Los gobernantes capitalistas y sus voceros en las oficinas editoriales de los principales medios, y la candidata presidencial demócrata, han intensificado sus esfuerzos para impedir la elección de Trump. Paul Ryan, John McCain y otros en la dirección republicana, que con desgano apoyaban al candidato del partido, están desertando.
Glenn Beck, el comentarista conservador, ha dicho que oponerse a Trump es “la alternativa moral y ética”, aún si significa la victoria de Clinton.
El video y otras declaraciones vulgares y demagógicas del candidato le dan una excusa a la clase dominante para arremeter contra una victoria de Trump. Pero sus ataques no están dirigidos al propio Trump o a su política, sino a los millones de trabajadores indignados por el impacto de la devastadora depresión capitalista, que apoyan a Trump o que rechazan a Clinton, Obama y la politiquería de siempre. Independientemente del resultado de las elecciones, los capitalistas temen que muchos trabajadores están perdiendo confianza en los partidos burgueses tradicionales y busquen un nuevo rumbo.
David Leonhardt usó la columna de opiniones del New York Times del 11 de octubre, para apelar a la clase dirigente y a la acomodada capa profesional meritocrática a la que él pertenece, explicando que van a pagar un precio caro por su falta de conexión y su desprecio hacia los que están sufriendo la crisis económica.
Derrotar a Trump no va a hacer desaparecer lo que los medios denominan el “Movimiento Trump”, dijo Leonhardt, y aconsejó a los gobernantes aminorar sus ataques y hacer algunas concesiones económicas. Pero los patrones no “eligen” atacar a la clase trabajadora; se ven forzados a hacerlo debido a la caída en su tasa de ganancias.
“El masivo rechazo a la conducta de Trump en el video demuestra que tan amplio es el respeto de la clase trabajadora a los derechos y la dignidad de las mujeres”, dijo Alyson Kennedy, candidata para presidente del Partido Socialista de los Trabajadores, a trabajadores cuando estaba haciendo campaña en Washington el 11 de octubre. “Pero ambos candidatos desprecian a los trabajadores, y la pornograficación de la política capitalista estalla porque los ricos no tienen ninguna salida para el futuro.
“El PST confía en la habilidad de los millones de trabajadores —caucásicos, africano americanos, asiáticos, latinos; los nacidos en Estados Unidos y los inmigrantes”, dijo Kennedy. “Podemos unirnos, defendernos y construir un movimiento internacional que ponga fin a la dictadura del capital, transformándonos a nosotros mismos en el proceso”.
“Rechazamos la vulgaridad, la corrupción y la arrogancia de los candidatos capitalistas, cuyo sistema depende de la guerra, la explotación y las relaciones humanas basadas en la competencia”, dijo Kennedy. “Nosotros decimos, únanse al PST para actuar en favor de los intereses de nuestra clase y luchar para substituir este sistema por un gobierno de trabajadores y agricultores basado en la solidaridad humana”.
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