Feria del libro de Erbil refleja lucha kurda por una patria

Por Steve Clark
y Catharina Tirsén
26 de noviembre de 2018
Rose, de 15 años, quien compró ¿Es la biología el destino de la mujer? en el stand de Pathfinder, habla en panel sobre la “Humanidad y su vínculo con la paz”. “Las religiones nos separan”, dijo. ”Debemos unirnos como uno, como raza humana... ¿Cuántas más guerras tenemos que sufrir?”
Militante/Carole LesnickRose, de 15 años, quien compró ¿Es la biología el destino de la mujer? en el stand de Pathfinder, habla en panel sobre la “Humanidad y su vínculo con la paz”. “Las religiones nos separan”, dijo. ”Debemos unirnos como uno, como raza humana... ¿Cuántas más guerras tenemos que sufrir?”

ERBIL, Región del Kurdistán, Iraq — La 13 Feria Internacional del Libro de Erbil demostró una expansión del espacio que existe aquí para discutir sobre temas amplios de la política mundial y regional. Esta receptividad es producto de la lucha del pueblo kurdo por sus derechos nacionales y su lugar en medio de las guerras, los conflictos políticos y el desplazamiento forzado de pueblos en Siria, Iraq, Irán y otros lugares, así como los históricos cambios en el orden mundial imperialista.

Esto fue evidente en las presentac-iones a lo largo de la feria del libro, así como en las discusiones y dinámicas ventas de libros sobre política obrera revolucionaria publicados por la editorial Pathfinder. Este es el segundo año que el distribuidor londinense de la editorial con sede en Nueva York tiene un stand aquí.

Kurdos en Qamishli, Siria, celebran voto a favor de independencia en referendum en región kurda de Iraq el 26 de septiembre de 2017. Después del voto, el ejército iraquí y milicias apoyadas por Irán atacaron y ocuparon Kirkuk, se apoderaron del 40 por ciento del territorio del Gobierno Regional del Kurdistán, cerraron el aeropuerto, e impusieron sanciones económicas.
RudawKurdos en Qamishli, Siria, celebran voto a favor de independencia en referendum en región kurda de Iraq el 26 de septiembre de 2017. Después del voto, el ejército iraquí y milicias apoyadas por Irán atacaron y ocuparon Kirkuk, se apoderaron del 40 por ciento del territorio del Gobierno Regional del Kurdistán, cerraron el aeropuerto, e impusieron sanciones económicas.

La feria en sí refleja los esfuerzos de los kurdos en Iraq —parte de una nación oprimida que abarca Turquía, Siria, Iraq e Irán— para afirmar su derecho a la autodeterminación y a una patria. “Un Kurdistán seguro y protegido, en un nuevo Iraq, auspicia esta feria del libro como un oasis libre para la cultura”, dice la convocatoria del evento, que se ha celebrado anualmente desde 2005. Este año, unas 200 casas editoriales de 30 países participaron en el evento, celebrado del 10 al 20 de octubre.

Usualmente celebrada en abril, este año la feria se pospuso debido a medidas punitivas tomadas por el gobierno iraquí en respuesta al abrumador voto en septiembre de 2017 a favor de un referéndum sobre la independencia kurda organizado por el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG).

 Bagdad cerró el aeropuerto internacional de Erbil desde fines de septiembre de 2017 hasta mediados de marzo de 2018. Junto con las milicias de Hashd al-Shaabi respaldadas por Teherán, los gobernantes capitalistas de Iraq se apoderaron de Kirkuk, los campos petroleros aledaños y otras partes del norte de Iraq, lo que constituye alrededor del 40 por ciento del territorio gobernado por el KRG. Estas áreas habían sido liberadas del Estado Islámico en gran medida por fuerzas militares kurdas.

Estos temas políticos candentes marcaron los paneles realizados en la sala de exposiciones, además de presentaciones de novelas, poesía y libros sobre religión, ciencia y tecnología exhibidos en la feria. Los temas incluyeron, “Puntos de vista kurdos sobre las relaciones con el Centro [Bagdad]”; “Lucha militar por la paz: los kurdos y el Kurdistán”; “El derecho a manifestarse en Iraq”; “La corrupción en Iraq y cómo resolverla”; “Asesinatos de mujeres: un plan para aterrorizar a toda la sociedad”; y “La seguridad del agua y los peligros de la inestabilidad en Iraq” (agua contaminada, y la oposición a la interferencia en asuntos iraquíes del régimen clerico-burgués del vecino Irán, estimularon semanas de movilizaciones callejeras este verano en Basora, la tercera ciudad más grande de Iraq).

Dividir y conquistar

Rose, de 15 años de edad, quien compró ¿Es la biología el destino de la mujer?  por Evelyn Reed de Pathfinder, invitó a un voluntario del stand de Pathfinder a su presentación en un panel sobre “La humanidad y su vínculo con la paz”, por estudiantes de la Escuela Internacional Sabis. “Lo que vale son nuestras acciones, no nuestras palabras”, dijo Rose en su presentación. “Hay dinero para la guerra pero no para los pobres. ¿Por qué es eso?”

