El establecimiento de relaciones diplomáticas entre los gobiernos de los Emiratos Árabes Unidos e Israel —el primer gobierno árabe que normaliza relaciones con Israel en casi 26 años— abre la puerta para que otros gobiernos árabes hagan lo mismo. El acuerdo fue anunciado el 13 de agosto por los dos gobiernos y el presidente Donald Trump, cuya administración sirvió de intermediario.
La firma de este acuerdo es un paso adelante para el pueblo trabajador. Subraya la necesidad de que los gobiernos israelí y árabes y los dirigentes de las organizaciones palestinas inicien conversaciones con el fin de reconocer tanto a Israel como a un estado palestino independiente.
La declaración conjunta de los gobiernos de Estados Unidos, los Emiratos Árabes Unidos e Israel dice que Israel “suspenderá” la anexión de partes del territorio palestino de la Ribera Occidental.
En una conferencia de prensa, Trump dijo que “este acuerdo le permitirá a los musulmanes de todo el mundo un mayor acceso para visitar los numerosos sitios históricos en Israel” y “orar pacíficamente en la mezquita de Al-Aqsa” en Jerusalén, que es uno de los lugares más sagrados del Islam.
Durante años ha venido aumentando el comercio, el intercambio de inteligencia militar y las relaciones diplomáticas entre bastidores entre los gobiernos de Israel, los Emiratos Árabes Unidos y otros estados petroleros del Golfo, incluidos Bahrein, Omán, Qatar y Arabia Saudita, así como otros países capitalistas gobernados por musulmanes sunitas, entre ellos Marruecos y Túnez.
Los gobiernos de Bahrein, Omán y Egipto acogieron el acuerdo. Si bien el gobierno saudí ha guardado silencio, ha estado aumentando sus lazos con Israel y continuará haciéndolo.
Estos lazos han venido creciendo ante el interés compartido de estos estados de defenderse de la creciente influencia militar y política del régimen capitalista dirigido por clérigos chiítas en Irán. Teherán es el principal rival de estos regímenes sunitas en la competencia por influencia económica, militar y política en la región y un enemigo acérrimo del estado israelí.
Muchos de los oponentes liberales de Trump, entre ellos el candidato presidencial del Partido Demócrata Joe Biden, respaldaron el acuerdo. El Nunca Trump Thomas Friedman escribió en el New York Times el 13 de agosto que “fue el plan de paz de Trump elaborado por Jared Kushner y su voluntad de apegarse a él, lo que realmente creó la materia prima para este avance”.
Friedman se refería al plan presentado en enero por la Casa Blanca y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu que proponía el reconocimiento palestino de Israel y el reconocimiento israelí de un estado palestino.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, rechazó ese plan y dijo que incluso se negó a leerlo. El periódico israelí Haaretz dijo que el acuerdo puede ser “parte de un realineamiento geopolítico mucho más amplio” que las decisiones anteriores de los gobiernos israelí y jordano de establecer relaciones en 1994 y el acuerdo de 1979 entre Egipto e Israel.
En un discurso televisado el 15 de agosto, el presidente iraní, Hassan Rouhani, recriminó a los gobernantes de los Emiratos Árabes Unidos por su “acto traicionero”. En su portada, el diario Kayhan, respaldado por el gobierno iraní, amenazó a los Emiratos Árabes Unidos, calificándolos de “un ‘blanco legítimo y fácil’ para la resistencia”.
Al día siguiente, el Consejo de Cooperación del Golfo, integrado por Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, condenó las amenazas de Teherán.
La Autoridad Palestina, con sede en la Ribera Occidental, retiró a su embajador en los Emiratos Árabes Unidos como protesta contra el acuerdo, calificándolo de “traición”. Abbas e Ismail Haniyeh, jefe de Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, hablaron por teléfono. Hamas dijo que ambos dicen que el acuerdo “no debe ser respetado”.
Durante años, el liderazgo palestino ha actuado de manera que le han propinado golpes a las aspiraciones del pueblo palestino de establecer su propia patria. No hacen nada para promover los intereses de los trabajadores y agricultores palestinos, mientras un puñado de familias capitalistas se enriquece con los fondos masivos repartidos por Israel, agencias de la ONU e instituciones financieras imperialistas.
A medida que más estados árabes establezcan relaciones con Israel, aumentará la presión sobre los líderes de las principales organizaciones palestinas para que reconozcan a Israel y a la vez un estado palestino contiguo e independiente.
Al Jazeera, un sitio informativo patrocinado por el gobierno de Qatar, publicó un titular el 14 de agosto alegando que “los palestinos rechazan unánimemente el acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel”. Pero hasta ahora no ha habido muestras públicas de oposición de los palestinos allí o en Israel contra el acuerdo.
Derecho de judíos a encontrar refugio
“Las negociaciones para llegar a ese acuerdo deben reconocer el derecho de los judíos en todas partes del mundo a refugiarse en Israel frente al aumento global del odio antijudío y de la violencia antisemita, así como el derecho incondicional del desposeído pueblo palestino a una patria soberana con territorio contiguo en las tierras (incluida Jerusalén Oriental) conquistadas y ocupadas por el gobierno israelí durante la guerra de 1967”, dice la declaración emitida por Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, en diciembre de 2017.
“Es por este camino que el pueblo trabajador de todos los orígenes nacionales, creencias religiosas y lealtades políticas en Israel y Palestina podrá usar y defender el espacio necesario para expresarse, organizarse y comenzar a rectificar el legado sangriento de la dominación imperialista y la explotación capitalista”, dice la declaración del PST.