Quintin Jones, un africano americano de 41 años, fue ejecutado en la Penitenciaría Estatal de Texas en Huntsville el 19 de mayo. Después de 20 años en el corredor de la muerte su petición de clemencia y cadena perpetua fue rechazada por la junta estatal de libertad condicional, una decisión que el gobernador de Texas, Greg Abbott, se negó a revisar.
Jones fue condenado a muerte en 2001 por matar a su tía abuela de 83 años, Berthena Bryant, cuando tenía 19 años. Jones tenía un largo historial de abusar el alcohol y las drogas desde que tenía 12 años y sufrió abusos físicos y sexuales en la niñez. Estos factores no fueron considerados en su juicio o durante su sentencia. Varios miembros de la familia de Jones pidieron clemencia, incluida la hermana de su tía, Mattie Long.
Desde que se reanudó la pena capital en 1982, las autoridades de Texas han ejecutado a 571 personas.
“Me convertí en hombre en el corredor de la muerte. Así que ahora están matando al hombre y no al niño”, dijo Jones en un video de apelación al gobernador Abbott.
Una manifestación de unas veinte personas, arriba, tuvo lugar durante varias horas fuera de los muros de la prisión de Huntsville. Una petición pidiendo clemencia había conseguido más de 170 mil firmas.