Usar los sindicatos, forjar solidaridad es vital para defender clase trabajadora

Por Terry Evans
4 de octubre de 2021
Fighting for safe staffing levels for themselves and patients, nurses picket St. Vincent Hospital in Worcester, Massachusetts, Aug. 16. Six-month strike is longest nurses strike in 15 years.
Boston Herald/Chris ChristoLínea de piquetes de enfermeras del hospital St. Vincent en Worcester, Massachusetts, agosto 16. Luchan por niveles de personal seguros. Es la huelga de enfermeras más larga en 15 años.

“Para expandir y fortalecer el movimiento sindical es vital que nos organicemos para dar apoyo a los sindicalistas que están en huelga para defender sus salarios y condiciones de trabajo”, dijo al Militante Dennis Richter, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para gobernador de California. “¡Hay que divulgar las luchas en la mina Warrior Met Coal en Alabama, en la ExxonMobil en Texas y Nabisco por todo el país! Hay que ganar la solidaridad de nuestros sindicatos, familiares, amigos y compañeros de trabajo”.

Estas luchas sindicales están ocurriendo durante una prolongada crisis económica y social, mientras los trabajadores buscan formas de resistir los intentos de los patrones de mantener los salarios bajos, imponer múltiples niveles salariales para dividir a los trabajadores, acelerar el ritmo de producción y extender la jornada laboral. Los miembros del sindicato de trabajadores de panaderías BCTGM en Frito-Lay en Kansas sentaron un ejemplo al rechazar los “turnos suicidas” durante su huelga recientemente concluida.

Algunas de estas luchas han durado varios meses. La huelga de cientos de enfermeras en el hospital St. Vincent en Worcester, Massachusetts, se convirtió en la huelga más larga en la historia del estado el 31 de agosto. Están luchando por una proporción de enfermera a paciente más segura y mejores salarios. El hospital, parte del gran sistema Tenet Healthcare, está tratando de destruir el sindicato reemplazando a las enfermeras con rompehuelgas.

“Las grandes corporaciones están tratando de funcionar sin control. El hombre común no les importa”, dijo a 12NewsNow-TV Christopher Edwards, uno de los trabajadores petroleros de ExxonMobil despedidos en un cierre patronal.

Los trabajadores que preparan alimentos en cinco centros de la aerolínea United (Denver, Houston, Cleveland, Honolulu y Newark) votaron a favor de la sindicalización en 2018. A fines de julio, los patrones de United anunciaron que cerrarían esas operaciones y contratarían los puestos de trabajo a Gate Gourmet. Dos de esas cocinas, en Cleveland y Houston, ahora funcionarán sin sindicato.

Detrás de los ataques de los patrones está la feroz competencia por su parte del mercado. Pretenden sacar ventaja aumentando la productividad y reduciendo sus gastos a costa nuestra. La presión sobre los patrones para intensificar estos ataques está aumentando a raíz de la crisis de suministro, producción y comercio exacerbada por la pandemia. El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, envió un correo electrónico a todos los trabajadores automotrices de la compañía el 8 de septiembre, instruyéndoles a que “se pongan súper duros” para alcanzar las cuotas de producción que exigen los patrones, para ayudar a la compañía a recuperar las previas pérdidas de ganancias.

Hay algunos ganadores entre los patrones, entre ellos los más grandes minoristas en línea como Amazon, en el cual ha habido esfuerzos de sindicalización ante la intensificación del ritmo de trabajo en su imperio de centros de distribución.

Los dueños de UPS anunciaron que sus ganancias del segundo trimestre aumentaron en casi un 50 por ciento con respecto al año anterior, a 3.3 mil millones de dólares.

El ritmo de contratación se desplomó el mes pasado, especialmente en restaurantes y hostelería. Muchos planes para reabrir negocios cerrados se están postergando, los empresarios automotrices están reduciendo la producción, y las proyecciones de una rápida reactivación de la economía capitalista están siendo puestas a un lado.

Durante décadas, los capitalistas han estado invirtiendo en juergas especulativas en la bolsa de valores y en otras partes, porque consideran bajos los márgenes de ganancia en la producción. La entrada neta en la bolsa de valores alcanzó un alto nivel histórico en julio. Los mercados de nuevas especies de monedas digitales y la especulación sobre casi cualquier cosa son más lucrativos para los grandes apostadores capitalistas que producir cosas que los trabajadores necesitan.

Todo trabajador debe vacunarse

Organizar, fortalecer y utilizar nuestros sindicatos es crucial para luchar por la protección contra los ataques de los patrones y promover los intereses de todo el pueblo trabajador.

“Nuestros sindicatos deberían organizar y ejecutar programas de vacunación en fabricas, ciudades, pueblos y áreas rurales en todas partes”, dijo Richter. “Y hacer campaña para convencer a la mayor cantidad posible sobre las razones por las qué es de interés para todos los trabajadores vacunarse, para que más de nosotros podamos volver al trabajo y así poder responder y luchar contra los efectos brutales de la crisis capitalista”.

El presidente Joseph Biden promueve una táctica opuesta, utilizando la coacción gubernamental, lo que demuestra su desdén por los trabajadores que aún no han sido vacunados. Su administración demócrata ordenó que los patrones establezcan programas de vacunación obligatorios para todos los trabajadores federales y para los trabajadores de empresas privadas con más de 100 empleados.

La medida de Biden es “una importante expansión del poder de los patrones sobre sus trabajadores”, señaló la revista Barron’s.

Consciente de que logrará una mayoría en el Congreso, Biden está tratando de imponer su orden a través de una regulación de emergencia temporal impuesta por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) del Departamento de Trabajo. La Casa Blanca llama a esta medida inconstitucional una “solución alternativa”.

“Nuestra paciencia se está agotando”, se quejó Biden, señalando a los millones de personas a las que Hillary Clinton celebradamente llamó “deplorables”.

La orden de vacunación obligatoria del gobierno no tiene nada que ver con organizar a los trabajadores para que se encarguen de la producción, distribución y aplicación de vacunas para minimizar las muertes por el virus.

“Es una cuestión de clase”, dijo Richter. “No deberíamos aplaudir los poderes del gobierno capitalista de ‘ordenarnos’ a hacer algo, un poder que usará contra nosotros y nuestras luchas en el futuro”.

Millones de trabajadores simplemente no confían en los capitalistas y su gobierno, y por buenas razones. “Es por eso que nuestros sindicatos deben movilizarse para convencer a los trabajadores de que debemos vacunarnos”, dijo Richter.

“A medida que usamos nuestros sindicatos para defendernos, comenzamos a reconocer nuestro propio valor, a profundizar nuestra conciencia de clase, a fortalecer nuestras capacidades de lucha y a atraer aliados”, dijo Richter. “Los trabajadores comienzan a ver que podemos ser los creadores de la historia, no los objetos de las políticas que nos imponen los partidos demócrata y republicano para servir el afán de los patrones por ganancias”.