Decenas de miles de agricultores continúan su protesta bloqueando entradas a Nueva Delhi, la capital de la India, para exigir que el primer ministro Narendra Modi revoque las nuevas leyes agrícolas que reducirían los precios que los agricultores reciben por sus cultivos. Están luchando para defender su sustento y evitar perder sus tierras.
Miles de agricultores llegan cada día haciendo que crezcan los campamentos. Las negociaciones entre los líderes agrícolas y los ministros gubernamentales siguen estancadas.
“No permitiremos que el gobierno cambie las reglas porque quieren dañar los ingresos de los agricultores llenando los bolsillos de las grandes empresas”, dijo a Reuters Gurwinder Singh, un agricultor de 66 años de Punjab en una protesta el 8 de diciembre.
Agricultores pequeños de los estados del norte, muchos de ellos sijs, han encabezado las acciones. El 13 de diciembre, cientos de personas de Rajastán pararon el tráfico durante horas en la carretera nacional Delhi-Jaipur cuando la policía bloqueó su marcha hacia la capital. Al día siguiente, los líderes agrícolas realizaron una huelga de hambre de un día, mientras que otros organizaron sentadas frente a las oficinas gubernamentales.
El partido gobernante Bharatiya Janata impulsó los proyectos de ley a través del parlamento en septiembre, anticipando que los estrictos cierres impuestos por la pandemia de COVID-19 limitarían la oposición a estas medidas.
La legislación pondría fin al sistema de compras de trigo y arroz por parte del estado a tarifas fijas, los cuales se distribuyen a millones de personas a precios subsidiados. Las nuevas leyes eliminarían las restricciones a los grandes capitalistas que acaparan los alimentos para manipular los precios y les permitiría comprar tierras de los pequeños agricultores endeudados más fácilmente.
“Nuestros estudiantes están yendo a muchas aldeas de Punjab para educar a los agricultores sobre esta nueva ley agrícola y sus efectos negativos”, dijo Sukhripir Kaur, de 22 años, de la Unión de Estudiantes de Punjab, a Al-Jazeera el 14 de diciembre. “Nuestros padres trabajan en el campo y son la columna vertebral de nuestra economía. ¿Qué harán si nuestra tierra va a estar controlada por el gobierno y los sectores corporativos?”
Caravanas de tractores con remolques cubiertos instalados como refugios improvisados se extienden por millas fuera de Nueva Delhi. Grandes cocinas comunitarias preparan comidas gratuitas durante todo el día para los participantes de las protestas. La cocina de Singhu alimenta a casi 30 mil agricultores y otras personas.
Centros médicos temporales atendidos por médicos y enfermeras voluntarios salpican los campamentos. Ha surgido todo, desde bibliotecas improvisadas y puestos de libros hasta lavanderías. Los agricultores están comprometidos para un largo plazo y han aumentado sus reservas de suministros. Se están construyendo instalaciones separadas para que más mujeres puedan permanecer en los campamentos.
Modi dijo el 12 de diciembre que las leyes agrícolas son parte de su campaña de “modernización”. Aunque dijo que “haría más prósperos a los agricultores” realmente pretende favorecer a los grandes propietarios agrícolas capitalistas a expensas de millones de agricultores pequeños.
La gran mayoría de los agricultores de India, que apenas subsisten en parcelas de menos de cinco acres, saben que estarán en condiciones peores. Los pobres de las zonas rurales de India, agobiados por el creciente endeudamiento, tienen una de las tasas de suicidio más altas del mundo.
Bajo la presión de las protestas, Modi hizo una oferta tardía de mantener algunos de los subsidios de precios, pero líderes de unos 30 sindicatos de agricultores que encabezan las acciones dicen que esto no es suficiente.
“Si el gobierno quiere negociar, estamos listos, pero nuestra demanda principal seguirá siendo la eliminación de las tres nuevas leyes agrícolas”, dijo el líder agrícola Kanwalpreet Singh Pannu.
El partido opositor Congreso Nacional de la India respalda las protestas. Algunos de los ministros de Modi han denunciado las protestas, alegando que fueron instigadas por los gobernantes de la vecina China o Pakistán. Otros han acusado a los agricultores de comunistas alegando que sus acciones están infiltradas por “elementos de izquierda y maoístas”.
“Este gobierno quiere ceder el control de la agricultura india a las grandes corporaciones”, dijo Balram Singh, de 25 años, hijo de una familia de agricultores del estado de Punjab, al Times de Londres en el campamento fronterizo de Singhu el 14 de diciembre. “Los agricultores no sobrevivirán”.
India tiene la quinta economía más grande del mundo. A pesar de la urbanización y la industrialización de los últimos años, más de la mitad de la población del país de 1.35 mil millones de personas sigue dependiendo de la agricultura.
Los gobernantes capitalistas esperan que los agricultores en ruinas se vean obligados a ir a trabajar a la ciudad en la creciente industria del país.
Desde la década de 1960 el uso de cultivos de mayor rendimiento ha ayudado a los agricultores a aumentar su producción y reducir la escasez generalizada de alimentos de las últimas décadas. En la actualidad India es el segundo productor mundial de trigo y arroz, así como de frutas y verduras. Pero los pequeños agricultores han pagado el precio de este desarrollo, encontrándose cada vez más agobiados por préstamos para comprar semillas, pesticidas, fertilizantes y maquinaria.
Exigen pago de salarios atrasados
Las acciones de los agricultores han dado nueva confianza a los trabajadores para luchar contra los ataques de los patrones. Miles de trabajadores de la planta de fabricación de Wistron en Bangalore protestaron frente a la planta el 13 de diciembre para exigir salarios retrasados y una reducción de los horarios. La empresa fabrica iPhones para Apple. Cuando llegó la policía, algunos trabajadores saquearon la planta, lo que obligó a los patrones a suspender la producción.
La policía detuvo a unos 160 trabajadores. Un ministro del estado de Karnataka, donde se encuentra la planta, dijo que su departamento de trabajo investigaría cualquier deuda de salarios.
Las acciones de los agricultores han atraído apoyo internacional, incluso de trabajadores inmigrantes indios en países imperialistas desde América del Norte hasta Europa occidental. El 13 de diciembre se organizaron caravanas de autos en solidaridad en Nueva York, Nueva Jersey y Montreal.