LOS ANGELES — “Salimos en huelga cuatro veces. Lo más importante para mí es que logramos que no subieran los copagos por atención médica”, dijo al Militante Rosa Merino, ama de llaves del Hotel Indigo en el centro de esta ciudad. Ella fue parte de una reunión de 150 personas en el hotel Westin Bonaventure en el centro de la ciudad organizada por el Local 11 del sindicato UNITE HERE el 10 de julio. Estaban celebrando y agradeciendo a sus partidarios en la comunidad por su apoyo en la lucha que les permitió ganar más de 60 contratos en hoteles del área desde que el sindicato comenzó una serie de huelgas de tres y cuatro días hace un año, el 2 de julio.
“Si los patrones intentan aumentarme el trabajo, les diré que hablen con mi sindicato. Ahora nos respetan más”, dijo Merino. Además de participar en las acciones en el Índigo, Merino se unió a piquetes en otros cuatro hoteles del área, en un hotel Sheraton en Phoenix y en una protesta organizada por el sindicato en Washington.
En la reunión se encontraban representantes sindicales, políticos locales y figuras religiosas asociadas con Clergy and Laity Organized for Economic Justice, que apoyó al sindicato en su reñida lucha. El programa fue presidido por dos de los tres copresidentes del Local 11, Ada Briceño y Kurt Petersen. Fotografías tomadas durante las huelgas fueron proyectadas en dos pantallas grandes.
Según los nuevos contratos, la mayoría de los trabajadores recibirán un aumento de salario de 10 dólares la hora, cinco de ellos inmediatamente, dijo Petersen. Bajo los contratos los hoteles tienen que brindar servicio de limpieza diario, a menos que un huésped opte por no recibir el servicio.
El pago incluirá una propina del 20% para los meseros y camareros sindicalizados en los hoteles que no sean de lujo. Algunos hoteles también acordaron aumentar la cantidad de personal a los niveles previos a la pandemia. En todos los contratos, los empleadores acordaron no utilizar los controles federales de inmigración E-Verify para los trabajadores que no están en período de prueba.
Varios trabajadores fueron presentados en la reunión. “Fuimos transformados en esta lucha porque pasamos momentos difíciles”, dijo Vicki Martínez, quien trabajaba en el Hotel DoubleTree en el centro de Los Angeles. “Nunca pensé que tendríamos que luchar tan duro por algo que es justo”.
Estos contratos de cuatro años y medio expiran en 2027, un año antes de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en Los Angeles, dijo Petersen. Esto coloca al sindicato en una posición sólida para la próxima ronda de negociaciones.
Durante la lucha de un año, los patrones buscaron fomentar divisiones entre los trabajadores, trayendo inmigrantes recién llegados de Venezuela y otros países como rompehuelgas. Los patrones también intentaron sembrar fricciones utilizando a trabajadores africanoamericanos como esquiroles en hoteles que han sido atendidos en su mayoría por latinos.
Briceño presentó a Thomas Bradley, un trabajador africanoamericano que se sumó a la lucha sindical, entre aplausos de la multitud. Bradley dijo al Militante que estaba trabajando para una agencia temporal en el hotel Westin Bonaventure durante las huelgas. Habló con miembros del sindicato que le explicaron cuales eran las cuestiones por las que luchaban. “Quise hacer lo correcto, así que me uní a los piquetes. Ahora trabajo allí a tiempo parcial como miembro de UNITE HERE y el sindicato me está apoyando para conseguir un puesto de tiempo completo”.
Los patrones de siete hoteles todavía se niegan a firmar contratos. Allí continuarán los piquetes.