Feria del libro confirma interés en cultura, política en Kurdistán e Iraq

Por Ögmundur Jónsson
13 de mayo de 2019
Arriba, feria del libro en Erbil
Militante/Ögmunder JónssonArriba, feria del libro en Erbil

Arriba, Ögmundur Jónsson y Martin Hill (izq.) del Reino Unido en stand de Pathfinder con Mohammed Ja’far, quien está reconstruyendo biblioteca destruida por Estado Islámico en villa cerca de Mosul. Abajo, Steve Penner de Canadá muestra libros de Pathfinder.
Militante/Mary Ellen Marus Arriba, Ögmundur Jónsson y Martin Hill (izq.) del Reino Unido en stand de Pathfinder con Mohammed Ja’far, quien está reconstruyendo biblioteca destruida por Estado Islámico en villa cerca de Mosul. Abajo, Steve Penner de Canadá muestra libros de Pathfinder.

ERBIL, Región del Kurdistán, Iraq — La 14 Feria Internacional del Libro de Erbil, celebrada aquí del 3 al 13 de abril, reafirmó el interés por el debate político y la actividad cultural en el Kurdistán, Iraq y otras partes.

“Desde 2003, hemos tenido la oportunidad de vivir más como otros países, incluyendo respecto a las publicaciones y acceso a la lectura”, dijo Wahid Wahid en el stand de la editorial Pathfinder aquí. Esta es la tercera vez que Libros Pathfinder de Londres participó en la feria.

Wahid se refería a los logros hechos por el pueblo kurdo en Iraq durante los últimos 15 años a raíz del establecimiento del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) en 1992. Estos logros nacionales figuran entre las consecuencias imprevistas de la invasión y ocupación de Iraq en 2003 por Washington, que puso fin a la dictadura de Saddam Hussein en un intento de reforzar sus intereses económicos, políticos y militares imperialistas en el Medio Oriente.

El deseo de aprovechar este momento en la historia fue evidente entre las decenas de miles de personas que recorrieron la feria para mirar libros de unas 300 casas editoriales de más de 20 países. Se notaba en la demanda por libros en kurdo, así como en inglés y árabe, y en los temas sociales y políticos abordados en las presentaciones de libros y paneles. Y en el interés de conocer sobre las perspectivas y la actividad política de trabajadores de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido que se encontraban en el stand de Pathfinder, donde los visitantes compraron 1 238 libros de dirigentes comunistas y de otros movimientos revolucionarios.

Relaciones Kurdistán-Iraq

Este año la feria del libro fue inaugurada por Masoud Barzani, presidente del gobernante Partido Democrático del Kurdistán. Días antes, había condenado los comentarios del ex primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, quien calificó de “extremistas” a los partidarios de la independencia kurda. En septiembre de 2017, cuando aún era presidente del KRG, Barzani realizó un referéndum sobre la independencia para el Kurdistán iraquí, el cual ganó por un margen de más del 90 por ciento con una alta participación. Bagdad tomó represalias interviniendo militarmente con el respaldo de Teherán y el apoyo tácito de Washington, apoderándose del 40 por ciento del territorio del KRG, incluido Kirkuk, una ciudad rica en petróleo.

Barzani habló manifiestamente en árabe en la inauguración de la feria. Dijo que las relaciones son mejores con el nuevo primer ministro iraquí, Adel Abdul-Mahdi, quien asumió el cargo en octubre.

El segundo orador fue el veterano político iraquí Ayad Allawi, y se leyó a los asistentes un mensaje del ministro de cultura iraquí. El programa concluyó con un homenaje de poemas y canciones tanto a Iraq como a Kurdistán.

Si bien todo fue diplomacia, registró algo más profundo sobre las realidades sociales y políticas aquí. La lucha del pueblo kurdo por la independencia continúa, ante un siglo de división forzosa entre Iraq, Irán, Turquía y Siria. El KRG sigue siendo parte de Iraq. Aun más importante, las luchas del pueblo trabajador en Kurdistán e Iraq están profundamente entrelazadas. Entre los visitantes a la feria había no solo kurdos, sino también árabes y otros que vinieron de Bagdad, Basora y otras partes del país, así como muchos que han huido de la violencia y la tiranía en Mosul, la segunda ciudad más grande de Iraq, y las aledañas llanuras de Nínive y otras partes.

Mohammed Ja’far vino desde la aldea de Bashiqa, cerca de Mosul, a unas 50 millas de Erbil. La aldea es hogar de muchos cristianos étnicos y yazidis que han sido blanco de masacres por fuerzas de al-Qaeda y el Estado Islámico en esa parte de Iraq.

Ja’far es de la minoría étnica Shabak. Dijo que en 2013 la biblioteca pública que él administraba fue destruida por fuerzas islamistas, y perdió un ojo y las puntas de varios dedos. Está tratando de reactivar la biblioteca y agradeció una donación que hicimos de libros de Pathfinder. Como muchos otros en Iraq, perdió a miembros de su familia en ataques terroristas.

Otro visitante del stand fue Ali Abkan, de Mosul. Su padre, un teniente en el ejército iraquí bajo el régimen de Saddam Hussein, fue desplegado como parte de la invasión y ocupación de Kuwait por Bagdad en 1990. Esa reaccionaria apropiación de territorio, y subsecuente ataque por Washington, está descrito en “Los cañonazos iniciales de la tercera guerra mundial: el ataque de Washington contra Iraq”, de Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, publicado en el número no. 1 de la revista Nueva Internacional. Se vendieron treinta y cuatro ejemplares en el stand de Pathfinder.

