KEARNY, Arizona — “Esta huelga es sobre si van a poder quitarnos lo que previas generaciones lograron luchando”, dijo la minera jubilada de Asarco, Susan Miller-Middaugh, a estas corresponsales-obreras del Militante frente a la tienda IGA en esta ciudad cuando paramos para preguntar como llegar a la sede del sindicato del acero USW el 8 de diciembre. “Si destruyen este sindicato, que es lo que se proponen, los trabajadores no tendrán protección. Podrán ser despedidos por cualquier motivo. No hay excusa para los que están cruzando la línea de piquetes”.
Unos 1 700 miembros del USW, de los Teamsters y de otros cinco sindicatos están en una reñida lucha contra el gigante del cobre Asarco. Los trabajadores han estado en huelga desde el 13 de octubre en la mina Ray de Asarco, al norte de aquí; en su complejo de fundición de Hayden también cerca; en sus complejos mineros Mission y Silver Bell cerca de Tucson y en su refinería en Amarillo, Texas.
Asarco pretende destruir el sindicato. Pertenece al Grupo México, una de las compañías del cobre más grandes del mundo, y se niega a negociar. El 2 de diciembre anunció su “última y final oferta”, que incluye un congelamiento salarial para dos tercios de los trabajadores, un ligero aumento para los mejor pagados, una congelación de las pensiones, duplicar o triplicar los costos del seguro médico y debilitar las protecciones sindicales.
“Si apoyan la huelga, necesito darles carteles de apoyo a la huelga”, dijo Miller-Middaugh, quien trae varios de ellos en su carro. Nos dijo que en 1973 fue la primera mujer en trabajar en la mina Ray, el complejo más grande de Asarco, con unos 800 trabajadores.
Antes de la huelga había muchas mujeres en la mina, dijo, lo suficiente como para que hubiera cuadrillas con solo mujeres. Cuando le dijimos que Betsy traía una tarjeta de solidaridad de sus compañeros de trabajo en Walmart, y que Ellie había trabajado en una fundición de cobre de Kennecott en Utah a principios de la década de 1990, ella insistió en acompañarnos a la sede del sindicato.
La compañía dice que 340 trabajadores han cruzado la línea de piquetes. Esto incluye cerca de 100 en la mina Silver Bell, el complejo más pequeño de Asarco, lo cual representa la mayoría de los trabajadores allí. La compañía ha logrado algo de producción en los complejos de la minas Ray y Mission, utilizando supervisores, trabajadores que han cruzado la línea, contratistas no sindicalizados y esquiroles.
Pero la huelga ha obligado a Asarco a cerrar el complejo de fundición en Hayden y su refinería de Amarillo. Asarco está almacenando concentrado de cobre en Hayden proveniente de la Mission, pero pronto no habrá más espacio de almacenamiento.
En una conferencia telefónica con sus inversionistas un par de semanas después de iniciarse la huelga, Grupo México dijo que la producción alcanzará el 100 por ciento en la mina Mission para el fin de año y que reiniciará operaciones en la acería Ray en enero. Hasta ahora, la huelga ha obstaculizado esos planes.
Los huelguistas mantienen piquetes frente a las instalaciones de Asarco las 24 horas, los siete días de la semana. “Estamos aquí todo el tiempo que sea necesario”, nos dijo Rico López cuando nos unimos a la línea de piquetes en la mina Ray.
López es mecánico, al igual que su hermano mayor Adrian. Vienen de cuatro generaciones de mineros del cobre.
“Han tratado dividirnos por años”
“Esta compañía ha estado tratando de dividirnos por años”, dijo Adrian. “Empezando hace 10 años, eliminaron las bonificaciones de los nuevos empleados, algo por lo que el sindicato había luchado y ganado. Luego eliminaron las pensiones de los trabajadores con menos antigüedad, y las remplazaron con 401(k).
“Ahora quieren dividirnos rechazando los aumentos para la mayoría, mientras dan aumentos a otros”, dijo. “Estamos diciendo que no”. Varios piquetes llevaban carteles que decían: “Fin a la desigualdad en Asarco / Grupo México”.
Los huelguistas dijeron que algunos de los que cruzaron la línea de piquetes son trabajadores más jóvenes de fuera del área que todavía viven con sus padres. “No han crecido con la idea del sindicato y no tienen que pagar alquiler, no tienen hijos que mantener ni facturas médicas”, dijo Adrian. “Otros no han cruzado la línea, pero no están participando con el sindicato. Les explicamos que debemos ponernos de pie o seguiremos retrocediendo”. Durante más de un siglo, el este de Arizona ha sido el escenario de sangrientas batallas entre los patrones del cobre y los mineros.
La solidaridad es crucial
La tarjeta con firmas y mensajes de apoyo de más de 40 trabajadores de Walmart en las afueras de Oakland, California, fue bien acogida por los huelguistas. Algunos huelguistas dijeron que han tenido que obtener trabajos en un Walmart del área para subsistir durante la huelga.
Los huelguistas se sienten motivados por el apoyo que reciben de los trabajadores y pequeños comerciantes en Kearny y ciudades aledañas, donde casi todos tienen un familiar o un amigo que ha trabajado o que está trabajando en el cobre.
No todos apoyan la huelga. “Está polarizado”, dijo Richard Pérez, un trabajador de mantenimiento en el complejo minero. “Me crié con conciencia sindical, estás de un lado o del otro. No hay punto intermedio”.
Los huelguistas necesitan apoyo, incluyendo mensajes de solidaridad, visitas para reforzar las líneas de piquetes y contribuciones de fondos para la huelga y la Navidad. Para los huelguistas en la mina Ray y la fundición Hayden en Kearney y Hayden, envíe contribuciones y mensajes de apoyo al USW Local 915, Strike Assistance, P.O. Box 550, Kearny, AZ 85137. Para los huelguistas en los complejos Mission y Silver Bell en las afueras de Tucson, envíe donaciones a Pima Area Labor Federation Community Services a través de paypal.me/palfcommunityservice. Se pueden enviar mensajes de solidaridad a la huelga a través de palfchair@gmail.com.