HARTFORD, Connecticut — La revolucionaria cubana Griselda Aguilera comenzó el 30 de enero una gira de 8 estados además del Distrito de Columbia, con una cena y un programa en un restaurante puertorriqueño en Holyoke, Massachusetts. Cuando tenía 7 años de edad, Aguilera fue la más joven de las decenas de miles de voluntarios que respondieron al llamado de Fidel Castro y otros dirigentes de la revolución para unirse a la campaña para enseñar a leer y escribir a trabajadores y campesinos.
Al día siguiente habló ante más de 50 personas en la universidad Central Connecticut State University, en una reunión auspiciada por ocho grupos universitariosy la Coalición por Cuba de Hartford. También habló en Boston en la universidad Trinity College.
En la mayoría de las reuniones se presentó el documental de Catherine Murphy titulado “Maestra”, el cual incluye entrevistas con veteranos de la campaña de alfabetización de 1961, entre ellos Aguilera. La campaña se lanzó dos años después de que el pueblo trabajador dirigido por Castro y el Movimiento 26 de Julio derrocara el primero de enero, 1959 a la dictadura de Fulgencio Batista, la cual contaba con el respaldo de Washington.
La campaña “no solo logró la alfabetización, también cambió a la sociedad. No existían suficientes maestros calificados, y Fidel pidió a los estudiantes que se ofrecieran como voluntarios. ¡Imagínense qué cambio de vida para los que salieron de la ciudad!”, dijo Aguilera en la reunión de CSSU. “Por eso decimos que eran maestros y también aprendieron. Aprendieron la sabiduría del campesinado. Durante el día todos trabajaban juntos en el campo —familias, estudiantes, voluntarios de alfabetización— y de noche teníamos clases en los comedores de las casas de los agricultores”.
Los participantes de ambos lados — maestros y estudiantes — fueron transformados por la revolución, dijo, inspirados con la confianza, la conciencia política y los valores morales para gobernar su propio país.
“El esfuerzo de alfabetización unió a personas de diferentes razas”, dijo Aguilera.
La mayoría de los campesinos eran blancos, dijo Aguilera, y al principio algunos de ellos se oponían a tener maestros afrocubanos.
“La dirigencia revolucionaria nos orientó para que pacientemente explicáramos y convenciéramos a los campesinos que había sido el previo orden social el que les había enseñado a discriminar”, dijo. “A medida que avanzaba la campaña la discriminación retrocedía. En Cuba hoy los negros y blancos son iguales en todo, con los mismos derechos. Las parejas y los matrimonios mixtos son comunes”.
La campaña de alfabetización también le dio un golpe a las restricciones sociales para la mujer. “La campaña alentó a las mujeres a salir del hogar y a participar”, dijo Aguilera.
Tanto en Boston como en Hartford le preguntaron a Aguilera como fue posible dar un paso tan enorme. “El entusiasmo del pueblo para hacerlo y la voluntad del gobierno revolucionario para realizarlo”, respondió. “Ambas cosas eran necesarias”.
“Eliminar el analfabetismo fue parte del programa de la revolución y un paso necesario para avanzarla”, dijo. “Fidel Castro lo explicó en su alegato frente al tribunal” cuando lo enjuiciaron por dirigir el ataque contra la guarnición Moncada, el 26 de julio de 1953, el comienzo de la lucha contra la dictadura de Batista. El testimonio de Castro fue publicado en un folleto, La historia me absolverá, y distribuido por toda la isla.
El dirigente revolucionario urgió a los campesinos a luchar por la tierra, a todos los trabajadores a unirse a la lucha por dignidad, la libertad de expresión, el acceso a la educación y el cuidado de la salud, y para terminar con la dictadura y las violaciones de Washington contra la soberanía de Cuba.
¿Qué esta pasando en Cuba hoy?
Un participante en la reunión de Boston preguntó que oportunidades tienen los jóvenes de Cuba hoy para transformarse.
“Las experiencias de entonces son diferentes a las de hoy. Compartíamos lo poco que teníamos, nos entregamos a la tarea del momento. Nunca nos preocupamos si teníamos un carro o jeans de diseñadores”, explicó Aguilera. “Los jóvenes de hoy se ven influenciados por lo que ven a su alrededor, en la televisión, en el internet, lo que tienen los turistas extranjeros. Los que vivimos la revolución intentamos hacer un esfuerzo para educarlos sobre ello y para mantener y rescatar los valores de la revolución. Estos no son valores monetarios, son morales y espirituales”.
“Médicos cubanos y maestros jóvenes de alfabetización van por el mundo entero para llevar servicios de salud y cultura al pueblo trabajador”, dijo, “Decenas de miles de jóvenes cubanos dejan sus familias y viajan al extranjero, muchos viajan a las sierras y selvas sin servicios”.
Los organizadores de la reunión y Aguilera instaron a los participantes a tomar parte en la Brigada del Primero de Mayo a Cuba del 22 de abril al 6 de mayo, auspiciada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
“Cuba no es un país perfecto,” dijo. “Tenemos el problema del bloqueo de Estados Unidos, que nos obliga a pagar caro por productos necesarios. Tenemos muchas limitaciones materiales”.
“Hay escaseces, pero somos un pueblo en lucha y somos felices”, dijo, “y cuando se termine el bloqueo estaremos mejor”.
“Fue emocionante tener a Griselda aquí”, dijo al Militante Milly Guzmán Young, quien participó en una brigada a Cuba el otoño pasado y una de las organizadoras de la visita de Aguilera a Hartford. “El gobierno estadounidense nos miente. El hecho que Cuba tuvo un programa de alfabetización y que lo completaron en un año es por la revolución. Quiero que la gente vea que esto es lo que hace una revolución, y dejarles esta idea plantada en sus cabezas”.