Barnes describe la masacre por parte de las fuerzas estadounidenses de decenas de miles de soldados iraquíes en retirada y de civiles que estaban huyendo, en la carretera de Kuwait a Basora, en el sur de Iraq. Un “tiro al pavo” es cómo un oficial estadounidense lo describió cruel pero precisamente.

“Mi padre se dio cuenta de que los estaban enviando a una masacre y de fue de allí”, dijo Abkan. Su padre fue asesinado recientemente por el Estado Islámico.

Abkan dijo que sus amigos que lograron escapar de Mosul se han dispersado por todo Iraq, desde Bagdad, Hillah (la moderna Babilonia) y Najaf hasta Kerbala y Basora. Ante un seguro desempleo, dijo, muchos se inscribieron en las milicias respaldadas por Irán. “Los reclutadores les dijeron que si estaban listos para ir a Yemen, Siria o cualquier otro lugar, y no hacían preguntas, entonces recibirían más dinero”, dijo Abkan. “Muchos han muerto”.

Teherán patrocina milicias, reclutadas desde Afganistán en el este y a través de la región, que han luchado en Iraq, Siria, Yemen y el Líbano, extendiendo el dominio del régimen burgués-clerical contrarrevolucionario iraní. Iraq, incluida la región kurda, está atrapado en el centro de un conflicto entre Teherán y los gobernantes imperialistas estadounidenses, que mantienen miles de tropas en este país.

El pueblo trabajador de Mosul y de la provincia de Nínive en general sufren las consecuencias acumuladas de las invasiones de Washington de 1991 y 2003, 15 años de actividad terrorista que culminaron en la tiranía del Estado Islámico de 2014 a 2017 y la recuperación del área por fuerzas conjuntas iraquíes y kurdas, con el respaldo aéreo de Washington que devastaron el viejo centro de la ciudad. Las autoridades iraquíes han proporcionado poca ayuda para la reconstrucción. En marzo, miles de personas protestaron contra “la corrupción, destrucción y avaricia” tras el hundimiento de un transbordador en el río Tigris que mató a 100 pasajeros. El parlamento iraquí respondió despidiendo al gobernador de Nínive.

Lucha contra persecución

El libro La cuestión judía por Abram León fue popular en el stand de Pathfinder, con 41 ejemplares vendidos. Muchos querían entender de dónde proviene el odio contra los judíos y el uso de los judíos como chivos expiatorios. También deseaban aprender más sobre cómo combatir la persecución de otras minorías religiosas y nacionales.

Otros títulos muy buscados fueron los que abordan las raíces de la crisis del capitalismo mundial, su impacto en el pueblo trabajador en Estados Unidos y alrededor del mundo, y sobre un curso político independiente para trabajadores, agricultores y otros. El más vendido fue ¿Son ricos porque son inteligentes? Clase, privilegio y aprendizaje en el capitalismo de Jack Barnes (158 ejemplares), seguido por En defensa de la clase trabajadora norteamericana por la dirigente del PST, Mary-Alice Waters (76 ejemplares). Estos temas también fueron discutidos y debatidos en eventos fuera de la feria, incluido un evento público con comunistas de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido auspiciado por el Partido Comunista de Kurdistán (ver artículo adjunto) y un intercambio con dirigentes del Sindicato de Trabajadores Unidos de Kurdistán.

También fueron populares, entre mujeres y hombres de todas las edades, los libros de Evelyn Reed y de otros autores sobre las raíces de la opresión de la mujer y el camino hacia su emancipación, como Problemas de la liberación de la mujer (30 ejemplares), Los cosméticos, las modas y la explotación de la mujer (26), La evolución de la mujer (14).

Talaye Porsoo, con sede en Teherán, que publica traducciones de libros de Pathfinder en persa, el idioma mayoritario en Irán, participó en la feria del libro por primera vez este año. Entre los que apreciaron la disponibilidad de libros revolucionarios en persa fueron kurdos que emigraron a Irán a partir de 1975, cuando el régimen de Saddam Hussein lanzó ataques asesinos contra la población kurda en Iraq. Otros habían ido a Irán a estudiar. Algunos habían participado en la revolución de 1979 que derrocó la dictadura del shah respaldada por Washington o han participado activamente en protestas contra las políticas gubernamentales en los últimos años allí.

Wahid, Ja’far, Abkan y otros apreciaron el curso político internacionalista obrero presentado en la declaración del Partido Socialista de los Trabajadores, en diciembre de 2017, que fue distribuida en el stand de Pathfinder: “Por el reconocimiento de un estado palestino e Israel”.

“En oposición a Washington, a los gobiernos burgueses y organizaciones políticas en todo el Medio Oriente, y a la izquierda de clase media aquí en Estados Unidos”, dice la declaración, “el Partido Socialista de los Trabajadores tiene un punto de partida diferente: los intereses de clase y la solidaridad de los trabajadores y pequeños agricultores en todo el Medio Oriente —ya sean palestinos, judíos, árabes, kurdos, turcos, persas o de otra nacionalidad, y cualesquiera que sean sus creencias religiosas u otras— y del pueblo trabajador en Estados Unidos y en todo el mundo”.