CHICAGO — El 19 de noviembre, un jurado en Kenosha, Wisconsin, declaró unánimemente a Kyle Rittenhouse no culpable de todos los cargos por matar a dos hombres y herir a un tercero mientras se defendía durante los disturbios de agosto de 2020 después de que la policía le disparó a Jacob Blake. Jr. y lo dejó parcialmente paralizado.
Inmediatamente, muchos liberales e izquierdistas de clase media condenaron el veredicto. Cientos de personas marcharon aquí, en Nueva York, Portland, Oregón y en otros lugares, alegando que el veredicto del jurado era un indignante acto de “supremacía blanca”. Hubo saqueos y disturbios en algunas instancias.
A pesar de que admitió que “no vio el juicio”, el presidente Joseph Biden dijo que el veredicto “dejará a muchos norteamericanos enojados y preocupados, incluyéndome a mi mismo”. Jesse Jackson pidió a Biden que iniciara una investigación federal para realizar otro juicio.
Pero el veredicto del jurado sí encaja con los hechos del caso. “Señor presidente, si pudiera decirle algo”, respondió Rittenhouse el 22 de noviembre, “le instaría a que regrese y vea el juicio y comprenda los hechos antes de emitir una declaración”.
Para quienes afirman que Rittenhouse es un “supremacista blanco” y un asesino, los hechos no importan. Y tampoco los derechos políticos, como la presunción de inocencia y el derecho constitucional al debido proceso, los cuales la clase trabajadora y nuestros sindicatos necesitan.
En la entrevista, Rittenhouse dijo: “No soy una persona racista, apoyo al movimiento Black Lives Matter (Las Vidas de los Negros Importan). Apoyo la manifestación pacífica. Y creo que debe haber un cambio, creo que hay mucho abuso de la fiscalía, no solo en mi caso, sino en otros. Y es asombroso ver cuánto un fiscal se puede aprovechar de alguien.
“Si me hicieron esto a mí, imagínense lo que podrían haberle hecho a una persona de color que tal vez no tenga los recursos que yo tengo o que no haya recibido tanta publicidad como en mi caso”, dijo.
Los tiroteos tuvieron lugar el 25 de agosto de 2020, la tercera noche después que la policía le disparó a Blake Jr. En los dos días anteriores hubieron grandes protestas, seguidas de disturbios nocturnos e incendios provocados por anarquistas de antifa, algunos partidarios de Black Lives Matter y otros, muchos de los cuales portaban armas. Rittenhouse, que entonces tenía 17 años y trabajaba en Kenosha, donde vive su padre, se hizo voluntario para salir esa noche para ayudar con primeros auxilios y defender un lote de autos local de los ataques. Llevaba un rifle estilo AR-15.
Lo que salió en el juicio
El video y el testimonio en el juicio, muchos de los cuales provienen del propio caso de la fiscalía, apoyan el argumento de Rittenhouse de que él estaba siendo atacado y solo disparó su arma en defensa propia. Le disparó a Joseph Rosenbaum después de que Rosenbaum lo había amenazado más de una vez con matarlo, y después de que Rosenbaum lo atacó y trató de apoderarse de su rifle.
Cuando Rittenhouse se retiró, buscando a la policía para entregarse, fue perseguido por una turba que le arrojó bloques de cemento y otros objetos. Alguien le dio una patada en la cabeza y el cuello y lo tiró al suelo. Le disparó a Anthony Huber solo después de que Huber golpeó a Rittenhouse en la cabeza con su patineta y trató de agarrar su arma. Gran parte de esto fue grabado en video y se mostró durante el juicio.
Gaige Grosskreutz, quien luego siguió a Rittenhouse, reconoció en el estrado que el acusado le disparó en el brazo solo después de que él le apuntó a su cara con su pistola. En un acto inusual, Rittenhouse testificó en su propia defensa. Los fiscales estatales no pudieron socavar su versión.
Muchos de los que ignoran las pruebas insisten en que la conducta del juez Bruce Schroeder afectó el juicio. Los fallos del juez “parecían favorecer a la defensa de forma cuestionable”, afirmó el periódico liberal Washington Post.
Schroeder, quien fue nombrado en 1983 por un gobernador demócrata, fue criticado por dictaminar que no se podía denominar como “víctimas” en la corte a las tres personas que recibieron disparos, ya que esto implica que Rittenhouse cometió un delito, lo cual es exactamente lo que la fiscalía tenía que probar. Esta es una directiva habitual para muchos jueces, independientemente de quién sea el acusado.
El juez también dijo que la defensa podría referirse a las personas que recibieron los disparos como “pirómanos”, “alborotadores” y “saqueadores”, si se presentaban pruebas que respaldaran esas descripciones. Su decisión de permitir que la fiscalía pudiera referirse a Rittenhouse como un “asesino a sangre fría”, si se presentaban pruebas para justificarlo, no suele ser mencionada en los medios. No se presentó ninguna.
El hecho es que hay poco por lo que criticar a Schroeder, que es lo mejor que uno puede esperar en el sistema de “justicia” capitalista sesgado contra de la clase trabajadora.
De todas maneras, Colin Kaepernick, el ex mariscal de campo de fútbol americano, tuiteó: “Acabamos de presenciar un sistema basado en la supremacía blanca que valida los actos terroristas de un supremacista blanco”.
El acusar de racistas o “supremacistas blancos” a las personas con quien uno discrepa se ha convertido en la especialidad de la izquierda. Es una forma de sofocar el debate, así como de glorificar todo lo que se haga en nombre del “antirracismo”, incluidos la matonería y el saqueo. Todo esto es peligroso para la clase trabajadora.
Tanto Rittenhouse como su abogado, Mark Richards, denunciaron a quienes intentaron invocar al joven de 18 años para sus propias causas. Richards condenó a figuras políticas conservadoras que buscan sacar provecho de la sentencia absolutoria. “Están recaudando dinero basándose en el caso y tienes a todos estos congresistas republicanos que le dicen ‘ven a trabajar para mí’”, dijo. “Quieren aprovecharse de su celebridad y creo que esto es repugnante”.
“Esto es algo que deseo que nunca hubiera sucedido, pero sucedió y no podemos cambiarlo”, dijo Rittenhouse. “Pero lo polarizado que se volvió es absolutamente repugnante. Derecha o izquierda, gente que me usa por una causa que nunca debería haber sido usada como causa”.