Vol. 81/No. 16 24 de abril de 2017
Cynthia Jaquith, candidata del PST para alcalde de Miami, en protesta en Ft. Lauderdale contra bombardeos de Washington en Siria. Arriba, buque estadounidense lanza misil Tomahawk, similar a los usados en Siria el 6 de abril.
Los 59 misiles mortíferos Tomahawk lanzados por buques de guerra estadounidenses contra una base aérea del gobierno sirio el 6 de abril, intensificarán aún más las guerras de Washington en la región que ya han durado décadas. ¡Exijo que cese el bombardeo! ¡Que se retiren ya las tropas de Washington del Medio Oriente!
Las guerras de Washington contra Iraq y la guerra en Afganistán —la más larga en la historia de Estados Unidos— continúan hoy. La administración de Donald Trump ha continuado el curso de la administración de Barack Obama, aumentando el número de soldados en la región.
El curso es bipartidista. El ataque con misiles de Washington fue aplaudido por los demócratas, el senador de Nueva York Charles Schumer y Hillary Clinton, así como por el Washington Post.
El ataque de Washington ha intensificado la guerra y conducirá a nuevas masacres de trabajadores en Siria y el Medio Oriente. Para los gobernantes capitalistas que deciden las acciones imperialistas estadounidenses dentro y fuera del país sus intereses económicos y políticos son de suprema importancia. El acceso de Washington a recursos, mercados e inversiones —y prevenir cualquier tipo de acción revolucionaria de los trabajadores y agricultores de la región— guía sus acciones.
Al anunciar el ataque, Trump cínicamente exhortó a “todas las naciones civilizadas a unirse a nosotros para poner fin a la matanza y el derramamiento de sangre en Siria”, ignorando desdeñosamente la muerte de más de mil civiles, entre otros, en los bombardeos estadounidenses durante el último año. Las guerras de Washington son las que han provocado y prolongado los combates en toda la región, incluyendo la creación del vacío que llevó al surgimiento del reaccionario Estado Islámico.
El presidente Trump afirma que el ataque con misiles es en respuesta a un ataque con armas químicas contra civiles en días anteriores. Hay evidencia sustancial de que el régimen dictatorial de Bashar al-Assad es el responsable del ataque químico, el cual presentó en bandeja de plata a Washington la oportunidad para intensificar su intervención.
La pretensión de Washington de contar con la autoridad moral es una afrenta a los trabajadores de todas partes. La clase dominante estadounidense es la única potencia que ha utilizado bombas atómicas contra civiles. Ha utilizado napalm y todo tipo de armas de destrucción masiva. Ha impuesto su asfixiante embargo económico contra Cuba durante décadas para castigar a los trabajadores y agricultores de Cuba por su revolución socialista, y más.
Los trabajadores en el Medio Oriente sufren la carnicería de las continuas guerras. En 2011 los trabajadores de Siria organizaron masivas movilizaciones populares por derechos políticos y contra el régimen, pero fueron ahogadas en sangre. Desde entonces, más de 400 mil personas han muerto y 11 millones, más de la mitad de la población, han sido expulsadas de sus hogares.
Los trabajadores en Siria necesitan encontrar un camino hacia adelante, pero la intervención imperialista extranjera es un obstáculo mortal para la lucha por la liberación.
Lo que el pueblo sirio necesita para forjar un partido obrero revolucionario —necesario para tomar el poder— es la solidaridad mundial y el espacio político.
Los trabajadores en Estados Unidos también enfrentan una carnicería. La “nueva normalidad” de los bajos niveles de empleos, de ataques al cuidado de la salud, las pensiones, la seguridad en el trabajo, los derechos políticos y sociales, y de la policía y sistema de “justicia” penal de los gobernantes marcan la vida bajo la actual crisis capitalista. Los empleadores y su gobierno están tratando de aumentar sus tasas de ganancias a costa nuestra.
Entre los más afectados están los trabajadores que se incorporan a las fuerzas armadas imperialistas: mutilados y traumatizados y abandonados a su suerte cuando regresan.
El ataque de Washington contra Siria también sirve como aviso para Corea del Norte. Los portavoces del gobierno estadounidense han dejado claro que están listos a utilizar unilateralmente su poderío militar para causar dolor y sufrimiento al pueblo coreano si ven la oportunidad.
Los gobernantes capitalistas —y sus partidos demócrata y republicano— tienen su política exterior para defender su sistema de lucro capitalista por todos los medios.
Los trabajadores necesitamos nuestra propia política internacionalista de solidaridad con los trabajadores en lucha por todo el mundo. Necesitamos nuestro propio partido político. Eso es lo que el Partido Socialista de los Trabajadores está luchando por construir.
Únase a nosotros para condenar el ataque de Washington contra Siria. Únase a las protestas contra sus guerras. Y exijamos la retirada inmediata de todas las fuerzas militares estadounidenses de Siria y el Medio Oriente.
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