La explotación colonial de Puerto Rico por parte del imperialismo estadounidense es lo que ha convertido los huracanes Irma y María en una profunda crisis social. El colapso de la decrépita red eléctrica y del deteriorado sistema de salud bajo el peso de las tormentas no son cosas accidentales. Son consecuencias de las decisiones del régimen colonial y las familias gobernantes de Estados Unidos para obligar a la clase trabajadora y los agricultores de Puerto Rico a pagar la deuda de 74 mil millones de dólares.
El Partido Socialista de los Trabajadores exige que se cancele la deuda. ¡Toda! ¡Que se brinde toda la ayuda que Puerto Rico necesite sin restricciones! ¡Y que se elimine la junta financiera impuesta por Washington!
Las corporaciones estadounidenses extraen miles de millones de dólares en ganancias cada año de Puerto Rico, su colonia, explotando la mano de obra barata de la isla y sus abundantes recursos naturales. Los gobernantes estadounidenses han utilizado la Junta de Control Fiscal nombrada por Barack Obama —que tiene control dictatorial sobre las finanzas de la isla— para desangrar a Puerto Rico con el fin de maximizar los pagos a los tenedores de bonos.
La negligencia criminal del régimen colonial en los preparativos para las tormentas y las acciones crueles después de ellas son una extensión de la actitud que marcó la respuesta de “sálvense si pueden” de Washington y los gobiernos locales en Florida y Texas frente a los huracanes.
Cuba demuestra qué diferencia hace una revolución. Cuba fue azotada por el ciclón Irma. Pero a diferencia del régimen colonial de Puerto Rico, en Cuba el gobierno revolucionario organizó de antemano a los trabajadores para que tomaran las precauciones necesarias y garantizó que los refugios estuvieran abastecidos de alimentos, agua, medicinas y personal médico. Desplazó a miles de trabajadores de la red eléctrica y de la construcción de manera que, tan pronto la tormenta pasara, empezaran las tareas de reconstrucción y reparación de la red eléctrica.
El gobierno revolucionario movilizó a todo el pueblo y está proporcionando los materiales y herramientas para hacer lo que sea necesario.
La respuesta cubana se organizó bajo el principio de que nadie iba a ser abandonado. Y en medio de los desafíos que enfrentan, el pueblo cubano está incrementando sus misiones internacionalistas para brindar ayuda a otras naciones caribeñas devastadas por las tormentas.
La oferta del gobierno cubano de enviar a Puerto Rico cuatro brigadas de trabajadores eléctricos y un hospital campal con 39 médicos —una oferta que Washington ni siquiera ha reconocido— demuestra que cuando los revolucionarios cubanos dicen que “comparten lo que tienen y no lo que sobra”, lo dicen en serio.
La crisis social que se desarrolla en Puerto Rico subraya el por qué los trabajadores de la isla necesitan emular a la Revolución Cubana y luchar para reemplazar el régimen colonial capitalista con un gobierno de trabajadores y agricultores, una lucha que está entrelazada con la lucha contra el dominio colonial de Washington.
Los trabajadores en Estados Unidos debemos solidarizarnos con nuestros hermanos y hermanas en Puerto Rico porque nuestros intereses son los mismos. ¡Cancelar la deuda! ¡Ayuda masiva ya! ¡Fin al dominio colonial norteamericano!
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