Vol. 73/No. 19 18 de mayo de 2009
El caso presentado por el gobierno en contra de tres albanos, un jordano y un inmigrante de Turquía conocidos como los Cinco de Fort Dix fue creado en torno a una trampa que pusieron soplones a sueldo que estaban bajo amenaza de ser deportados. Fueron estos mismos soplones quienes instigaron a los hombres a ver videos de al-Qaeda y los presionaron a que tomaran acción, algo que nunca hicieron. Sin embargo, fueron encontrados culpables de conspiración.
En el juicio, el fiscal afirmó que bajo cargos de conspiración el gobierno no necesita comprobar que los acusados tenían un plan para atacar, solo las intenciones. No más hablar es evidencia poderosa, dijo.
Cuatro de los cinco recibieron condenas a cadena perpetua; el juez agregó 30 años más a tres de los hombres. El quinto fue sentenciado a 33 años de cárcel.
En el segundo caso, un inmigrante pakistaní, Javed Iqbal, accedió a declararse culpable ante la posibilidad de recibir una condena de 15 años por transmitir programas por satélite de una estación de televisión en Líbano. La estación Al-Manar es parte de la unión de transmisoras del estado árabe y se puede tener acceso fácilmente a su sitio en Internet en varios idiomas. Entre los muchos programas transmitidos por la estación se encuentran discursos de dirigentes de Hezbola, un partido capitalista en Líbano que tiene miembros en el parlamento.
Al sentenciar a Iqbal a seis años de cárcel, el juez dijo que no estaba siendo juzgado por el contenido de las transmisiones sino por proveer apoyo material a una estación que se encuentra en la lista de terroristas del gobierno y vender su programación a clientes en Estados Unidos.
Estos ataque a los derechos democráticos y el uso de cargos amañados de conspiración son parte de los ataques del gobierno contra los derechos de todo el pueblo trabajador. Son parte de las preparaciones de los gobernantes para confrontar la resistencia que ellos saben se profundizara inevitablemente en Estados Unidos a medida que la crisis económica capitalista recae sobre los trabajadores, agricultores y otros trabajadores.
Las sentencias contra los Cinco de Fort Dix y Javed Iqbal son un golpe a todos los trabajadores. Debemos exigir su libertad.
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