El 15 de octubre, el Militante apeló ante el Comité de Revisión de Literatura del Departamento de Correcciones de Florida la última incautación del periódico por parte de las autoridades penitenciarias.
Funcionarios de la prisión estatal de Florida en Raiford dicen que los artículos sobre la lucha contra el confinamiento solitario en cárceles de California y la huelga de hambre de Oleg Sentsov, un cineasta de Crimea encarcelado en el gulag de Moscú, son “una amenaza a la seguridad, el buen orden o disciplina” de la prisión e incitan a la “insurrección”.
Esta última incautación “parece ser parte de una censura enfocada y constante hecha de forma inconstitucional y arbitraria por el contenido y punto de vista” contra del Militante, escribió el abogado del periódico, David Goldstein, de la firma de abogados de derechos civiles Rabinowitz, Boudin, Standard, Krinsky & Lieberman.
Cuando una prisión de Florida decomisa un número del periódico, todas las prisiones del estado también prohíben la entrega de ese número a los suscriptores.
Los directores y funcionarios de las prisiones “han intentado censurar nueve de los últimos 16 números” del Militante, dijo Goldstein. En el último año y medio, han incautado al menos 19 números, aproximadamente “cuatro veces más que en el resto del país, incluyendo prisiones estatales y federales, en la última década”.
Esto obliga al Militante a “gastar recursos sustanciales para combatir estos esfuerzos inconstitucionales e incorrectos para prohibir” el periódico, escribió Goldstein, y agregó que el Comité de Revisión de Literatura debería instruir a los directores de las prisiones que respeten sus propias reglas y la Carta de Derechos.
El Militante ha publicado artículos similares sobre el confinamiento solitario y sobre la lucha de Sentsov por su libertad en números anteriores, que no fueron incautados, señaló Goldstein. No hay nada en estos artículos que promueva la violencia, alteraciones en la cárcel o cualquier otra actividad prohibida, dijo.
Pronúnciese en contra de la censura
El Militant Labor Forum en Nueva York presentó un panel el 13 de octubre titulado, “Únase a la lucha contra la censura en las cárceles: Defienda el derecho de los trabajadores tras las rejas”. El programa abordó la censura del Militante en las prisiones de Florida, y la nueva política de los funcionarios estatales de Pennsylvania que restringe el acceso de los presos a libros, periódicos y cartas.
James Tager, subdirector de Política de Libre Expresión e Investigación de PEN América, fue el primer orador. PEN América, fundada en 1922, aglutina a novelistas, periodistas, editores, poetas y otros para defender a escritores y el derecho de las personas a leer lo que ellos elijan.
“Nosotros también hemos observado un considerable aumento en los intentos de restringir el acceso de los presos a libros y periódicos”, dijo Tager. Señaló el “proyecto piloto” en Nueva York a principios de este año que obligaba a los presos a ordenar libros de un puñado de vendedores. Solamente ofrecían unas cuantas decenas de títulos, con un énfasis en libros para colorear y textos religiosos.
“Se vieron obligados a dar marcha atrás a estas restricciones por la protesta pública”, dijo.
Justin Mazzola, subdirector de investigación de Amnistía Internacional, señaló que “como PEN América, hemos escrito muchas cartas en contra de la censura del Militante y de Prison Legal News”, otra publicación que ha luchado contra los continuos intentos de las prisiones de que no les llegue a los presos.
El gobierno dice que las prisiones deben “rehabilitar” a los presos, dijo Mazzola, pero al negarles el derecho a la literatura de su elección, hacen que sea más difícil que los presos se preparen para una vida fuera de la prisión.
Willie Cotton, hablando en nombre del Partido Socialista de los Trabajadores, describió la lucha del Militante contra la censura en las prisiones de Florida. “Algunas veces han censurado artículos sobre la lucha contra la censura”, dijo Cotton.
Las prisiones y el sistema de “justicia” criminal no están para impartir justicia, dijo Cotton, sino para mantener a los trabajadores en su lugar. Con las sentencias negociadas más del 90 por ciento de los acusados se ven obligados a declararse culpables, independientemente de si hicieron algo o no.
“Al luchar por el Militante,, no estamos luchando solo por nuestro periódico o incluso por nuestros suscriptores”, dijo el editor del Militante John Studer en el debate. “Sino para que todos los trabajadores presos lean la literatura de su preferencia, piensen por sí mismos y sean parte del movimiento para cambiar el mundo”.
Todo el que se oponga a las violaciones de la Carta de Derechos por el sistema penitenciario de Florida pueden ayudar en esta lucha escribiendo una carta oponiéndose a la censura del Militante, e instando que los sindicatos, grupos religiosos, organizaciones comunitarias, compañeros de trabajo y otros hagan lo mismo.
Envíe su cartas a Dean Peterson, Director de Servicios Bibliotecarios, Departamento de Correcciones de Florida, con atención al Comité de Revisión de Literatura, 501 South Calhoun Street, Tallahassee, FL 32399-2500, o por correo electrónico a Allen.Peterson@fdc.myflorida.com. Favor de enviar una copia y una contribución para continuar esta batalla al Militante.