“Las religiones nos separan”, dijo. “Debemos unirnos como uno, como una raza humana. ¿Cuántas más guerras tenemos que sufrir?”

Los kurdos y otros pueblos en Iraq tienen una amarga experiencia con los métodos de dividir y conquistar de las potencias imperialistas y las clases terratenientes y capitalistas de la región. Los gobernantes coloniales de Gran Bretaña afianzaron su explotación de Iraq durante gran parte del siglo 20 imponiendo el dominio de una camarilla gobernante de origen sunita islámico sobre la mayoría de la población chiíta, una situación que se mantuvo hasta la caída de Saddam Hussein durante la sangrienta invasión de Washington en 2003.

Durante la reciente guerra contra el Estado Islámico la operación dirigida por los kurdos en 2014 para rescatar a miles de miembros de la minoría religiosa yazidi en peligro de ser masacrados y esclavisados por el Estado Islámico llamó mucha atención. Unos 40 mil yazidíes estaban atrapados en el Monte Sinjar en el norte de Iraq.

Vian Dakhil, la única miembro yazidi del parlamento iraquí, hizo un llamado al mundo a que ayudaran a salvar a su pueblo. “Nos están matando, aniquilando”, dijo a los diputados. “¡Están borrando de la faz de la tierra toda una religión!”

El día de la inauguración de la feria del libro, cuando el ex presidente del KRG, Masoud Barzani, cortó la cinta, fue Vian Dakhil quien le dio la bienvenida oficial.

Muchos de los que visitaron el stand de Pathfinder mencionaron el reciente anuncio de que Nadia Murad, una activista yazidi, opositora y sobreviviente de la esclavitud sexual del Estado Islámico, había sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

Faris Y. Jejjo, ex ministro de ciencia y tecnología del gobierno iraquí, organizó un visita durante la feria para dos voluntarios de Pathfinder a la Organización Shlomo para la Documentación en la cercana Ankawa. El centro recopila evidencia de crímenes contra los caldeos, asirios y otras poblaciones cristianas de Iraq, cientos de los cuales fueron asesinados y unos 136 mil desplazados de sus pueblos y ciudades por el Estado Islámico después de 2014. (Un artículo sobre esta visita aparecerá en una próxima edición).

 Kawa Mahmoud, dirigente del Partido Comunista de Kurdistán, habló con los voluntarios de Pathfinder sobre el desafío del pueblo trabajador a tales divisiones. En la aldea de Baze, al norte de Erbil y Mosul, cerca de la frontera con Turquía, los cristianos y musulmanes habían convivido durante siglos, dijo. Después de que la ciudad fuera gravemente dañada por el régimen de Saddam Hussein durante la Guerra del Golfo de 1990-1991, el Consejo Mundial de Iglesias ofreció reconstruir la parte cristiana. La comunidad cristiana se reunió y rechazó los fondos, relató Kawa, a menos que la ayuda se extendiera a toda la aldea.

El interés en superar estas divisiones y en luchar más efectivamente contra sus opresores communes nacionales y extranjeros se vio en la respuesta en el stand de Pathfinder a libros sobre las raíces del odio antijudío y la lucha en su contra. Tanto La cuestión judía: una interpretación marxista por Abram León como Sobre la cuestión judía por León Trotsky se agotaron.

Muchos kurdos y otros están interestados en extraer lecciones de cuando la gran mayoría de la población judía de siglos de antigüedad en Iraq fueron forzados a huir del país entre 1948 y 1951 a través de la intimidación y la violencia. La mayoría encontró hogar en el recién establecido Estado de Israel. La mayoría de los judíos que quedan en Iraq, unos cuantos cientos a lo máximo, viven en la región del Kurdistán.

También hubo bastante discusión en el stand de Pathfinder sobre la declaración del Partido Socialista de los Trabajadores, “Por el reconocimiento de un estado palestino y de Israel”, emitida por Jack Barnes, secretario nacional del partido, en diciembre de 2017.

“En oposición a Washington, a los gobiernos burgueses y organizaciones políticas en todo el Medio Oriente, y a la izquierda de clase media aquí en Estados Unidos”, dice la declaración, “el Partido Socialista de los Trabajadores tiene un punto de partida diferente: los intereses de clase y la solidaridad de los trabajadores y pequeños agricultores en todo el Medio Oriente —ya sean palestinos, judíos, árabes, kurdos, turcos, persas o de cualquier otra nacionalidad, y cualesquiera que sean sus creencias religiosas u otras— y del pueblo trabajador en Estados Unidos y en todo el mundo. …

“Estamos a favor  de lo que renueve nuestra solidaridad y confianza de clase, que nos conduzca por un rumbo revolucionario hacia una lucha unida por el poder obrero”.

Hay una inmediatez, un sentido de urgencia, a todas estas cuestiones en un país cuya población ha vivido repetidas guerras y caos desde la guerra entre Irán e Iraq de 1980-1988, la campaña de exterminación “Anfal” de Saddam Hussein contra los kurdos en 1988, las invasiones de Iraq dirigidas por Washington en 1991 y 2003, y más.

 Continuará la próxima semana.