MONTREAL — “La imposición de la Ley de Emergencias por el gobierno liberal de Justin Trudeau el 14 de febrero es un ataque mayor contra los derechos democráticos y políticos de los trabajadores”, dijo Philippe Tessier, candidato de la Liga Comunista en Marie-Victorin en la Provincia de Quebec, en un comunicado del 15 de febrero.
La ley antiobrera otorga al gobierno el poder de restringir o prohibir las protestas o cualquier otra forma de acto político si considera que podrían conducir a “un quebrantamiento de la paz”, amenazar la seguridad nacional o interferir con “el uso de una propiedad”, como, por ejemplo, una línea de piquetes de una huelga.
También le otorga a Ottawa el poder de usar el ejército contra los trabajadores u otras personas que estén luchando por sus derechos, como lo hizo en el verano de 1990 cuando desplegó soldados contra los nativos Mohawk en Oka, Quebec, que luchaban contra el robo de sus tierras.
La Ley de Emergencias también otorga mayores poderes a la policía y los tribunales, incluido el de imponer multas de hasta 5 mil dólares CA y sentencias de prisión de hasta seis años, y de incautar cualquier vehículo involucrado en las protestas.
Las actuales protestas en Ottawa, la capital de Canadá, fueron iniciadas por camioneros contra restricciones a su derecho a trabajar, y han incluido a muchos que exigen el fin de los mandatos gubernamentales de vacunas. Ya llevan casi tres semanas. El 13 de febrero, la policía puso fin a un bloqueo de seis días del puente Ambassador entre Windsor, Canadá y Detroit en Estados Unidos—la ruta por la que pasa el 25 % del comercio entre Canadá y Estados Unidos— después de que el gobierno provincial de Ontario obtuviera una orden judicial. “Vamos a utilizar todos los instrumentos que tenemos contra ustedes”, dijo Doug Ford, primer ministro de Ontario del partido Conservador Progresista.
El gobierno canadiense y la prensa liberal —aquí, en Estados Unidos, y otros países— han difamado a los manifestantes como reaccionarios, violentos y necios descorteses. En su artículo de opinión del 14 de febrero, el columnista de Al Jazeera, Andrew Mitrovica, calificó a los manifestantes de “patanes engreídos, en su mayoría blancos, con equipo de camuflaje de tiendas de ropa militar de segunda mano”. Los liberales como él simplemente expresan su miedo y odio a la clase trabajadora.
La realidad es que las protestas, marcadas con banderas canadienses, consignas contra la vacunación y llamados a la “libertad”, han sido abrumadoramente pacíficas.
“Ottawa está utilizando el hecho de que muchos trabajadores y otros no están de acuerdo con aspectos del ‘Convoy de la Libertad’ para darle al gobierno federal, su policía política, la Real Policía Montada de Canadá y otras fuerzas policiales, amplios poderes para limitar nuestro derecho a protestar, y pronunciarnos en contra de los abusos del gobierno”, dijo Tessier.
Un gran número de trabajadores está a favor de reducir las restricciones gubernamentales después de más de dos años de cierres y prohibiciones de viaje motivados por la pandemia.
Ley de medidas de guerra de 1970
La última vez que Ottawa hizo algo similar fue en octubre de 1970, cuando el gobierno liberal de Pierre Trudeau, padre del actual primer ministro, impuso, la Ley de Medidas de Guerra y envió 8 mil soldados canadienses a Quebec. Unas 500 personas fueron arrestadas sin orden judicial, entre ellos destacados dirigentes sindicales, luchadores por la independencia de Quebec, socialistas, miembros de lo que ahora es la Liga Comunista, artistas y otros.
Este amplio ataque contra los derechos democráticos tenía como fin aplastar el movimiento de masas que se estaba produciendo contra la opresión nacional de los quebequeses y el interrelacionado auge de luchas obreras en Quebec y en todo el país.
Tessier, maquinista de trenes y miembro del sindicato Teamsters, hizo un llamado a los sindicatos y a todos los defensores de los derechos democráticos, a pronunciarse en contra de la imposición de la Ley de Emergencias y a protestar contra ella.
“¿Y si mañana algún sindicato quiere organizar una protesta?” preguntó Arshdeep Singh Kang, un camionero de larga distancia con sede en Ontario, en un intercambio con reporteros del Militante. “El gobierno podría atacarlos. Esto no está bien. Deberíamos oponernos a esto”.
El pasado 30 de abril, el gobierno de Trudeau declaró ilegal una huelga de más de 1,100 obreros portuarios en el puerto de Montreal. Dijo que la huelga estaba dañando la economía, uno de los principales pretextos que los patrones están usando para atacar las protestas de hoy. Los trabajadores portuarios estaban luchando contra horarios de trabajo inseguros e intolerables.
Kang, uno de los dirigentes de una lucha que están librando camioneros en Brampton, Ontario, contra el robo de sus salarios por los patrones dijo: “No soy partidario del Convoy de la Libertad y no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que hacen. Pero no estoy a favor de que el gobierno aplaste su derecho a protestar”.
“Los sindicatos deberían oponerse a esta ley”, dijo al Militante Mark Grieve, un chofer de camión de hormigón premezclado de Toronto y miembro del sindicato Teamsters. “Necesitamos defender el derecho a protestar y oponernos a darle más poderes a la policía”.