Veteranos luchan contra retraso en pagos por discapacidad

Por Brian Williams
24 de septiembre de 2018
Veteranos de guerra esperan su terapia física en el Brook Army Medical Center, San Antonio, Texas, en 2007. La Admón. de Veteranos ha negado beneficios a medio millón de veteranos.
AP Photo/Gerald Herbert Veteranos de guerra esperan su terapia física en el Brook Army Medical Center, San Antonio, Texas, en 2007. La Admón. de Veteranos ha negado beneficios a medio millón de veteranos.

Cientos de miles de veteranos que han presentado apelaciones de reclamos de discapacidad esperan años, y a veces toda su vida, para que el Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) decida sus casos. Uno de cada 14 veteranos muere antes de recibir una decisión, o cualquier ayuda urgente que necesite, según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental.

Con mejoras en las técnicas quirúrgicas y la armadura corporal, un número mucho mayor de soldados desplegados en Iraq y Afganistán sobreviven los ataques con bombas improvisadas que en el pasado hubieran sido fatales.

“Se les mantiene vivos en números sin precedente”, dijo a Associated Press, David Cifu, un médico de rehabilitación del VA. “Más del 95 por ciento de los soldados heridos en Iraq y Afganistán han sobrevivido”.

Estos veteranos regresan de múltiples misiones y encuentran un sistema de Asuntos de Veteranos burocratizado que pone todo tipo de obstáculos para obtener atención médica y beneficios. Alrededor del 45 por ciento de los veteranos que prestaron servicio en Iraq y Afganistán solicitaron beneficios de discapacidad, el doble de la tasa de la Guerra del Golfo a principios de la década de 1990.

El Departamento de Asuntos de Veteranos paga más de 78 mil millones de dólares cada año a casi 5 millones de personas. Pero se les han negado beneficios a casi 500 mil personas.

El proceso de presentación de discapacidad es complejo. Los veteranos con múltiples lesiones —los heridos en Iraq y Afganistán tienen cada uno un promedio de ocho— necesitan una investigación y decisión por separado para cada una de las lesiones. Y mientras que la resolución de sus solicitudes se estancan durante años, o algunas veces décadas, las condiciones médicas pueden empeorar y entonces debe presentarse una nueva ronda de documentación.

Solo en 2017, más de 90 mil casos fueron apelados ante la junta del VA y el 57 por ciento de ellos no fueron aprobados, según las estadísticas del VA. Dado este engorroso proceso “muchos veteranos no apelan”, o se desaniman durante el proceso, dijo al Wall Street Journal Bart Stichman, director ejecutivo del Programa Nacional de Servicios Legales para Veteranos.

En abril, un Tribunal de Apelaciones federal revocó un fallo de 19 años que decía que los veteranos tenían que tener un diagnóstico médico específico y claro relacionado con cualquier dolor que estuvieran sufriendo para ser elegibles para pagos por discapacidad. Este fallo fue la base para rechazar al menos 11 mil solicitudes al VA, informó el Military Times.

El caso fue presentado por el Programa Nacional de Servicios Legales para Veteranos en nombre de Melba Saunders, veterana del ejército, que sirvió en la primera Guerra del Golfo. Se dañó las rodillas durante siete años de servicio. Cuando ella solicitó beneficios de discapacidad, su demanda fue denegada. La Junta de Apelaciones de Veteranos citó un caso judicial anterior que sostenía que “para fines de compensación por discapacidad del VA, por sí solo el dolor no es una discapacidad ”.“El nuevo fallo del tribunal borra ese precedente, al menos por ahora”, señaló el Times. “Los veteranos todavía tienen que demostrar una clara relación entre el dolor y el servicio militar para ser elegibles, pero ya no tendrían que tener una razón médica específica para el dolor para solicitar beneficios”. Hasta agosto había 238 mil apelaciones atrapadas en el sistema. El VA proyecta procesar alrededor de 80 mil este año.

La misma horrenda situación existe para las personas civiles que solicitan ayuda por discapacidad del Seguro Social por enfermedad o lesiones antiguas. Aquí los trámites burócraticos son aún más largos. Estadísticas recientes de la Administración del Seguro Social muestran que solo el 21 por ciento de las aplicaciones son aprobadas. Esta cifra ha estado disminuyendo durante una década más o menos. Si a una persona se le niega la discapacidad y no se da por vencida, entonces tiene que someter una solicitud de reconsideración. La tasa de aprobación en casos reconsiderados ha caído al 2 por ciento.

Si la persona aún está coleando, y no se ha dado por vencida, entonces puede solicitar una audiencia de discapacidad, usualmente un asunto de 20 minutos. La tasa de aprobación en estas audiencias mejoró en solo un 11 por ciento. La duración media para pasar por estas tres etapas es de dos a tres años. En general, no importa cómo uno lo haga, la tasa total de aprobación es solo del 34 por ciento.