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Obreros del cobre en el Sudoeste
derrotan demandas de Asarco
Regresan al trabajo con más confianza tras huelga de 4 meses
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AP/John Miller
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Miembros del sindicato del acero y otras uniones en línea de piquete contra empresa Asarco cerca de Hayden, Arizona, el 8 de julio. Los 1500 obreros regresaron al trabajo el 16 de noviembre tras frustrar demandas patronales de cortar pensiones y seguro médico.
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POR FRANK FORRESTAL
KEARNY, ArizonaUnos 1 500 mineros del cobre en Arizona y Texas aprobaron un convenio con la empresa Asarco el 13 de noviembre por una mayoría abrumadora, poniendo fin a una huelga de cuatro meses que derrotó los intentos patronales de extraerles concesiones. Fue la primera huelga en las minas del cobre en Estados Unidos en 15 años.
Obligamos a Asarco a ceder en sus demandas, dijo Martha Sharp, miembro del Local 915 del sindicato siderúrgico USW y operadora de máquina, entrevistada en la línea de piquete frente a la mina a cielo abierto aquí. La compañía quería recortar nuestra paga en 4 ó 5 dólares la hora, hacer tremendos recortes en nuestro seguro médico, acabar con las pensiones para los nuevos empleados y congelar las pensiones para los demás.
El 16 de noviembre los huelguistas regresaron a trabajar en las cinco instalaciones en Arizona y a la de Texas bajo el convenio existente, prorrogado hasta el 16 de diciembre de 2006. Aunque no lograron un contrato nuevo, los mineros explican que el acuerdo muestra que ellos tenían fuerza suficiente para prevenir concesiones en gran escala. Al mismo tiempo, los trabajadores expresaron que están conscientes de que es posible que regresen a las líneas de piquete el año próximo.
Organizamos una huelga disciplinada y estamos orgullosos de lo que logramos, dijo Tony Pizano, miembro del Local 915 del USW y veterano sindicalista por 28 años. No hubo despidos innecesarios y, después de meses de demoras, forzamos a la compañía a firmar una cláusula que le exige a todo futuro dueño de Asarco reconocer al sindicato. Esta cláusula atascó las negociaciones hasta hace poco. El ex jefe de Asarco, Daniel Tellechea, declaró que dicha cláusula disminuiría el valor de la compañía en el mercado. Unos días antes del acuerdo, Tellechea renunció a su puesto. Su posición rígida se había convertido en un obstáculo para los acreedores de Asarco.
El 14 de noviembre el tribunal de quiebras en Corpus Christi, Texas, aprobó el acuerdo. La Asarco se había amparado del Capítulo 11 de las leyes de bancarrota poco después del inicio de la huelga.
Con precios del cobre que alcanzaban niveles récord de 200 dólares la libra, 50 centavos más que cuando los trabajadores salieron en huelga, Asarco estaba perdiendo terreno frente a la Phelps Dodge, su principal competidor y mayor productor de cobre en Estados Unidos. En los primeros nueve meses del año, el ingreso neto de la Phelps Dodge alcanzó $1.4 mil millones, casi el doble comparado con el mismo periodo en 2004. La patronal de la Phelps Dodge logró destruir los sindicatos durante una huelga en 1983 con ayuda de las autoridades estatales, que enviaron a la Guardia Nacional para escoltar a los esquiroles a la mina.
Los sindicatos también hicieron que la Asarco a reanudara los pagos de la indemnización por incapacitación a largo y de corto plazo a los ex trabajadores y a sus cónyuges sobrevivientes, informó The Rumble in Copper, un boletín sindical. Asarco había usado el amparo de las leyes de bancarrota para suspender los pagos a 117 trabajadores, muchos de los cuales estaban incapacitados por lesiones profesionales.
El gigante del cobre sufrió un revés el 6 de octubre cuando el la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) declaró formalmente que la compañía había violado las leyes laborales respecto a negar beneficios acumulados de vacaciones, interrogar a trabajadores sindicalizados y espiar contra actividades sindicales, informó el diario Daily Star de Arizona. Nos consta que las violaciones fueron suficientemente graves para provocar huelga, declaró a la prensa el director de la NLRB en Phoenix.
El diario Copper Basin News informó el 9 de noviembre que Asarco había usado las leyes de bancarrota para evitar sus pagos de impuestos de propiedad a la ciudad por segunda vez en tres años.
Durante a huelga, miles de trabajadores en los pueblos cercanos apoyaron a los huelguistas. Los huelguistas que tuvieron que buscarse otros empleos están regresando a sus trabajos en las minas. Los mineros se sienten animados, al tiempo que su sindicato y sus partidarios se preparan para la próxima etapa de la lucha.
Dean Hazlewood contribuyó a este artículo.
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