Más de 10 mil trabajadores inmigrantes al día, incluyendo muchas familias, intentaron cruzar la frontera de México con Estados Unidos en busca de asilo la semana previa a la expiración de la política fronteriza de Washington conocida como Título 42. La ley, que entró en vigor durante la pandemia de COVID, expiró el 12 de mayo.
La política le permitía al gobierno deportar de inmediato a los trabajadores sin documentos que cruzaran la frontera. Suspendió las leyes que le permitían a los solicitantes de asilo permanecer en el país mientras se procesaban sus solicitudes. El Título 42 fue iniciado por la administración de Donald Trump y ampliado bajo el presidente Joseph Biden.
Desde el inicio de la pandemia, más de 2.6 millones de trabajadores han sido devueltos a México u otros países. Como no había ninguna sanción legal por la deportación, muchos trabajadores lo intentaron de nuevo. En 2022 hubo más de 2.3 millones de entradas fronterizas ilegales, la cifra más alta de la historia. En cooperación con Washington, el gobierno mexicano detuvo a casi 450 mil trabajadores migrantes adicionales, impidiéndoles cruzar el Río Bravo ese año.
Severino Ismael Martínez Santiago, director del refugio Pan de Vida en Ciudad Juárez, México, dijo al Washington Post que muchos trabajadores inmigrantes creen que la suspensión del Título 42 significa que “se abrirán las puertas a Estados Unidos y que pueden cruzar. Pero eso está lejos de ser cierto. Va a ser peor para ellos”.
En El Paso, Texas, al otro lado de Ciudad Juárez, agentes de la patrulla fronteriza colocan a los inmigrantes frente a dos enormes portones en el muro fronterizo. “Solo queremos pasar, pero este proceso es muy lento”, dijo Jesús Juárez al Post. Juárez pasó un mes viajando desde Venezuela para llegar al portón. Los agentes periódicamente dejan pasar de 10 a 15 personas para ser procesados, “pero luego llegan 100 más”, dijo. “Queremos seguir las reglas, pero es difícil”, dijo Francisco Ortiz, quien vino con su esposa y su hijo de un año desde Honduras. “Solo quiero trabajar y criar a mi hijo en un lugar donde no tememos que temer la violencia”.
Nueva política fronteriza EE.UU.
Bajo las nuevas reglas de inmigración de Washington, las autoridades fronterizas negarán automáticamente el asilo a la mayoría de los trabajadores migrantes que no hayan solicitado asilo primero en otro país en su camino. Los que lleguen a México pueden intentar programar una cita en un puerto de entrada de Estados Unidos utilizando una nueva aplicación para teléfonos móviles, CBP One.
Ramón Elías Suárez ha estado viviendo en un sórdido campamento en Matamoros, México durante tres meses. “Ha intentado repetidamente acceder a la aplicación CBP One. Le mostró a un reportero la respuesta que recibió de que la aplicación necesitaba ser actualizada. Cuando presionó el botón para hacerlo, la aplicación lo llevó a un símbolo de Google”, informó el Post el 12 de mayo.
La nueva política tiene exenciones para emergencias médicas, niños que viajan solos y para ciudadanos mexicanos. Y el gobierno aceptará hasta 30 mil personas por mes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití, que pueden permanecer durante dos años, si cumplen una serie de requisitos, incluyendo tener un patrocinador norteamericano.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo en su conferencia de prensa: “Lo diré claramente, nuestra frontera no está abierta y no estará abierta después del 11 de mayo”. Señalando a los 24 mil agentes fronterizos dijo que habría “consecuencias más duras” para las personas que traten de ingresar o reingresar ilegalmente a Estados Unidos
Washington abrirá centros regionales de procesamiento de solicitudes de inmigración empezando en Guatemala y Colombia, operados por la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados. Washington también está aumentando la cantidad de “vuelos de deportación”, incluidos vuelos a Cuba, que se reanudaron en abril.
CNN informó el 12 de mayo que se estima que hay 155 mil migrantes en refugios mexicanos o en las calles allí. La acumulación de casos de asilo en los tribunales de inmigración de Estados Unidos ha superado los 820 mil, la cantidad más grande hasta ahora.
La organización Constructores y Contratistas Asociados en EE.UU. estima que hay un déficit de medio millón de trabajadores de la construcción este año. “Ejecutivos de Estados Unidos están solicitando una reforma migratoria para poder satisfacer el boom en la manufactura”, dice un titular en el Financial Times el 16 de mayo.
“El objetivo de las políticas de inmigración bajo el capitalismo no es bloquear la inmigración sino controlarla, para satisfacer mejor las demandas de mano de obra barata de los patrones y reforzar el estatus de paria de los trabajadores indocumentados”, dijo al Militante Róger Calero, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para el consejo municipal de Nueva York. “Esto se plantea hoy de manera más aguda dada la decreciente tasa de natalidad en Estados Unidos”.
“Los patrones buscan fomentar y explotar divisiones entre los trabajadores inmigrantes y los nativos”, dijo. “El PST llama al movimiento obrero a luchar por la amnistía para todos los trabajadores indocumentados que se encuentran actualmente en Estados Unidos. Este es el camino para unificar a la clase trabajadora y fortalecer nuestra capacidad de luchar contra los patrones.
“Con la profundización de la crisis económica capitalista mundial que golpea especialmente a los trabajadores en los países semicoloniales, los trabajadores seguirán intentando ingresar a Estados Unidos y otros países económicamente desarrollados para escapar de la pobreza y la represión”, dijo Calero.
“Estos trabajadores enfrentan los mismos desafíos que los trabajadores en Estados Unidos: la necesidad de construir un liderazgo obrero revolucionario vivan donde vivan. Organizarse independientemente de los patrones y sus partidos políticos, luchar para defender sus intereses de clase y tomar el poder político en sus propias manos”.