El Partido Socialista de los Trabajadores apoya a los trabajadores y jóvenes que están protestando en esta ciudad contra la muerte de Keith Scott a manos de la policía. Yo, mi compañera de fórmula Alyson Kennedy, candidata para presidente y miembros del PST por todo el país, se han unido a manifestaciones —desde Ferguson, Missouri; a Council, Idaho; Staten Island, Nueva York; Baton Rouge, Louisiana, hasta Minneapolis— con un creciente número de personas de todas las razas y nacionalidades que están diciendo, “¡Basta ya a las muertes por la policía!”
Estas acciones en contra de la brutalidad policial, la cual está dirigida contra la clase trabajadora y de manera desproporcionada contra los trabajadores que son africano-americanos, están teniendo un impacto. Aunque son episódicas y aún no forman parte de un movimiento nacional organizado, tienen como trasfondo la transformación histórica lograda por el poderoso movimiento obrero dirigido por los africano-americanos que aplastó la segregación Jim Crow en los años 50 y 60.
Esto se pudo ver en la rapidez con la que los gobernantes removieron la bandera de batalla de la Confederación, el odiado símbolo del sistema Jim Crow, por todo el sur de Estados Unidos el año pasado. Se siente también en el creciente rechazo a aceptar las muertes a manos de la policía y otros abusos del estado capitalista y en los cambios en la conciencia y la confianza de millones de trabajadores que mis partidarios y yo encontramos cuando vamos de puerta en puerta por todo el país.
Es la razón por la que los gobernantes capitalistas han tomado algunas medidas para controlar a sus policías. Esto es lo que ocurrió en Tulsa, Oklahoma, donde presentaron cargos contra la oficial de la policía Betty Jo Shelby pocos días después que matara a tiros a Terence Crutcher.
Impulsado por la ola de protestas contra las muertes a manos de la policía en 2014, el Washington Post empezó un registro de las personas matadas por la policía en 2015. Al final del año, el total fue de 991 víctimas, 26 por ciento de ellos africano-americanos, el doble de la proporción de la población que es negra.
Algunos dicen que esto demuestra un ascenso en las muertes a manos de la policía. Pero, de hecho, la brutalidad policial y la violencia racista han caído dramáticamente desde los días de Jim Crow, tanto en los estados del norte como los del sur.
Lo que sí es nuevo es la amplia atención pública que reciben los ataques policiales, el valor y la voluntad de miles de personas que usan sus teléfonos para capturar los tiroteos en video y la indignación generalizada por las muertes. Millones de personas están discutiendo por qué están pasando estos ataques, el carácter del sistema social en el que ocurren, y qué se puede hacer para acabar con ellos de una vez por todas.
La policía sirve y protege a los gobernantes ricos, no solo para defender su propiedad, sino también para llevar a la práctica el ‘divide y vencerás’ que usan para mantener su poder. La violencia policial contra los trabajadores es algo inevitable en el capitalismo y no puede ser eliminado con reformas.
Como resultado de las poderosas batallas que derrocaron la discriminación racial Jim Crow, hoy día hay más unidad y solidaridad que nunca entre los trabajadores negros y los caucásicos. Y esta posición se fortalece a medida que se hace más claro que la crisis de su sistema y la miseria, la brutalidad y las guerras que imponen sobre las espaldas de nuestra clase, no se pueden resolver bajo el régimen político de los patrones y los banqueros .
Millones de nosotros tenemos que organizarnos para defendernos, a través de esto seremos políticamente capaces de organizarnos para tomar el poder político en nuestras propias manos.
Este curso requiere liderazgo. ¡Únase al Partido Socialista de los Trabajadores!
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