Esta es una victoria para la libertad de expresión, la libertad de prensa y los derechos de los trabajadores tras las rejas.
El Militante ve a los trabajadores tras las rejas al igual que vemos a los trabajadores en las fábricas, minas y negocios minoristas: personas políticas, los objetivos de los esfuerzos de los patrones para intimidar, castigar, dividir y debilitar a la clase trabajadora con el fin de evitar que nos organicemos para desafiar su dominio político y su sistema capitalista competitivo.
Hacemos un esfuerzo especial, que incluye ofrecer suscripciones a precios reducidos, para entablar un debate político con compañeros trabajadores en prisión e informarles sobre las opiniones y actividades revolucionarias del Partido Socialista de los Trabajadores. Esto incluye la publicación de libros de la editorial Pathfinder escritos por líderes del partido que se ofrecen a los presos a precios reducidos .
La edición del 30 de octubre fue prohibida debido a un artículo que informaba que el Comité de Revisión de Literatura había revertido cuatro y confirmado tres de los siete números que fueron previamente confiscados en prisiones de Florida este año. La prohibición de la edición del 6 de noviembre fue más radical porque las autoridades carcelarias acusaron al Militante de “fomentar protestas y la desorganización de grupos” y que era “peligrosamente inflamatoria ya que promovía o fomentaba disturbios, insurrecciones” y “puede llevar al uso de la violencia física”.
La rápida reversión de la prohibición, ante el desafío del Militante respaldado por un número creciente de cartas de grupos de libertades civiles, iglesias y otros, subraya el hecho de que el intento de mantener al Militante fuera de las manos de los suscriptores tras las rejas era arbitrario e inconstitucional.
Amnistía Internacional de EE.UU., PEN América, el Ministerio de Prisiones de la Iglesia Riverside de Nueva York, la Alianza Martiana de Florida y el Comité de Amistad Seattle-Cuba fueron algunos de los que enviaron cartas exigiendo que se anulara la prohibición.
Carta de trabajadores de Walmart
Tres trabajadores de una tienda Walmart en Filadelfia estaban a punto de enviar su carta cuando se enteraron de la victoria. “Nosotros mismos leemos el Militante y pensamos que es un periódico realmente bueno”, escribieron. “Leer el Militante es una oportunidad maravillosa para que los trabajadores en prisión se mantengan informados sobre lo que está sucediendo en el mundo”.Dean Peterson, director del Comité de Revisión de Literatura, respondió a varias de las cartas, alegando que las “acciones del comité están determinadas por las reglas establecidas en las secciones pertinentes del Código Administrativo de Florida (FAC), del cual no podemos desviarnos”.
Además, escribió, el código “no contiene disposiciones en este proceso para la participación de entidades externas, pero reconocemos su apoyo a ‘el Militante’”.
Estados Unidos tiene el mayor número absoluto de presos en el mundo y la tasa más alta de encarcelamiento per cápita. Según las últimas cifras, hay aproximadamente 7 millones de personas, uno de cada 35 adultos, en prisiones federales o estatales, cárceles locales o en libertad condicional.
La abrumadora mayoría nunca tuvo la oportunidad de defenderse frente a un jurado de sus pares: el 97 por ciento de las condenas federales y el 94 por ciento de las condenas estatales en casos penales son resultado de los llamados acuerdos de culpabilidad. De arriba a abajo, el sistema capitalista de “justicia” criminal es parcial contra los trabajadores.
Trabajadores ‘son deplorables’
¿Quiénes son los que están encarcelados? Son las mismas personas que Hillary Clinton durante su campaña presidencial puso en la “canasta de los deplorables” e “irremediables”. Son trabajadores en las zonas rurales y las pequeñas ciudades —y los guetos de la clase trabajadora en las grandes ciudades divididas por clase, desproporcionadamente afroamericanos— la mayoría de ellos devastados por la crisis de la tasa de ganancias, producción y comercio capitalistas.Son tanto estadounidenses como extranjeros, caucásicos, negros, latinos, asiáticos, nativos americanos. Aquellos que han vivido en ciudades donde los cierres de fábricas han dejado a millones sin trabajo. Barrios devastados por la adicción a los opiáceos.
El Militante actualmente tiene 119 suscriptores tras las rejas en 64 prisiones estatales o federales por todo el país. La victoria en Florida puede ayudar a ganar a un mayor número de presos para suscribirse al periódico. Muéstrelo a sus compañeros reclusos, familiares y amigos. Dígales cómo suscribirse. Use el periódico para organizar la discusión política. Escríbanos sobre lo que piensa.
“En Estados Unidos, el encarcelamiento es una forma de deshumanizar al ser humano. Una forma de aislarte de la sociedad, hasta de tu familia”, dijo Ramón Labañino, uno de los cinco revolucionarios cubanos enjuiciados y encarcelados en Estados Unidos en 1998, en una entrevista publicada en el libro “Son los pobres quienes enfrentan el salvajismo del sistema de ‘justicia’ en EE.UU.”.
“Después tienes a ese individuo separado de todo, sin saber cómo enfrentarse a ese monstruo”, dijo Labañino.
El Militante, promoviendo el programa del Partido Socialista de los Trabajadores, respaldando a sus candidatos para cargos públicos e informando sobre las luchas de los trabajadores de todo el mundo, ayuda a romper las barreras entre la vida de los prisioneros y la vida más allá de esos muros.
Las condiciones en prisión a menudo son atroces y las prisiones de Florida no son una excepción. El Miami Herald ha publicado una serie de artículos que detallan las condiciones abusivas en las prisiones de Florida. En un artículo del 19 de julio informaba cómo “en una prisión tras otra durante siete meses… a menudo se le negó a los presos papel higiénico, cepillos de dientes, pasta de dientes, almohadas, sábanas, camisas y jabón”.
El 29 de noviembre, el periódico informó sobre el caso de Randall Jordan-Aparo, quien murió en prisión en 2010 después de que los guardias de la prisión lo rociaron con gas pimienta después de que exigió que lo llevaran a un hospital debido a una grave condición médica.
Los prisioneros, y el Militante, tienen derecho a divulgar condiciones abusivas y a trabajar para cambiarlas.
El Partido Socialista de los Trabajadores usa el Militante y libros publicados por la editorial Pathfinder para ayudar a los trabajadores a entender mejor cómo funciona el capitalismo, por qué los trabajadores necesitan unirse y actuar independientemente de los partidos capitalistas en el camino para arrancar el poder político de los gobernantes capitalistas. El partido colabora con los trabajadores en las luchas de hoy y busca convencerlos de unirse al PST.
Los trabajadores tras las rejas no son diferentes de los que están fuera de las cárceles. Necesitan un partido revolucionario para las batallas obreras que se avecinan.
“Planeamos usar esta victoria para defender la libertad de prensa y la libertad de expresión y para ayudar a otros a hacer lo mismo”, dijo el director del Militante John Studer el 8 de diciembre. “También lo usaremos para profundizar el trabajo del Partido Socialista de los Trabajadores en la clase trabajadora, incluyendo esa sección de la clase dentro de las paredes de la prisión”.
Versión fácil de imprimir de este artículo |