La siguiente declaración corregida fue emitida el 10 de enero por Naomi Craine, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para el Senado de Estados Unidos por Illinois.
El Partido Socialista de los Trabajadores condena la operación militar de Washington que resultó en la muerte del comandante iraní Qassem Soleimani; del dirigente de la milicia pro-Teherán Kataeb Hezbollah Abu Mahdi al-Muhandis y de otros milicianos cerca del aeropuerto de Bagdad el 2 de enero.
Exigimos el retiro inmediato, incondicional y completo de las tropas, bases y armamentos estadounidenses de Iraq, Siria y de la región. La resolución de la crisis que azota a los trabajadores en el Medio Oriente es asunto de los trabajadores y agricultores de esos países. ¡Únete o convoca protestas contra la acción de Washington!
Soleimani no era amigo de los trabajadores en Iraq, Líbano, Siria o Irán. Dirigió los esfuerzos de Teherán para extender la influencia militar de los gobernantes capitalistas iraníes en el Medio Oriente. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica es una fuerza central de los esfuerzos para reprimir las luchas de los trabajadores dentro de Irán.
La prensa estadounidense, al igual que el régimen de Teherán, trata de presentar a Soleimani como un líder militar que llegó al poder como resultado de la Revolución Iraní de 1979. De hecho, su ascenso fue parte de una contrarrevolución que hizo retroceder los avances logrados por los trabajadores, las mujeres y las nacionalidades oprimidas en la revolución de 1979 que derrocó la dictadura del shah respaldada por Washington. Ese levantamiento fue una revolución social profunda y popular.
Soleimani ascendió en la dirección de la Guardia Revolucionaria como parte de la ofensiva contrarrevolucionaria del régimen capitalista dirigido por los clérigos que se consolidó en el poder atacando los logros de esa revolución. Pasó a ser el líder de la Fuerza Quds de la reaccionaria Guardia Revolucionaria.
Soleimani jugó un papel clave en la dirección de las milicias pro-Teherán que ayudaron a mantener el brutal régimen de Bashar al-Assad en el poder en Siria durante la guerra civil, a un costo enorme en vidas para el pueblo trabajador. Orquestó la expansión de Hezbollah y de sus ataques contra Israel y de las políticas reaccionarias contra los trabajadores del Líbano en la década de 1990.
Los esfuerzos de Teherán para expandir su alcance contrarrevolucionario han sido blanco de protestas masivas en Irán, Iraq y Líbano. Muchos de los trabajadores y agricultores de Iraq odiaban a Soleimani por ayudar a mantener la bota de Teherán sobre el país. Durante las últimas semanas, decenas de miles de iraquíes han participado en protestas para exigir el fin de la interferencia tanto de Teherán como de Washington en Iraq. Más de 450 manifestantes han muerto y miles han resultado heridos, muchos de ellos a manos de las milicias reaccionarias chiítas que Soleimani ayudó a organizar en viajes a Iraq. Una consigna popular ha sido, y sigue siendo, “Irán fuera, Iraq sigue siendo libre”.
Las protestas allí continúan hoy en día con miles de manifestantes en las calles el 10 de enero en áreas chiitas como Bagdad, Karbala y Basra.
Pero ninguna de las acciones contrarrevolucionarias de Teherán justifica la intervención imperialista norteamericana en Iraq y la región. Hay más de 80 mil tropas norteamericanas en el terreno y un arsenal masivo de aviones de combate, tanques, misiles, drones y otros armamentos en el Medio Oriente.
Política bélica EUA es bipartidista
Si bien muchos políticos del Partido Demócrata criticaron al gobierno de Trump por el ataque, afirmando falsamente que el estaba buscando comenzar una guerra, ellos han presidido sobre las guerras de los gobernantes norteamericanos ahí durante más de 30 años.
El candidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden, dijo que Soleimani “merecía ser llevado ante la justicia”, quejándose solo de que el presidente Trump necesitaba dar una “explicación” de cómo su administración planea proteger a “nuestras tropas” y a “nuestros intereses”. Pero no hay ningún “nuestro”. Estas tropas tienen a cargo la ejecución de los objetivos del imperialismo norteamericano y sus “intereses”. Nuestra clase solo provee la carne de cañón.
Algunos aspirantes a la nominación demócrata para el 2020 dicen que el ataque contra Soleimani, aunque laudatorio, se llevó a cabo “sin consultar al Congreso”. Pero vea la famosa foto de Biden, junto con funcionarios del Pentágono y el presidente Barack Obama y la Secretaria de Estado Hillary Clinton sentados en la Sala de Guerra de la Casa Blanca, observando con avidez a las fuerzas especiales cuando asesinaron a Osama bin Laden y su familia el 2 de mayo de 2011.
La simple verdad es que tanto los demócratas como los republicanos son partidos de la guerra imperialista.
Como dijo el Partido Socialista de los Trabajadores en nuestra declaración de 2017, “Por el reconocimiento de un estado palestino y de Israel”, el camino a seguir para los trabajadores en el Medio Oriente tiene como punto de partida “los intereses de clase y la solidaridad de los trabajadores y pequeños agricultores de todo el Medio Oriente —ya sean palestinos, judíos, árabes, kurdos, turcos, persas o de otra nacionalidad, y cualesquiera que sean sus creencias religiosas u otras— y del pueblo trabajador en Estados Unidos y en todo el mundo.
“Estamos a favor de todo lo que ayude al pueblo trabajador a organizarse y tomar acción conjunta para impulsar nuestras demandas y luchas contra los gobiernos capitalistas y las clases dominantes que nos explotan y oprimen, y contra sus sirvientes políticos pequeñoburgueses y apologistas en los medios.
“Estamos a favor de lo que renueve nuestra solidaridad y confianza de clase, que nos conduzca por un rumbo revolucionario hacia una lucha unida por el poder obrero”.
El pueblo de Iraq ha estado luchando para recuperar la soberanía de su nación, para encontrar una manera de unir a los trabajadores y tomar el control de su propio destino. La mejor manera de demostrar solidaridad hacia ellos es que los trabajadores en Estados Unidos exijamos que Washington se retire de Iraq, Siria e Irán. ¡Fuera ya!