Con su entrada en Rafah, las fuerzas israelíes están avanzando en sus esfuerzos para desmantelar a Hamás, una necesidad absoluta para prevenir que el grupo apoyado por Teherán cumpla con sus amenazas de seguir masacrando judíos “una y otra vez”.
Desde el 6 de mayo casi un millón de palestinos han respondido al llamado de Israel de evacuar Rafah, ubicado cerca de la frontera de Gaza con Egipto. Esto ha permitido que tropas israelíes persigan a los escuadrones de la muerte de Hamás y destruyan sus túneles y arsenales mientras minimizan las bajas civiles. Las fuerzas israelíes han descubierto más de 50 túneles transfronterizos entre Rafah y Egipto que probablemente fueron usados para suministrar a Hamás y transportar combatientes.
Hamás se niega a liberar a los 124 rehenes que aún mantiene cautivos de los secuestrados el 7 de octubre. Ese día Hamás perpetuó el peor pogromo antijudío desde la Segunda Guerra Mundial. Los escuadrones de la muerte de Hamás y de la Yihad Islámica asesinaron 1,200 personas, en su mayoría civiles, hirieron a más de 5 mil y violaron y mutilaron a decenas de mujeres.
Las Fuerzas de Defensa de Israel están actuando con cautela según el Jerusalem Post, “para evitar incluso la posibilidad de que un disparo errado alcance a las cercanas tropas egipcias”, como parte de un “entendimiento” con los funcionarios egipcios. El gobierno egipcio se opone públicamente a la ofensiva israelí contra Hamás y cerró el cruce entre Rafah y Egipto en protesta, impidiendo el paso de ayuda humanitaria, después que Israel asumiera el control. Sin embargo, por sus propias razones, a muchos gobiernos árabes en la región, incluso al de Egipto, les gustaría ver a Hamás destruido.
A pesar de estos hechos, y en medio de negociaciones entre Washington y la monarquía saudí sobre una propuesta para un acuerdo de paz, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, anunció el 20 de mayo que solicitaría órdenes de arresto para el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el ministro de defensa Yoav Gallant y tres líderes de Hamás, Yahya Sinwar, Mohammed Deif e Ismail Haniyeh por “crímenes de guerra”, como si hubiera una equivalencia moral entre la defensa del derecho a existir de Israel y los asesinos de Hamás.
Mienten sobre genocidio israelí
Khan, de origen británico, afirma que el gobierno israelí busca la “exterminación” de los palestinos, incluso por “muertes causadas por hambre”, la misma acusación que hacen los defensores de Hamás y los que hacen eco de ellos, como los directores del New York Times.
Pero la meta de los gobernantes capitalistas de Israel no es exterminar a los palestinos sino prevenir futuras masacres de judíos. De hecho, en Rafah y en otras zonas, las fuerzas israelíes han dado aviso y tiempo para que civiles abandonen las áreas de combate antes de atacar, a pesar de que esto le permite a los matones de Hamás escapar por ahora.
El afirmar que Israel está llevando a cabo “genocidio” es totalmente falso. El genocidio es un intento deliberado y sistemático de exterminar a un pueblo entero.
El genocidio más grande de la época imperialista es la sistemática masacre nazi de 6 millones de judíos, el 40% de la población judía mundial, en el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Aun hoy en día hay menos judíos en el mundo que al comienzo de dicha guerra.
Las mayores potencias imperialistas desde Washington a Londres cerraron sus puertas a los judíos que huían del Holocausto, incluso después del fin de la guerra. Eso, y las traiciones de los estalinistas de situaciones revolucionarias prometedoras en Francia, Italia, Grecia y otros países, resultaron en la inevitable creación de Israel como refugio para los judíos.
La muerte de civiles en Gaza, unos 16 mil de una población de más de dos millones, junto con la muerte de 14 mil combatientes de Hamás, no es genocidio. Y la responsabilidad recae sobre Hamás y su estrategia de usar a los palestinos como escudos humanos, estacionando sus fuerzas debajo y dentro de hospitales, escuelas, mezquitas, edificios de la ONU y residencias.
A pesar de la afirmación del fiscal de la Corte Penal Internacional que Israel causa “hambre” en Gaza, el gobierno israelí ha suministrado miles de carpas a palestinos que huyen de zonas de combate y ha trabajado con organizaciones humanitarias para facilitar cocinas y hospitales de campaña, ha aumentado el flujo de agua a Gaza y ha expandido el número de cruces para ayuda.
Plan genocida de Hamás y Teherán
Hamás, la Yihad Islámica, Hezbolá y el gobierno en Teherán son los que traman otra “Solución Final” genocida.
La carta de fundación de Hamás hace un llamado a la matanza de todos los judíos. Los líderes de Hamás dicen que quieren realizar más pogromos como el del 7 de octubre hasta destruir a Israel y matar o expulsar a todos los judíos.
Nerdeen Kiswani, apologista de Hamás y principal vocero del grupo Within Our Lifetime (Dentro de nuestra vida) en Nueva York, ha organizado protestas a favor de un alto el fuego en Gaza y alaba el 7 de octubre como un acto “heroico” de “resistencia”. A pesar de informes de testigos sobre los asesinatos de civiles, las violaciones por escuadrones de la muerte de Hamás, pruebas fotográficas de la mutilación de los cuerpos que violaron y mataron, Kiswani cínicamente afirma que todo eso son mentiras.
Durante meses los gobernantes estadounidenses han venido aumentando la presión sobre Israel para que abandone sus esfuerzos para derrotar a Hamás, algo que sería desastroso para el pueblo trabajador en la región, dejando al grupo intacto para poder atacar a los judíos y amenazar la existencia de Israel. Si bien el secretario de estado Antony Blinken condenó como “vergonzosas las órdenes de arresto de los funcionarios israelís por el fiscal del tribunal internacional”, su principal preocupación es que “podría perjudicar” los esfuerzos para lograr un alto el fuego.
Los gobernantes capitalistas estadounidenses ponen ante todo sus propios intereses en el Medio Oriente, y no la defensa de Israel o del pueblo judío.
La campaña contra Israel de los defensores de Hamás ha impulsado la violencia antijudía a nivel mundial.