”, dijo a Kennedy Dwayne Johnson, un dirigente de equipo en el muelle de recepción afuera de la planta EMD cerca de Chicago. “Ha habido despedidos constantes, uno tras otro, en los últimos años. El sindicato está débil”.
Ejemplo de Revolución Cubana
“Señalamos a Cuba como ejemplo para el pueblo trabajador aquí porque ellos hicieron un revolución, tomaron el poder político, se cambiaron a si mismos al luchar y aprender y establecieron un gobierno que ha gobernado a favor de los intereses del pueblo trabajador, no los de los patrones, durante 65 años”, dijo la candidata del Partido Socialista de los Trabajadores.“Ellos se deshicieron de los casinos”, dijo Johnson.
“Sí”, dijo Kennedy, “y la prostitución”, uno de los pocos “empleos” que había para mujeres antes de la revolución. A través de su participación en la transformación de su sociedad, millones de mujeres, jóvenes, trabajadores agrícolas que solo tenían trabajos durante ciertos periodos del año, y otros, entraron a trabajos productivos, lo opuesto al derroche del potencial humano bajo el sistema de ganancias capitalista.
Ellos discutieron la importancia de apoyar todo esfuerzo del pueblo trabajador para resistir los ataques de los patrones. “Me sumé a las líneas de piquetes en Kohler, Wisconsin, donde miembros del sindicato de los trabajadores automotrices UAW salieron a huelga en noviembre para deshacerse del sistema de dos niveles salariales”, dijo Kennedy. “El convenio que aprobaron todavía tiene dos niveles salariales, pero los sindicalistas ahí sienten que al luchar se unieron más, y tienen más fuerza para las batallas futuras. Tenemos que hacer más de eso”.
“Si, tenemos que unirnos”, dijo Johnson. “Ustedes están haciendo algo bueno”, añadió y se llevó una tarjeta para solicitar una suscripción al Militante.
“Sanders dice que quiere una revolución política”, le dijo un reportero a Kennedy cuando hacía campaña en la calle frente al restaurante Sylvia en Harlem el 10 de febrero. Mucha gente se había reunido allí porque Sanders estaba adentro con el reverendo Al Sharpton para pedirle apoyo a su candidatura.
“Sanders está hablando de reformas que no cambian nada fundamental”, respondió Kennedy. “Necesitamos derrocar el dominio del capital, cambiar la clase que gobierna”.
Las mismas razones que han dado un impulso a Trump han ayudado a lanzar a Sanders como competidor serio para la nominación del Partido Demócrata. Pero Sanders promueve el mismo programa liberal que ha promovido por décadas.
El partido Socialista de los Trabajadores plantea la única alternativa obrera a todos estos políticos capitalistas. Mientras hacía campaña en Nueva York Kennedy invitó a todas las personas con quien habló a unirse a las luchas que avanzan los intereses de los trabajadores hoy.
“Voy a ir a Oregon a apoyar la campaña para ganar la libertad de los Hammonds”, rancheros encarcelados bajo cargos falsos de incendio premeditado, dijo Kennedy. “Estaremos en las líneas de piquetes con los trabajadores que enfrentan un cierre patronal en ATI, participaremos en la protesta del 2 de marzo contra la brutalidad policiaca y en actividades en apoyo al derecho de la mujer a elegir el aborto”.
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