El Partido Socialista de los Trabajadores brinda “solidaridad incondicional con la lucha del pueblo coreano por la retirada de todas las tropas y armamento estadounidenses del suelo, los cielos y las aguas de la península”, dijo Steve Clark en un mensaje enviado a Kim Jong Un, dirigente de Corea del Norte, el 7 de septiembre a nombre del Comité Nacional del PST. La carta celebra el 70 aniversario del derrocamiento del capitalismo allí y la fundación de la República Popular Democrática de Corea.
El pueblo trabajador debe “redoblar sus esfuerzos para exigir que el gobierno de Estados Unidos tome medidas inmediatas para que avancen las conversaciones entre el presidente Donald Trump y Kim, que se iniciaron en junio en Singapur”, dijo Clark.
Eso incluiría que Washington:
- “Firme un tratado de paz que ponga fin a la guerra sangrienta e inútil de Washington contra la RPDC de 1950 a 1953;
• Proclame un alto permanente a los juegos de guerra conjuntos de Washington con Seúl que fueron suspendidos este verano - “Llegue a un acuerdo con la RPDC para crear una Corea libre de armas nucleares, de cualquier origen, y tome todos los pasos prácticos necesarios para alcanzar ese fin”.
Desde que el imperialismo norteamericano dividió la península en Norte y Sur en 1945, observó Clark, el Partido Socialista de los Trabajadores ha defendido los esfuerzos del pueblo coreano para reunificar a su país.
Desde la cumbre en Singapur, el gobierno de Corea del Norte ha mantenido conversaciones con el gobierno del sur y ha tomado una serie de medidas para promover la reunificación, incluida la celebración de una reunión de familias del norte y del sur que no se habían visto desde que se dividió el país y han avanzado planes conjuntos para construir enlaces ferroviarios y viales modernos entre el sur y el norte hasta las fronteras con China y Rusia.
Corea del Norte celebró el 70 aniversario de la fundación de la RPDC el 9 de septiembre con un gran desfile militar. “Notablemente [Pyongyang] no mostró los misiles balísticos intercontinentales que se cree son capaces de llegar a Estados Unidos”, informó el Washington Post, a diferencia del desfile militar allí en abril de 2017.
En cambio, señaló el Post, el desfile “estuvo dedicado a los esfuerzos civiles para impulsar la economía”, así como a la “reunificación de la Península Coreana”.
“Esta es una declaración grande y positiva de Corea del Norte. Gracias al presidente Kim”, dijo el presidente Trump en un tweet. “¡No hay nada como un buen diálogo entre dos personas que se gustan entre sí!”
Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se reunirán en Pyongyang del 18 al 20 de septiembre para su tercera cumbre este año. El asesor de seguridad nacional de Moon, Chung Eui-yong, se reunió con Kim el 4 de septiembre para preparar la cumbre y le entregó un mensaje de Trump.
Kim le dijo a Chung que quiere “que se cumpla con la desnuclearización” de la península de Corea para fines del primer mandato de Trump. Kim le envió una carta a Trump dos días después.
División de Corea por Washington
Corea fue dividida en dos partes en contra de la voluntad del pueblo coreano al final de la Segunda Guerra Mundial, parte de un acuerdo entre Washington y Moscú. Las tropas estadounidenses aterrizaron en el sur en 1945, asumiendo el papel que la odiada ocupación imperialista japonesa había jugado durante cuatro décadas.
Washington instaló la dictadura de Syngman Rhee en el sur y derrotó a los trabajadores coreanos de forma sangrienta mientras trataban de aprovechar la derrota de Tokio para avanzar en su lucha por la independencia nacional y la dignidad, por la reforma agraria, los derechos laborales, el sufragio de las mujeres y el control de las fábricas y la tierra por parte de los trabajadores.
Para julio de 1950, antes del comienzo de la Guerra de Corea, más de 100 mil trabajadores, campesinos y jóvenes ya habían sido asesinados por el régimen capitalista terrateniente y el ejército de ocupación estadounidense en el sur.
Los gobernantes de Estados Unidos libraron una guerra brutal de tres años contra la población de Corea del Norte, arrojando 635 mil toneladas de bombas y más de 32 mil toneladas de napalm y arrasando virtualmente con toda ciudad allí. El entonces presidente norteamericano Harry Truman le dijo a la prensa en noviembre de 1950 que Washington estaba considerando invadir China y “considerando activamente” el uso de la bomba atómica.
Pero no pudieron romper la voluntad del pueblo coreano. En la primera derrota militar del imperialismo de Estados Unidos, los combatientes coreanos, con la ayuda de voluntarios chinos, lucharon contra las fuerzas lideradas por Washington hasta llegar a un empate. En 1953, el gobierno de Estados Unidos aceptó un armisticio, poniendo fin a la guerra, pero hasta el día de hoy se ha negado a firmar un tratado de paz.
Hoy las “instituciones del orden imperialista liberal impuestas por Washington tras su victoria en la Segunda Guerra Mundial” se están desmoronando, señaló Clark en su mensaje a nombre del comité nacional del PST. “La actual administración de Estados Unidos y sus clases rivales en Europa, Rusia, China, el Medio Oriente y Asia están desbaratando esa configuración de explotación. El debilitamiento del esfuerzo de siete décadas de los gobernantes estadounidenses para mantener su bota sobre el cuello del pueblo coreano es un aspecto bienvenido de esta decadencia”.El PST se une a otros por todo el mundo, dice Clark, para exigir: ¡Una península coreana libre de armas nucleares! ¡Fin a todas las sanciones económicas contra el pueblo coreano! ¡Firme un tratado de paz con la RPDC ya!
¡Corea es una!