Traigamos carteles exigiendo, “¡Amnistía para todos los trabajadores indocumentados en Estados Unidos!” Únase a los candidatos y miembros del Partido Socialista de los Trabajadores que están en estas protestas explicando por qué la lucha por la amnistía es necesaria para unificar a la clase trabajadora y trazar un camino hacia la toma del poder político. Únase al PST para denunciar cualquier clase de indagación sobre cuestiones religiosas para poder ingresar en Estados Unidos o discriminación basada en país de origen.
La clase dominante, ayudada por su gobierno en Washington, depende de la condición súper explotada de los trabajadores que criminalizan y llaman “ilegales”. Esto es clave para su capacidad de mantener divisiones poderosas dentro de la clase trabajadora, para reducir los salarios y profundizar la explotación de millones de personas. Tratan de enfrentarnos los unos a los otros en competencia por puestos de trabajo y para desviar nuestra atención de nuestro enemigo común: la acaudalada clase capitalista.
La clase capitalista cuenta con que los trabajadores sin status legal permanezcan en la sombra, acepten su suerte y se abstengan de luchar para unirse a sindicatos para aumentar los salarios y defender sus condiciones de trabajo. El miedo constante a la deportación es un arma poderosa en el arsenal de los gobernantes.
La lucha por la amnistía es una cuestión de vida o muerte para el movimiento obrero. Es esencial para forjar la unidad, la autoconfianza y la conciencia de clase que los trabajadores necesitan para derrocar el sistema competitivo capitalista y tomar el poder político.
Lamentablemente, este no es el objetivo de los que organizan las manifestaciones hoy. Su intención es tratar de deslegitimar y derribar a la administración de Trump, y reconstruir un Partido Demócrata más “progresista”, el otro partido del dominio imperialista de Estados Unidos. Lloran lágrimas de cocodrilo por los crímenes de Trump, mientras evitan cualquier mención del historial antiobrero de las administraciones de Bill Clinton y Barack Obama. Muchos caracterizan a Trump como “fascista” y desprecian a los que votaron por él como “deplorables” racistas y xenófobos.
Pero los trabajadores caucásicos, negros o de origen extranjero que votaron por Trump, que votaron por Sanders o Clinton o por ninguno de ellos, están buscando una ruptura con la carnicería económica y las interminables guerras imperialistas que todos enfrentamos. Hoy en día, todos ellos escuchan con atención las ideas del Partido Socialista de los Trabajadores.
Para los jóvenes, trabajadores y otros que están indignados por los ataques de la Casa Blanca contra los inmigrantes y refugiados, el Partido Socialista de los Trabajadores dice: “Luchemos juntos por la amnistía y para organizar sindicatos. Y sobre todo, únase a nosotros para construir un partido que pueda hacer una revolución.”
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