KENOSHA, Wisconsin —Dos mil manifestantes exigiendo “Justicia para Jacob” participaron el 29 de agosto, en una “Marcha por la paz” organizada por la familia de Jacob Blake Jr.
El 23 de agosto el policía de Kenosha Rusten Sheskey, disparó siete veces en la espalda a Blake Jr., de 29 años de edad, dejándolo paralizado de la cintura para abajo. Un video de un teléfono celular muestra a Blake caminando por la parte delantera de su SUV hacia la puerta del conductor mientras los policías lo siguen con sus armas en la mano. Cuando Blake abre la puerta, Sheskey agarra su camiseta desde atrás y abre fuego.
“Le pregunto a la policía de esta ciuda d qué les dio el derecho a intentar asesinar a mi hijo”, dijo a la multitud el padre de Blake, también llamado Jacob Blake. “¿Quién les dio el derecho de tratar a mi hijo como a un animal?
”Después de que llevaron a su hijo a un hospital en Milwaukee, lo “encadenaron a la cama”, dijo Blake, hasta que la indignación pública presionó a la policía a que le quitaran las esposas.
Otra razón por la que la familia Blake y otros líderes de la protesta habían organizado la acción era para llamar a que se detengan los incendios y la violencia promovidos por fuerzas anarco-radicales que han utilizado las manifestaciones para sembrar la destrucción. El daño se ha centrado en Uptown y otras áreas donde vive un gran número de africanoamericanos.
“Si destruyen la ciudad, no tendremos adónde ir. Nos quedamos sin hogar. ¿Dónde vamos a comprar comida?” Preguntó Blake. “¿Por qué le facilitan a la policía el uso de gases lacrimógenos contra nosotros al llevar a cabo actos de violencia? Debemos detener la violencia en nuestra ciudad”.
Los individuos estilo antifa que han provocado el caos y la destrucción han atraído a derechistas y otros grupos armados que patrullan las calles en nombre de poner fin a la violencia.
El 25 de agosto, Kyle Rittenhouse, de 17 años, que había publicado en las redes sociales que quería defender a la policía, llegó a Kenosha desde Antioch, Illinois, con un rifle de asalto. En una pelea que siguió a la protesta de esa noche, Rittenhouse disparó y mató a Joseph Rosenbaum de 37 años, de Kenosha, y a Anthony Huber, de 26 años, de Silver Lake. Gaige Grosskreutz de West Allis, que portaba una pistola, recibió un disparo en el brazo. Los tres eran caucásicos, al igual que Rittenhouse.
La policía no hizo nada para detener a Rittenhouse o la pelea. Incluso pasaron por delante de Rittenhouse cuando él caminó hacia ellos con las manos en alto después del tiroteo.
Ahora está en la cárcel enfrentando cargos de asesinato.
Como estaba claro que los organizadores de la protesta intentaban que la manifestación del 29 de agosto fuera una acción política pacífica, más trabajadores de la zona se sintieron cómodos a participar.
La estudiante de enfermería Tiara Harrell, una mujer negra, dijo que había participado los primeros dos días de protesta después de que le dispararan a Blake, y que luego dejó de ir. Decidió venir a la manifestación con su hija pequeña para repartir agua y ayudar a limpiar el parque después.
“La lucha contra la brutalidad policial y las muertes de jóvenes requiere una movilización amplia y sostenida del pueblo trabajador”, dijo al Militante Naomi Craine, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores al Senado de Estados Unidos por Illinois, quien se unió a la protesta del 29 de agosto en Kenosha.
“Es por eso que las cuestiones de estrategia y táctica que se debaten aquí son tan importantes. Lo que necesitamos son acciones que puedan traer a la lucha el poder de los trabajadores negros y caucásicos, y otros, así como a nuestras organizaciones”.