El incendio en la Torre Grenfell puso de relieve el desprecio absoluto de los gobernantes con respecto a la vida de los trabajadores —desde negarse a tomar medidas frente a las múltiples advertencias sobre revestimientos inflamables, salidas de emergencia inadecuadas, falta de aspersores contra incendios y sistemas de alarma defectuosos— la lista continúa creciendo a medida que se conoce la verdad.
Esto no fue “un accidente”. Fue el resultado directo del funcionamiento del capitalismo. Está inextricablemente ligado a la catástrofe más amplia que enfrenta el pueblo trabajador desde la disminución de los salarios reales hasta la inseguridad laboral, la creciente crisis social y las continuas guerras. La única respuesta que tienen los gobernantes capitalistas a su crisis es que los trabajadores paguen por ella, incluso con sus vidas.
Esto está generando mucha ira entre millones de trabajadores. El gobierno, la dirección del Partido Laborista y la clase capitalista temen esta ira. Esta es la fuente de su actual crisis política.
Para desviar la atención del problema, se unen para proclamar los supuestos “valores británicos” —la farsa de que los trabajadores y patrones tienen los mismos intereses— lo cual fue intensificado tras los ataques terroristas en Manchester y Londres. La meta es convencer al pueblo trabajador de que vean a su gobierno, su policía y sus tribunales como nuestros protectores; y lograr la aceptación de la erosión de los derechos políticos. La Torre Grenfell demuestra que no tenemos valores, ni intereses o estilo de vida en común con los gobernantes capitalistas. En lo único que podemos depender es en la acción política independiente de la clase obrera.
Debemos sumarnos a la lucha de los sobrevivientes de la Torre Grenfell que están exigiendo realojamiento inmediato en viviendas de buena calidad en el área y una compensación seria. Los sindicatos deben emprender una campaña masiva —junto con los inquilinos de todo el país— para exigir el desmantelamiento inmediato de los revestimientos, la instalación de aspersores y otras medidas protectoras. Los trabajadores no necesitan el fraude de las largas investigaciones y de “mejores” reglamentaciones o las visitas de líderes partidarios y de la realeza para mostrar que “sentimos su dolor”. El desbordamiento de solidaridad hacia los residentes de Grenfell indica lo que podemos lograr al movilizar la unidad y la fuerza obrera.
Dicho curso allana el camino para la construcción de un partido obrero capaz de derrocar la dictadura del capital y establecer un gobierno que actúe a favor de nuestros intereses de clase. Allana el camino para que los trabajadores nos transformemos, y nos deshagamos de la imagen degradante que los gobernantes se esfuerzan en inculcarnos, y reconozcamos que podemos tomar el poder y organizar la sociedad.
Únase con la Liga Comunista y con la Juventud Socialista en la manifestación nacional el 1 de julio en Londres para exigir acción y plantear la necesidad de una alternativa revolucionaria obrera al dominio capitalista.
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