NUEVA YORK — “Como no han podido doblegar a Cuba, tienen que criminalizar a la solidaridad”, dijo Milagros Rivera, presidenta del Comité de Solidaridad con Cuba en Puerto Rico, en una entrevista el 28 de octubre en la oficina del Militante en esta ciudad. Ella explicaba por qué el FBI hostigó a miembros de una brigada de la colonia norteamericana que fue a Cuba en julio.
“También le molesta al imperio que hay personas dentro de su colonia que están demostrando solidaridad al pueblo cubano”.
Agentes del FBI visitaron o llamaron a por lo menos 62 personas en Puerto Rico a fines de agosto, principalmente a personas que fueron a Cuba en la Brigada de Solidaridad Juan Rius Rivera. Alertados sobre la operación del FBI por el Comité de Solidaridad con Cuba, todos se negaron a hablar con la policía política de los gobernantes norteamericanos.
El FBI tenía como objetivo encontrar algún pretexto legal para perseguir al Comité de Solidaridad y a Rivera. Los agentes actuaron de forma amistosa, invitando a los brigadistas a tomar un café y conversar. “Es como si quisieran decir: ‘Mira, somos buena gente’“, dijo, y olvídense de la historia del FBI en Puerto Rico.
Algunos agentes alegaron que espías de la seguridad cubana habían infiltrado a la brigada —una mentira descarada— o que la brigada había violado una “ley” norteamericana, la cual se negaron a nombrar.
Rivera estaba en Nueva York en una gira de tres días para hablar en contra del acoso del FBI. Habló ante una clase en Hostos Community College, participó en el panel de una reunión a la que asistieron 120 personas en la Iglesia del Pueblo en East Harlem y se unió a una marcha contra la guerra económica de Washington contra Cuba el 29 de octubre.
Durante la pandemia, explicó Rivera, el Comité de Solidaridad organizó entre los puertorriqueños para enviar a Cuba medio millón de jeringas para que pudieran utilizar las cinco vacunas que desarrollaron científicos cubanos contra la COVID-19. Las jeringas escasean debido a las brutales sanciones de Washington.
Mientras construíamos la solidaridad con Cuba, “hemos podido divulgar nuestra situación colonial”, dijo. “A ellos eso no les debe de agradar tampoco”.
A los puertorriqueños se les otorgó la ciudadanía estadounidense en 1917, señaló Rivera, para permitir que Washington reclutara a puertorriqueños al ejército norteamericano en la Primera Guerra Mundial.
“Su colonia les ha servido muy bien” a los gobernantes capitalistas norteamericanos”, dijo. Por eso, la solidaridad con Cuba “nos ha convertido en un poco peligrosos. Estamos demostrando a los pueblos de América Latina que no estamos satisfechos con lo que Estados Unidos está haciendo con Cuba, ni con lo que está haciendo con Puerto Rico”.
Washington recientemente entregó 2 millones de dólares para “ayudar” a Cuba después del huracán Ian, señaló Rivera, “una ínfima parte de lo que Cuba pierde a diario por el bloqueo. Tanto los demócratas como los republicanos quieren asfixiar a Cuba porque Cuba es un ejemplo a seguir.”.
“Cuba lo que necesita”, dijo Rivera, “es que se levanten las sanciones ya”.
FBI, arma del dominio colonial
Rivera explica, “El FBI es un instrumento para perpetuar el colonialismo en Puerto Rico.”
Su larga historia como policía política de los gobernantes capitalistas de Estados Unidos, atacando sindicatos, grupos de derechos de los negros, el Partido Socialista de los Trabajadores y otros, también incluye su ataque sistemático a los luchadores por la independencia de Puerto Rico durante décadas.
En 1937, agentes del FBI ayudaron a llevar a prisión al líder del Partido Nacionalista de Puerto Rico, Pedro Albizu Campos. Fue acusado de conspiración para derrocar al gobierno, a pesar de que no había pruebas de que hubiera llevado a cabo un solo acto ilegal.
“Ellos tenían hasta una carpeta del gobernador Muñoz Marín”, dijo, refiriéndose al primer gobernador electo de la colonia y una figura importante que ayudó a los gobernantes norteamericanos en su intento para disfrazar el coloniaje de la isla.
Es por eso que el FBI está tratando de cambiar su imagen, dijo Rivera. Ha llevado a cabo arrestos muy publicitados de funcionarios sindicales y gubernamentales y policías por cargos de corrupción, presentándose como amigo del pueblo puertorriqueño.
“Es parecido a lo que Uds. dicen sobre la redada de la casa de Trump”, dijo Rivera, refiriéndose a la explicación del Militante de que cada vez que el gobierno de Estados Unidos viola los derechos constitucionales de alguna persona, hará lo mismo o peor, contra el pueblo trabajador.
La primera experiencia personal de Rivera con el pisoteo de los derechos constitucionales por parte del FBI fue hace 37 años.
El 30 de agosto de 1985, 200 agentes del FBI fuertemente armados allanaron 38 casas y oficinas de activistas independentistas en Puerto Rico, como parte de la persecución de los Macheteros, un grupo independentista acusado de robar un camión blindado de Wells Fargo en Hartford, Connecticut, en 1983. Los agentes arrestaron a 11 activistas independentistas y confiscaron la imprenta de Pensamiento Crítico, una revista independentista.
El FBI ocupó el edificio de apartamentos donde todavía vive Rivera. “No éramos parte de los Macheteros, pero éramos una voz importante en la oposición a las redadas del FBI”, dijo. “Llamé a la estación de radio NotiUno y fueron los primeros en informar que el FBI había invadido la cooperativa Los Robles”.
‘Presos en nuestras propias casas’
“Ellos ocuparon, invadieron los pasillos del condominio. No dejaban que los abogados entraran”, dijo Rivera. “Es cómo si fuéramos presos en nuestra propia casa. Salieron con cajas selladas. Hacían intercepciones telefónicas”.
“El FBI no pudo utilizar en la corte mucho de lo que tomaron porque no fue tomado legalmente”, dijo Rivera.
“Una vecina que no es independentista, dijo ‘vamos a lavar ropa’ y llamamos a todo el mundo para los pasillos”, como una forma de protesta, recordó Rivera. “Todo el mundo va a los pasillos y el FBI con sus metralletas”.
Veinte años después, el FBI rodeó la casa donde vivía el líder de los Macheteros, Filiberto Ojeda Rios, luego de que se fugara de una prisión en Estados Unidos. Después de herirlo gravemente, no permitieron que nadie se acercara por 20 horas, asegurando que muriera desangrando. Miles en Puerto Rico asistieron a su funeral.
Esa experiencia aún se recuerda en Puerto Rico.
El FBI no ha tratado de contactar a nadie en la Brigada Juan Rius Rivera desde agosto, señala Rivera, pero los miembros del comité asumen que el FBI todavía está buscando formas de atacarlos. La mejor defensa es seguir construyendo solidaridad con Cuba —el comité ya está organizando la brigada del próximo año— y seguir denunciando cualquier intento de disrupción del FBI.
Tenemos un dicho, dice Rivera, “somos boricuas y nos vamos para Cuba”