Lisa Montgomery, la única mujer en el pabellón de la muerte de las cárceles federales, fue ejecutada con una inyección letal el 13 de enero. La Corte Suprema anuló tres suspensiones de su ejecución emitidas por tribunales de apelaciones.
Antes de Montgomery, solo cinco mujeres habían sido ejecutadas por el gobierno federal, entre ellas Ethel Rosenberg, acusada falsamente durante la cacería de brujas anticomunista y ejecutada en 1953 por cargos de conspiración para cometer espionaje.
Están previstas las ejecuciones de dos más: Cory Johnson el 14 de enero y Dustin John Higgs el día siguiente.
Montgomery se convirtió en el undécimo prisionero federal ejecutado desde julio después de una pausa de 17 años. Esta es la mayor cantidad de ejecuciones federales en un solo año desde 1896.
Los gobernantes capitalistas mantienen la pena de muerte como una forma para intimidar a los trabajadores para que no se levanten y luchen contra la explotación y la opresión. La oposición a la práctica barbárica ha venido creciendo durante años. En 2019, una encuesta de Gallup informó que por primera vez en 34 años la mayoría prefiere la imposición de la cadena perpetua (60 por ciento) que un asesinato por pena de muerte (36 por ciento).