NUEVA YORK — “Hemos tenido que enfrentar muchos retos y adversidades para llegar hasta aquí, pero ha valido la pena”, dijo el embajador cubano ante Naciones Unidas, Yuri A. Gala López, en un evento aquí el 21 de enero para celebrar el 65 aniversario de la Revolución Cubana. Estaba citando al General de Ejército Raúl Castro Ruz, un líder histórico de la revolución, quien habló en la celebración en Santiago de Cuba el 1 de enero.
Sesenta y cinco personas asistieron al evento, auspiciado por las ramas del Partido Socialista de los Trabajadores en Nueva York y Nueva Jersey. Todos los asistentes recibieron una copia del discurso de Castro. El líder cubano expresa confianza en el pueblo trabajador de Cuba, con su “inmensa capacidad creadora” y un arduo esfuerzo para conquistar los desafíos que enfrenta la revolución socialista a causa de la guerra económica y agresiones del imperialismo norteamericano por más de seis décadas.
Junto a Gala López habló Steve Clark, miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores. Joanne Kuniansky, candidata del PST al Senado de Estados Unidos por Nueva Jersey, presidió el evento.
Sí, dijo Clark, la revolución “ha valido la pena, ha valido la pena para el pueblo cubano y para cientos de millones de trabajadores en Estados Unidos y en todo el mundo”. Junto con la Revolución Bolchevique de 1917 dirigida por V.I. Lenin, “es una de las dos grandes revoluciones socialistas del siglo pasado”.
La victoria de 1959, explicó Raúl Castro, fue “el triunfo de la única revolución que ha existido en Cuba, iniciada el 10 de octubre de 1868”. Una revolución que comenzó con la lucha por la independencia colonial y la abolición de la esclavitud, dijo Clark, y “culminó 90 años después abriendo paso a la primera revolución socialista en América”.Desde los primeros días, dijo Clark, el PST ha divulgado la verdad sobre la revolución, utilizando el Militante y más de 40 libros publicados por la editorial Pathfinder, en su mayoría discursos y entrevistas de sus dirigentes. “Ponemos los libros que ven aquí en los estantes en manos de trabajadores y jóvenes”.
Clark relató cómo Jack Barnes, ahora el secretario nacional del PST, pasó el verano de 1960 en Cuba. En ese momento era un estudiante en la universidad Carleton College. Cuando Barnes regresó, les relató a los dirigentes del PST en Minneapolis, quienes ya eran defensores activos de la Revolución Cubana, lo que había visto y aprendido. “Estos trabajadores le dijeron a Jack que el deber de los que estaban convencidos del ejemplo sentado por los trabajadores cubanos era construir un partido de trabajadores capaz de hacer una revolución socialista victoriosa en Estados Unidos”, dijo Clark. Barnes relata esta historia en el libro Cuba y la revolución norteamericana que viene, publicado por Pathfinder.
La Revolución Cubana “no se trató de ideologías, sistemas, mecanismos o estructuras”, dijo Clark. “Se trató del involucramiento de los trabajadores y trabajadoras que hicieron la revolución y la han construido y defendido hasta el día de hoy. Se trata de su transformación como seres humanos al hacerlo”.
Varios años después del triunfo de 1959, Fidel Castro habló sobre la Caravana de la Libertad, el recorrido de ocho días que hizo el victorioso Ejército Rebelde a través de Cuba, desde Santiago hasta La Habana, deteniéndose para hablar con trabajadores y campesinos que salieron a saludarlos. “Al marchar a través de pueblos y ciudades, vi cientos, miles de hombres y mujeres con el uniforme rojinegro del Movimiento 26 de Julio”, dijo Fidel. “Pero más y más miles tenían uniformes que no eran rojos ni negros, sino camisas de trabajadores y de campesinos”.
Esto registró el punto en el que Fidel “fue más allá de ser un dirigente de una organización política particular antes de 1959”, dijo Clark, “y trazó un curso para forjar una dirección obrera del pueblo trabajador de Cuba capaz de hacer una revolución socialista y de defenderla”.
¡Fin al embargo ya!
“El bloqueo” —impuesto por los últimos 12 presidentes de Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos— “es un acto de guerra económica destinado a anular la capacidad del gobierno cubano para atender las necesidades de la población” y hacer al país ingobernable, dijo el embajador Gala López. Es “una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo nuestro pueblo y el mayor obstáculo para nuestro desarrollo”.
Dijo que los daños acumulados en tan solo un año —de marzo de 2022 a febrero de 2023— ascendieron a por lo menos 4,800 millones de dólares, unos 13 millones cada día. A precios corrientes, los efectos acumulados durante los más de 60 años que Washington ha librado su guerra económica contra Cuba y su pueblo superan los 159 mil millones de dólares. “¿Cómo sería Cuba hoy si tuviera estos recursos?” preguntó.
Pese a ello, afirmó Gala López, “Cuba seguirá renovándose en la construcción de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible”.
Aquí estamos, aquí estaremos
“Ni agresiones externas, ni los golpes de la naturaleza, ni nuestros propios errores han impedido que lleguemos a este 65 aniversario”, dijo Raúl Castro al finalizar su discurso el 1 de enero. ¡Aquí estamos y aquí estaremos!”
“El Partido Socialista de los Trabajadores se suma a ese compromiso revolucionario”, dijo Clark. “Aquí estamos y aquí estaremos, en la lucha por emular a los trabajadores cubanos en la batalla por el poder obrero y la revolución socialista aquí, en el más poderoso, más brutal y, lo más importante de todo, el último imperio en la historia humana. ¡Viva la Revolución Cubana!”
Kuniansky finalizó el programa presentando a seis miembros del equipo que viajará a Cuba en febrero para participar en el stand de Pathfinder de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Los participantes también compartieron experiencias y criterios antes y después del programa disfrutando de una variedad de comidas y bebidas. Ellos provinieron de Boston, Nueva York, Nueva Jersey y Filadelfia. Habían conocido a miembros del PST en el trabajo; en las puertas de sus casas cuando ellos iban de puerta en puerta presentando el Militante, los libros y las campañas electorales del partido; o en otras actividades.
Muchos, entre ellos personas originarias de Jamaica, Guinea Conakry, Chile, México y otros lugares, aprovecharon para hablar con los miembros de la delegación cubana. Unos de ellos relataron sus experiencias con voluntarios cubanos que habían ido a sus países para brindar solidaridad.