BALTIMORE—“¡Las vidas de los negros sí importan!” fue la consigna de mítines y celebraciones realizados en esta ciudad después de que días de protestas obligaron a la fiscal estatal Marilyn Mosby a presentar cargos contra los policías responsables por la muerte del joven de 25 años de edad Freddie Gray. El coraje y la determinación de los trabajadores de la comunidad negra aquí, y de los que se les unieron, hicieron imposible que las autoridades pudieran esconder debajo de la alfombra el asesinato.
Cuando Gray murió el 19 de abril por severas lesiones a su columna vertebral sufridas mientras estaba bajo custodia de la policía, las protestas enfocaron la atención del mundo en Baltimore. Las tensiones aumentaron más aún cuando el presidente Barack Obama y la alcaldesa de Baltimore Stephanie Rawlings-Blake llamaron a los jóvenes airados “matones”, para tratar de desviar la atención del brutal asesinato policial de Gray y enfocarla en la explosión de ira como protesta.
La fiscal general Loretta Lynch acusó a los jóvenes del área de haber “destrozado la paz en la ciudad de Baltimore” cuando la ira contra décadas de brutalidad e intimidación policial se desbordó y la gente arrojó botellas a la policía y destruyó propiedades en el barrio donde vivía Gray.
Las acusaciones de violencia de los gobernantes no pudieron suprimir la indignación en torno a la muerte de Gray. Las marchas y protestas continuaron aquí a diario y se extendieron a otras ciudades.
El 1 de mayo Mosby acusó al oficial Caesar R. Goodson Jr. de homicidio en segundo grado con corazón depravado, homicidio involuntario, asalto en segundo grado, homicidio por vehículo y mala conducta en el ejercer de su cargo. Goodson manejó por 45 minutos la furgoneta de la policía con Gray en grilletes y esposado dentro de ella. El oficial William G. Porter y el teniente Brian W. Rice fueron acusados de homicidio involuntario, asalto en segundo grado y mala conducta al ejercer su cargo. Rice, y los oficiales Edward M. Nero y Garrett Miller fueron acusados de arresto ilegal. La sargento Alicia White fue acusada de homicidio, asalto en segundo grado y mala conducta en el ejercer de su cargo.
Mosby concluyó que Gray fue detenido ilegalmente y que los agentes acusados ignoraron repetidamente sus súplicas por atención médica.
Cuando la noticia de los cargos se difundió ese día, un sentido de logro se propagó entre los trabajadores de la ciudad, marcado por celebraciones espontáneas.
El estado de ánimo celebratorio siguió el 2 de mayo, cuando miles de personas marcharon y se manifestaron frente al ayuntamiento. Aproximadamente 500 más protestaron el día siguiente. En ambos días la multitud era mayoritariamente afroamericana, pero un buen número de caucásicos, latinos y asiáticos participaron.
“Me emocionó ver a negros, blancos, asiáticos y árabes uniéndose por Freddie Gray y por Trayvon Martin y Michael Brown y Eric Garner”, dijo al Militante Jeff Wilson, de 43 años, un enfermero africano-americano en el mitin del 2 de mayo. “Les dije a mis hijos, vamos a ir, podemos marcar la diferencia”.
“He estado aquí casi toda la semana”, dijo Rodney Lewis, un conductor de monta carga caucásico que recibe beneficios de discapacidad. Lewis dijo que la policía lo detiene frecuentemente por una luz trasera quemada o por violaciones menores del código vehicular.
Muchas personas expresaron ira contra el presidente, la alcaldesa y otros funcionarios del gobierno por acusar a los manifestantes de matones. “Apuesto que se van a arrepentir que dijeron eso”, dijo al Militante Janice Grand, de 81 años, de Aberdeen, Maryland, una veterana de la marcha de Selma a Montgomery en 1965. “Ahorcados por la lengua, diría yo”.
“Tuve mi breve momento de alegría”, dijo Breana Franklin, una enfermera y estudiante. “Pero me niego a ser cegada por los políticos y sus cortinas de humo. Con el racismo, si eres parte del sistema, no importa el color de tu piel, vas a actuar igual”.
Los policías, la Orden Fraternal de la Policía y numerosos políticos ya han comenzado a organizar una campaña en contra del procesamiento, alegando que el “estado de ánimo” en contra de la policía en el país es como un linchamiento. Se aprovecharon de la muerte a tiros de un oficial de policía de Nueva York, Brian Moore, el 2 de mayo para intensificar su publicidad a favor de la policía.
El toque de queda impuesto por la alcaldesa fue levantado el 3 de mayo. Ese mismo día el gobernador de Maryland Larry Hogan le ordenó a la Guardia Nacional empezar a retirar las aproximadamente 4 mil tropas.
Casi 500 personas han sido detenidas desde el 23 de abril en las manifestaciones y otros actos de protesta por la muerte de Gray. La policía dijo que planea arrestar y procesar a cuantos sea posible.
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