Declaración del Partido Socialista de los Trabajadores

¡Defender independencia de Ucrania!
¡Por la derrota de la invasión rusa!
¡Tropas y armas nucleares de Washington fuera de Europa, de toda Europa!

14 de marzo de 2022
“¡No a la guerra!” corearon cientos en San Petersburgo, Rusia, 24 de feb. Decenas de miles se han manifestado contra invasión de Ucrania en 54 ciudades rusas. Más de 7 mil han sido arrestadas.
AP/Dmitri Lovetsky“¡No a la guerra!” corearon cientos en San Petersburgo, Rusia, 24 de feb. Decenas de miles se han manifestado contra invasión de Ucrania en 54 ciudades rusas. Más de 7 mil han sido arrestadas.
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La siguiente declaración fue emitida el 3 de marzo por Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, a nombre del Comité Nacional del PST.

El régimen de Vladímir Putin en Rusia ha desatado una guerra asesina, incluyendo bombardeos masivos a centros urbanos ocupados por civiles en Ucrania. Frente a esta deliberada matanza, y a pesar de la acción peligrosa y provocadora de poner las fuerzas nucleares de Moscú en alerta máxima, los ucranianos están combatiendo valientemente, en muchos casos con armas en las manos, para defender la soberanía e independencia nacional de Ucrania. El Partido Socialista de los Trabajadores saluda su resistencia y llama a la derrota de las fuerzas invasoras de Putin.

Cuando el régimen estalinista en la Unión Soviética se desplomó ante las masivas movilizaciones populares a principios de los años 90, Ucrania fue una de las 14 ex repúblicas que declararon su independencia nacional. Ahora el régimen de Putin pretende reapropiarse despiadadamente, bajo la hegemonía de Moscú, de estas naciones que estaban recluidas en la cárcel de naciones zarista, y regenerar hoy día al imperio ruso con Putin como zar.

El objetivo de Putin es “borrar nuestra historia, borrar nuestro país”, según lo expresó concisamente el presidente ucraniano Volodímir Zelenski el 1 de marzo.

Putin insiste en que Ucrania no es una nación y que no tiene derecho de existir como tal. “La Ucrania moderna fue creada completa y plenamente por Rusia”, alega. Es “parte inalienable de nuestra propia historia, cultura y espacio espiritual” ruso. Él proclama que su anhelada resurrección del imperio será un paso hacia la renovación de la cristiandad, con su “Santa Sede” en el patriarcado ortodoxo ruso de Moscú.

Las fuerzas armadas de Rusia están encarando una resistencia tenaz y sufriendo miles de muertos y heridos en la primera semana de su embestida.

Frente a estos reveses, las fuerzas armadas de Moscú ahora han incrementado sus intensos bombardeos contra zonas residenciales y comerciales con la esperanza de sembrar el terror e intimidar al pueblo ucraniano para que se someta. Aviones y misiles de crucero rusos han atacado edificios de apartamentos, hogares, escuelas, hospitales y estaciones ferroviarias en Mariúpol, Járkiv, Jersón, Kyiv y muchas otras ciudades más pequeñas. El Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania informó el 1 de marzo que dos mil civiles habían muerto durante la primera semana, así como muchos soldados ucranianos.

Apartamentos destruidos por bombardeo ruso en Irpin, cerca de Kyiv, Ucrania. Frente a amplia resistencia contra invasión, gobernantes rusos están atacando áreas urbanas matando civiles.
Reuters/Serhii NuzhnenkoApartamentos destruidos por bombardeo ruso en Irpin, cerca de Kyiv, Ucrania. Frente a amplia resistencia contra invasión, gobernantes rusos están atacando áreas urbanas matando civiles.

Bajo las órdenes de Putin, su alto mando está intensificando la guerra de asedio contra toda la población de Ucrania, cortando la electricidad, el agua y alcantarillado y las comunicaciones de telefonía celular, televisión y radio.

Frente al aumento de la demagogia y violencia antijudía en el mundo de hoy, está creciendo la indignación entre los judíos en Ucrania y el resto del mundo contra las escandalosas afirmaciones de Putin —sobre todo cuando él mismo es producto de la notoriamente antijudía policía secreta rusa, antes llamada KGB— de que la agresión va dirigida a “desnazificar” a Ucrania.

El presidente ucraniano Zelenski es judío; su abuelo combatió en el ejército soviético para repeler a los invasores imperialistas alemanes, y otros familiares perecieron en el Holocausto. El 2 de marzo, misiles rusos “desnazificadores” golpearon una torre de televisión en Babyn Yar —sitio donde las fuerzas nazis masacraron a más de 30 mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial— y profanaron un cementerio judío. No es asombroso que judíos por todo el mundo están viendo más de la verdad y están instando a los judíos de Ucrania a que se sumen a los otros para luchar.

Más soldados y marineros rusos se están desmoralizando y decepcionando. El régimen de Putin les mintió sobre lo que iban a encontrar. Les dijeron que serían recibidos como “libertadores”, y que iban a arrollar rápidamente a las fuerzas militares ucranianas. Ahora no solo están sufriendo importantes bajas sino que están encarando desabastecimientos de alimentos y combustible. Algunos están desobedeciendo órdenes de bombardear objetivos civiles; se están replegando del combate o se están rindiendo sin dar batalla; o incluso están saboteando o abandonando equipos militares rusos.

