Policía de Chicago declarado culpable por muerte de Laquan McDonald

Por John Hawkins
29 de octubre de 2018

CHICAGO —Después de menos de 8 horas de deliberación, el jurado en el juicio de Jason Van Dyke, el policía que en octubre de 2014 mató a Laquan McDonald, de 17 años de edad, lo declaró culpable de 17 de los 18 cargos en su contra.

Los miembros del jurado declararon a Van Dyke culpable de asesinato en segundo grado y de 16 cargos de agresión agravada por cada uno de los disparos al cuerpo del joven negro, la mayoría cuando estaba en el suelo.

Van Dyke es el primer policía de Chicago en casi 50 años que es condenado por asesinato por disparos realizados mientras estaba en el trabajo. Él se encontraba libre bajo una fianza de 1.5 millones de dólares, ordenada poco después de ser acusado en noviembre de 2015. Van Dyke fue puesto bajo custodia inmediatamente.

A nivel nacional, Van Dyke es el 94 oficial de policía acusado de asesinato u homicidio involuntario desde 2015, y el 34 en ser condenado, según las estadísticas recogidas por el profesor de derecho de la Universidad Estatal de Bowling Green, Philip Stinson.

El alcalde Rahm Emanuel y la policía se confabularon para ocultar durante más de un año el video que muestra el asesinato. William Calloway, un activista de Chicago que ayudó a forzar la divulgación del video hace tres años, dijo a la prensa que el veredicto demuestra que un oficial de policía blanco puede ser responsabilizado por matar a una persona negra.

Alford Slee, un trabajador de un Walmart cercano, dijo al Militante, “Creo que se ha hecho justicia por lo que le pasó a McDonald y eso es bueno para todos los trabajadores”.

“En mi opinión, debió haber sido condenado por asesinato en primer grado”, dijo Harry Bradley, otro trabajador de Walmart. “Pero es una victoria para nosotros porque no salió con solo un tirón de oreja”.

La indignación que produjo la divulgación del video provocó protestas en toda la ciudad.  Un miembro del jurado, una mujer caucásica, dijo a la prensa que Van Dyke dio la apariencia que haber sido entrenado para su testimonio. “Simplemente no le creímos”.