BOLINGBROOK, Illinois — Los casi 49 mil miembros del sindicato automotriz UAW en huelga contra la General Motors desde el 16 de septiembre están ganando solidaridad en su lucha para que se les den posiciones permanentes a los trabajadores temporarios, así como para eliminar el sistema de salarios de dos niveles y obligar a la GM a mantener abiertas las cuatro plantas que están programadas a ser cerradas.
Obreros automotrices de otras compañías, miembros de otros sindicatos, trabajadores de Walmart y otros que no tienen sindicato se han unido a las líneas de piquetes en las 33 fábricas y 22 almacenes de piezas que están en huelga. Han traído comida, suministros y solidaridad a los huelguistas.
Se necesita más solidaridad ante la intransigencia de la GM. Los patrones dicen que necesitan más trabajadores temporarios para ser competitivos contra las compañías automotrices no sindicalizadas que pagan menos, como Honda y Volkswagen. Dicen que los trabajadores deben hacer más concesiones para que la empresa pueda competir en la producción de autos eléctricos y sin conductores. La UAW ha convocado “Domingos de solidaridad” con líneas de piquetes reforzadas hasta que los trabajadores ganen un nuevo contrato.
“Comencé en 2006”, dijo Ismael Zúñiga, presidente del Local 2114 de la UAW, a esta corresponsal-obrera del Militante durante una visita de solidaridad a la línea de piquetes en la planta de la GM de esta ciudad el 25 de septiembre. “No fui contratado como permanente hasta 2012 y no llegué a la escala salarial correspondiente hasta este año. No quiero que nadie más tenga que atravesar el trayecto de 13 años que tuve que pasar”.
Los empleados temporarios son contratados con un sueldo de 15.78 dólares la hora; para los permanentes de antaño el salario máximo es de 31 dólares por hora. El segundo nivel alcanza un máximo de 29.90, dijo Zúñiga. “Los temporarios no tienen vacaciones pagadas. Reciben la mitad de las prestaciones de los empleados permanentes”, dijo Zúñiga.
Los niveles salariales fueron impuestos en la GM en 2007. Toma ocho años para que los nuevos empleados se acerquen a la escala de los trabajadores de antaño. Como parte del rescate de la empresa por el gobierno, en 2009 el gigante automotriz ejecutó una bancarrota en la que eliminó divisiones con problemas financieros y las pensiones y los seguros médicos de los trabajadores de estas divisiones, a la vez que creó un “nuevo” GM con sus marcas más rentables.
‘Ganancias a costa de nosotros’
Joe Fruggiero, un trabajador de Walmart en Darien, visitó con esta corresponsal la línea de piquetes y entregó a los huelguistas una tarjeta firmada por 18 compañeros de trabajo.
“Mientras le dan prioridad a los ejecutivos y las compañías financieras, los trabajadores no reciben nada”, le dijo a Zúñiga. “Sí, el presidente de la GM ganó 22 millones de dólares el año pasado. Dicen que nos ofrecen “compartir en las ganancias”, pero no queremos eso. Queremos salarios más altos”, dijo Zúñiga. “Sacan ganancias a costa nuestra”.
Los huelguistas han recibido mucha solidaridad. Su moral está alta porque miran su lucha no solo como una lucha por mejoras para ellos, sino también por otros trabajadores.
Los funcionarios de la UAW dicen que están luchando por una transición “definida” de trabajadores temporales a permanentes y para reducir la brecha entre los niveles. Los trabajadores en las líneas de piquetes no quieren esperar. En la línea de piquetes en Spring Hill, Tennessee, Keisha Montgomery lucía una camiseta que decía “¡Pago igual por trabajo igual! Las vidas de los temporarios importan”. En muchas líneas de piquetes, los huelguistas portan carteles que dicen: “¡No más niveles!”
La General Motors no es la única que está preocupada de que la huelga perjudique sus finanzas si tiene éxito. Después de la GM, la UAW abrirá negociaciones con los patrones de la Ford y de la Chrysler Fiat, cuyos contratos fueron extendidos temporalmente.
Un artículo del 29 de septiembre en Automotive News, que refleja las opiniones de los magnates automotrices, mostró el temor de que “cuanto más se ha prolongado la huelga, más han crecido las expectativas” entre los trabajadores automotrices. Se quejó de que “las ganancias multibillonarias obtenidas por las 3 gigantes de Detroit durante años atizaron las ansias para revertir las concesiones previas”.
Bill Quigg, un dirigente de la lucha por la sindicalización en la fábrica de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, dijo a Business Insider el 25 de septiembre que debido a la huelga, los trabajadores que hasta ahora habían estado ambivalentes a unirse a la lucha por un sindicato están preguntando que haría el sindicato si ganara representación.
Kristin Dziczek, del Centro de Investigación Automotriz, dijo al Militante que solo 27 de las 57 fábricas de ensamblaje en Estados Unidos están sindicalizadas, lo que representa apenas el 50 por ciento de todos los automóviles producidos en el país.
Hace diez años, solo el 17 por ciento de los automóviles eran ensamblados en plantas sin sindicato, por compañías como Toyota, Hyundai y Volkswagen. Estas pagan aproximadamente un tercio menos a los trabajadores permanentes que las compañías de automóviles sindicalizadas.
Amplia solidaridad
Tres obreros de Lincoln, Nebraska, se unieron a las líneas de piquetes del Local 31 en la fábrica de GM Fairfax, en Kansas City, Kansas, el 28 de septiembre.
Uno de los trabajadores de Lincoln, el conductor ferroviario Lance Anton, miembro del Local 305 del sindicato SMART-TD, había recogido firmas en una carta de apoyo de 115 de sus compañeros de trabajo, incluidos miembros del sindicato de maquinistas. Los sindicalistas “nos solidarizamos con su esfuerzo por un contrato que los miembros de la UAW puedan apoyar”, decía la carta.
“Mi sindicato pronto se estará preparando para nuestro contrato nacional y podríamos necesitar su ayuda”, dijo Anton a los huelguistas. “Si ustedes logran un contrato que puedan respaldar, eso nos ayudará”.