Al interior de Rusia, decenas de miles de personas han salido a las calles de ciudades y pueblos por todo ese vasto país para exigir el cese de la guerra. Lo están haciendo a pesar de la represión policiaca, con más de 7 mil arrestos en la primera semana, así como amenazas del gobierno de ser acusados de “traición”. Las manifestaciones callejeras también se están extendiendo por toda Europa, América y el mundo.

El Partido Socialista de los Trabajadores se opone al embargo económico y financiero, aplicado de manera amplia, que las clases gobernantes de Estados Unidos, Europa y otros países imperialistas le han impuesto a Rusia, así como a las maniobras militares de estos gobiernos. Estas sanciones terminan recayendo con más fuerza sobre el pueblo trabajador de Rusia.

Washington y sus aliados capitalistas en Londres, Paris, Berlín y otros países derraman lágrimas de cocodrilo por la soberanía nacional de Ucrania y la difícil situación de su pueblo. Pero dejando de lado sus frases pomposas, lo único que realmente les preocupa es proteger sus propias ganancias e intereses políticos estratégicos en la región. ¡El Partido Socialista de los Trabajadores exige que se retiren completamente de Europa todas las tropas norteamericanas y los armamentos convencionales y nucleares y los sistemas de misiles nucleares de Estados Unidos!

Desde los años 90, las administraciones y Congresos tanto demócratas como republicanos se han dedicado a reforzar la posición del imperialismo norteamericano como la predominante potencia militar “europea” desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. En colaboración con otros gobiernos imperialistas en Europa, y con los otros gobiernos burgueses implicados, Washington ha extendido el alcance de su poderío militar acercándose a las fronteras rusas. Esto incluye el despliegue de misiles balísticos en Polonia y Rumania.

Los intentos de Putin de utilizar las medidas de Washington y los otros gobiernos de la OTAN para justificar su sanguinaria invasión a Ucrania son tan cínicos como falsos. Una Ucrania independiente y soberana no representa ningún tipo de amenaza bélica contra Rusia.

A la vez, el Partido Socialista de los Trabajadores no le brinda confianza política alguna al gobierno capitalista en Kyiv, el cual respalda a los acaudalados capitalistas de Ucrania en sus presiones contra las condiciones de vida y trabajo y los derechos políticos de los mineros del carbón, obreros ferroviarios, agricultores y otros oprimidos y explotados.

El Partido Socialista de los Trabajadores defiende y actúa a partir de nuestra continuidad comunista con V.I. Lenin, bajo cuyo liderazgo el Partido Bolchevique dirigió a la clase trabajadora al poder estatal en Rusia en octubre de 1917. Fue esa república revolucionaria de trabajadores y campesinos la que garantizó el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas antes atrapadas en el imperio zarista.

En 1922, tras consolidar su victoria contra los ejércitos contrarrevolucionarios de los capitalistas, latifundistas y 15 potencias imperialistas invasoras, el gobierno dirigido por los bolcheviques estableció una federación voluntaria  de las repúblicas de Rusia, Ucrania y otras cuatro: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Los comunistas en Rusia, según insistía Lenin, deben “declarar una guerra a muerte contra el chovinismo gran ruso”. Fue solo después de la contrarrevolución política, encabezada por José Stalin contra la trayectoria internacionalista proletaria de Lenin, que a Ucrania y a otros pueblos oprimidos se les negó nuevamente su idioma, su cultura y otros derechos nacionales. 

Los miembros y partidarios del Partido Socialista de los Trabajadores están haciendo campaña para divulgar la verdad sobre el ataque asesino del gobierno ruso contra la soberanía de Ucrania, contra su derecho a existir como nación. Nosotros y los comunistas en otros países nos organizaremos para llevar esta declaración, junto con los reportajes semanales del Militante  sobre la lucha del pueblo ucraniano, al pueblo trabajador de la manera más amplia: a piquetes de huelga, a protestas sociales, a las puertas de los trabajadores y adonde sea que vayamos. Y para llevarlos a las protestas contra la invasión rusa que están ocurriendo por todo Estados Unidos y el mundo entero.

El Partido Socialista de los Trabajadores está movilizando a sus candidatos al Senado, la Cámara de Representantes y otros puestos públicos para aprovechar al máximo el período electoral de 2022 divulgando la verdad y presentando una política exterior propia de la clase trabajadora. Una política exterior que comienza con los intereses del pueblo trabajador a nivel nacional e internacional, no con frases hipócritas sobre “democracia” y “libertad” con las cuales los capitalistas pretenden disfrazar su explotación y opresión de miles de millones de personas en todo el mundo.

Lo que está en juego es enorme. El pueblo trabajador necesita ver la necesidad de tomar el poder político en nuestras propias manos —como lo hicieron los trabajadores en Cuba a principios de los años 60, tras una revolución popular basada en los trabajadores y agricultores— o, de lo contrario, enfrentaremos un futuro de devastación social, reacción, guerra mundial y hasta catástrofe nuclear.

Acompáñenos en este esfuerzo para alzar una voz independiente de la clase trabajadora en Estados Unidos: para tener un impacto en la opinión pública aquí y en otras partes de América, Europa y el resto del mundo. Súmese a nosotros para exigir:

¡Por la derrota de la asesina invasión y bombardeo a Ucrania por parte de Moscú!
¡Defender la independencia y soberanía de Ucrania!
¡Armas nucleares y fuerzas armadas de Washington: fuera de Europa, de toda  Europa, ya!