En una flagrante violación de la soberanía de Venezuela, el secretario de estado Antony Blinken le atribuyó a Washington el derecho a decidir sobre el resultado de las elecciones presidenciales de ese país, dando por ganador al líder de la oposición Edmundo González.
Durante más de dos décadas, los gobernantes norteamericanos, bajo administraciones demócratas y republicanas por igual, han tratado de derrocar al gobierno venezolano e imponer uno más servil a los intereses de Washington.
¡Los trabajadores y nuestros sindicatos debemos exigir que Washington saque sus manos de Venezuela! Defender la soberanía de Venezuela no tiene nada que ver con ofrecer apoyo político al gobierno de Maduro, ni a la forma en que llevó a cabo las elecciones. Lo que se necesita es una oposición incondicional a todos los esfuerzos de los gobernantes norteamericanos para imponer su voluntad sobre una nación soberana. Sólo el pueblo de Venezuela tiene derecho a determinar su propio futuro.
La política exterior de Washington sirve los intereses de clase de la clase capitalista en Estados Unidos, su explotación de los recursos, los mercados y la labor de los trabajadores en todo el mundo. Su política exterior es una extensión de lo que hacen aquí, cuando tratan de imponer salarios bajos, horarios agotadores y condiciones de trabajo peligrosas para maximizar sus ganancias. Bajo la hoja de parra de “defender la democracia”, los imperialistas estadounidenses intervienen en toda América y el mundo para mantener su debilitado dominio como último imperio del mundo.
Una de las principales razones por las que los gobernantes norteamericanos atacan a Venezuela es para asestarle nuevos golpes a Cuba revolucionaria.
Washington está especialmente interesado en aprovechar cualquier pretexto para difamar al gobierno cubano y tratar de aislarlo. Sin citar un solo hecho, el New York Sun afirmó que unidades de tropas especiales cubanas habían viajado a Venezuela después de las elecciones. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba categóricamente refutó estas mentiras.
Durante más de seis décadas, el pueblo trabajador de Cuba ha resistido con valentía y firmeza la incesante guerra económica, comercial, financiera y política de Washington para destruir su revolución socialista. Por encima de todo, los gobernantes estadounidenses temen el ejemplo que dio Fidel Castro al liderar al pueblo trabajador cubano en una lucha para derrocar la dictadura respaldada por Washington de Fulgencio Batista y para tomar el poder en sus propias manos en 1959.
Un número creciente de sindicatos se están pronunciando en contra de las sanciones punitivas de Washington contra el pueblo cubano, entre ellas la inclusión de Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.
¡No a la interferencia de Washington! ¡Washington manos fuera de Venezuela! ¡Washington manos fuera de Cuba!