La fila de manifestantes frente al parlamento en Varsovia, capital de Polonia, el 15 de abril fue larga. La mayoría eran mujeres vestidas de negro. Todas usaban mascarillas y mantuvieron seis pies entre ellas. Algunos portaban letreros y pancartas. En su ropa, bolsos, letreros y pancartas habían dibujos de relámpagos, ganchos, sombrillas y puños, todos símbolos familiares de las protestas en defensa del derecho de la mujer a elegir el aborto.
Los parlamentarios estaban debatiendo una ley que prohibiría totalmente el aborto. Este fue el tercer intento de los gobernantes de aprobarla. Fracasaron en 2016 y 2018 cuando decenas de miles salieron a las calles para protestar. Con el país paralizado bajo el pretexto del coronavirus, pensaron que esta vez se podrían salir con la suya.
“Es una ley draconiana contra las mujeres”, dijo al Militante Krystyna Kacpura, directora ejecutiva de la Federación por las Mujeres y la Planificación Familiar, por teléfono desde Varsovia el 27 de abril. “Nos niega nuestro derecho al aborto e intentan hacerlo justo cuando nos niegan el derecho a protestar. Hubiéramos salido a protestar, como lo hicimos cuando intentaron antes. Hoy tuvimos que buscar otra manera”.
El día anterior a la protesta, luchadores por los derechos de la mujer salieron a la intersección de los dos principales bulevares de Varsovia en autos y bicicletas. Al mediodía pararon sus autos y bloquearon el tráfico mientras coreaban consignas y tocaban sus bocinas. Los ciclistas con sus bicicletas adornadas con pancartas, rodearon la intersección. La policía gritó que la acción era ilegal y ordenaron que se fueran a sus hogares. Multaron a unas 100 personas.
“Nos sumamos a las filas en los supermercados y otras tiendas. Colgamos pancartas y banderas en las ventanas y balcones”, dijo Kacpura. “Enviamos 2.8 millones de cartas a los miembros del parlamento y cientos de tweets antes del debate, el cual fue indignante. Nos llamaron asesinos y otras cosas odiosas. Seguiremos protestando”. Los legisladores no votaron sobre la ley. La enviaron a una comisión parlamentaria.
El aborto fue prohibido en 1993 con algunas excepciones. La nueva ley prohibiría abortos en caso que el feto tenga serias deformaciones, la razón de un 95 por ciento de los mil a dos mil abortos legales al año. Se estima que entre 10 mil a 150 mil abortos ocurren ilegalmente.
La píldora “del día después” se vendía abiertamente. Ahora requiere receta. Médicos pueden usar una “clausula de conciencia” para rehusar dar una receta para contraceptivos, y farmacéuticos rehúsan venderlos.
Mujeres se organizan para luchar
Cuando se propuso la ley contra el aborto en 2016, 150 mil personas participaron en protestas del “lunes negro” ese octubre en 140 por toda Polonia. Las consignas populares eran “La mujer es ser humano” y “mi cuerpo, mi elección”.
“Esa ley hubiera resultado en la completa prohibición del aborto, el fin a la educación sexual, a contraceptivos”, dijo Kacpura. “Las mujeres estaban furiosas. La mayoría de las protestas fueron en pueblos pequeños y zonas rurales. El gobierno tuvo que echarse atrás”. En 2018 cuando se propuso nuevamente, hubo más protestas, y la propuesta murió.
Cuando el aborto fue legalizado burocráticamente por el gobierno estalinista de Polonia en 1956, no fue como un derecho de la mujer a controlar su cuerpo. Y no fue resultado de una lucha dirigida por las mujeres. Al igual que en la Unión Soviética, a pesar de que Polonia es un país principalmente católico, el aborto se convirtió en la principal forma de control de la natalidad en un país con poco acceso a contraceptivos. Solo en 1962 se realizaron unos 400 mil abortos.
Después del derrocamiento del régimen estalinista tras una ola de luchas obreras, las fuerzas pro capitalistas llegaron a dominar y, junto a otros cambios sociales, se criminalizó el aborto.
Después de 1956, las mujeres viajaban a Polonia de otros países de Europa donde era ilegal el aborto. Ahora los viajes son en el sentido contrario.
¿Cómo es que Polonia pasó de tener acceso total a una prohibición casi total en tan poco tiempo?
“Las mujeres daban por sentado el acceso al aborto. Pensábamos solo en nosotras mismas y no había solidaridad”, dijo Kacpura. “Entonces a principios de la década de 1990 con el derrumbe del muro de Berlín logramos derechos democráticos, que fue muy importante. Pero nos dieron este golpe. En los próximos 25 años las mujeres polacas estaban dormidas. En el 2016 esto cambió. Nos mostró lo que es necesario y como lograrlo. Estamos actuando en base a estas lecciones”.