LINCOLN, Nebraska — Todos los niveles del gobierno han dejado que los granjeros, rancheros y otros trabajadores se valgan de sí mismos frente a las inundaciones que destruyeron los cultivos, los silos llenos de granos y el ganado en cientos de miles de acres de tierras de cultivo. Dañaron miles de hogares y cientos de millas de carreteras en el Medio Oeste.
Las inundaciones están causando graves problemas para los granjeros y rancheros, quienes ya han sido golpeados por la crisis capitalista y están siendo obligados a abandonar la tierra y declararse en la bancarrota ya que los precios de sus productos están por debajo del costo de producción y por el aumento de las deudas con los bancos.
La causa inmediata de las inundaciones fue la lluvia que cayó sobre el suelo saturado de agua en septiembre y octubre. El suelo se congeló y fue cubierto por nieve. Sin una salida para el agua, más lluvia y un clima más cálido se combinaron a mediados de marzo para crear una “tormenta perfecta” de ríos, arroyos y lagos desbordados.
Las inundaciones se agravaron en muchos casos por diques y presas que no estaban en buena condición, por la falta de coordinación entre los departamentos gubernamentales y las políticas que según dicen muchos agricultores favorecen la protección de la vida silvestre sobre la agricultura y los hogares.
Si bien el gobierno instó a los agricultores a que se prepararan, los dejaron a depender de sí mismos para enfrentar la catástrofe social que se desarrolló.
En otras palabras, este desastre “natural” es un desastre social y económico causado por el funcionamiento normal del capitalismo según el cual cada quien depende de sí mismo.
Ante la inacción del gobierno, los trabajadores, los dueños de pequeños comercios, y otros extendieron la solidaridad y colaboraron para ayudarse mutuamente.
El Lincoln Journal Star informó cómo el ganadero Jeremy Mahon en el condado de Boyd rescató a un vecino con su tractor, el cual quedó estancado. Cambió a una lancha para salvar a tres personas más. Mahon perdió unas 60 vacas y becerros.
En una muestra de solidaridad, miles de trabajadores en los estados de Nebraska y Iowa hicieron lo mismo, ayudando a llenar bolsas con arena antes de las inundaciones. Botes recorrieron las calles de las ciudades inundadas trasladando a los residentes a un lugar seguro.
“Todos los vecinos estamos trabajando juntos, y así es como vamos a superar esto”, le dijo Mahon al Star.
El ranchero Clint Pischel, de 23 años, de Niobrara, dijo al New York Times que pasó todo el día el 18 de marzo recolectando 30 becerros muertos que encontró debajo de trozos de hielo después de que el rancho de su familia se inundó cuando una presa falló.
Ahora le preocupa cómo pagar sus deudas. “A pesar de la muerte y todo lo demás, tienes que responder a los banqueros”, señaló. “Cuando estás perdiendo dinero, para empezar, ¿cómo afrontas las pérdidas adicionales?”
Por todo el Medio Oeste, los agricultores que solicitaron protección contra la quiebra aumentaron un 19 por ciento el año pasado, el nivel más alto en una década, según el American Farm Bureau. En Wisconsin, el segundo productor de leche del país, más de mil lecherías se han perdido en los últimos dos años.
Trabajadores ferroviarios sindicalizados informaron a este corresponsal que las vías y puentes arrasados han limitado el transporte de mercancías, y los patrones están presionando a los trabajadores para que ignoren los procedimientos de seguridad aumentando el riesgo de descarrilamientos.
Trabajadores en Lincoln, que no se inundó, como Patty Andelt, de 26 años, y algunos de sus compañeros de trabajo y amigos cargaron un camión en una tienda de comestibles el 20 de marzo después de recolectar alimentos, ropa y herramientas para los afectados por las inundaciones. “Sabía que teníamos que hacer esto debido a la lentitud con que responde el gobierno en una crisis como esta”, dijo.
Ante la destrucción —que aún no ha terminado a medida que se derrite más nieve— el gobierno debería ordenar la cancelación de las deudas con los bancos de los agricultores, rancheros y trabajadores.
Los agricultores y rancheros deben obtener asistencia del gobierno —incluyendo subvenciones y préstamos a largo plazo sin intereses— para reconstruir sus granjas y rebaños, al igual que los trabajadores cuyas casas están dañadas o destruidas. Y los sindicatos deberían luchar por un programa masivo de obras públicas para reconstruir carreteras y otras infraestructuras destruidas por las inundaciones.
Joe Swanson es el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Lincoln, Nebraska, y es un trabajador ferroviario jubilado.