La siguiente declaración se basa en la charla presentada por Alyson Kennedy, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente, en Seattle el 30 de octubre. Malcolm Jarrett fue el candidato para vicepresidente. Independientemente de quien ocupe la Casa Blanca gobernará a favor de los intereses de las familias capitalistas. El pueblo trabajador necesita desarrollar un curso contra los incesantes ataques de los patrones a nuestros trabajos, salarios, condiciones laborales, de salud y seguridad.
Lanzamos la campaña del PST en febrero cuando el coronavirus estaba afectando a países alrededor del mundo y los gobiernos en Estados Unidos y otras naciones capitalistas le decían a millones de trabajadores que se “quedaran en casa”, que no se preocuparan, “que todo estaba bajo control”. Pero la campaña del PST hizo lo opuesto. Malcolm y yo hemos estado en 22 estados y más de 90 pueblos pequeños, en áreas rurales y grandes ciudades. Salimos a las calles con miles de trabajadores, marchamos en protestas, caminamos en los piquetes de huelgas y hablamos con innumerables trabajadores mientras hacíamos campaña en sus comunidades.
Hemos visto de primera mano cómo la pandemia se entrelaza con la crisis social y económica del capitalismo y cómo pesa sobre nuestras vidas. Pero, lo más importante de todo, es que el PST presentó un curso de lucha para el pueblo trabajador y nuestros sindicatos: un camino para construir un movimiento obrero independiente y combativo de millones de personas para tomar el poder político en nuestras manos. Todo lo que enfrentamos es producto del despiadado sistema capitalista organizado para que un puñado de banqueros y patrones obtengan ganancias a costa nuestra.
Estamos viendo una segunda ola de infecciones y muertes, y cómo los gobernantes y sus partidos no han hecho nada para prepararse para esto. La atención médica en Estados Unidos no es atención médica: es una industria para generar ganancias para las compañías de seguros, los monopolios farmacéuticos, los dueños de hospitales y hogares de ancianos. Esto determina la forma en que se toman todas sus decisiones, con el respaldo de Washington y de los gobiernos de cada estado.
Se oye decir, con histeria, especialmente de los liberales y sus medios, que estas fueron las elecciones más importantes en la historia de Estados Unidos. Critican al PST por postularse por que temen que podamos quitarle votos a Biden. Pero lo que muestran las elecciones de 2020 es la crisis del juego bipartidista que comenzó con las últimas elecciones. Trump ganó en 2016 porque millones de trabajadores estaban hastiados del “pantano” en Washington que no ha demostrado más que indiferencia por nuestra creciente crisis. Y está tratando de hacer que esto se repita. Pero Trump ha estado en el cargo durante cuatro años, ¿han mejorado las cosas para el pueblo trabajador?
Hillary Clinton calificó al pueblo trabajador de “deplorables” y los demócratas culpan a la clase trabajadora por la elección de Trump. Creen firmemente que es necesario controlar a los trabajadores y los agricultores y evitar que afecten la política.
Biden se hace pasar por un hombre del pueblo y dice: “Soy el hombre de Scranton y Trump es de Park Avenue”. Pero muchos trabajadores, especialmente los africano americanos, recuerdan el historial de décadas de Biden como senador y vicepresidente de Obama, donde fue un acérrimo defensor del dominio capitalista.
Un programa de lucha obrero
Cualquiera que sea el partido de los patrones que gane, el curso de clase planteado por el PST en nuestra campaña para una acción inmediata sigue siendo el curso por el cual los trabajadores necesitan luchar hoy.
El PST explica que el creciente desempleo es un problema crucial en Estados Unidos. Explicamos que los trabajadores y nuestros sindicatos deben luchar por un programa de obras públicas financiado por el gobierno para crear millones de puestos de trabajo con salarios a escala sindical para construir lo que los trabajadores necesitan: viviendas, hospitales, escuelas, guarderías y mucho más. Exigimos una semana laboral más corta sin recortes salariales para distribuir el trabajo y evitar despidos, sin reducir nuestros ingresos.
Los trabajadores necesitan estar en el trabajo. Es allí donde podemos unirnos para luchar contra los ataques diarios de los patrones. Así es como podremos construir y fortalecer nuestros sindicatos.
Explicamos que nuestros sindicatos deben luchar por cláusulas de aumentos automáticos en todos los contratos para que nuestros salarios y beneficios suban cada vez que suban los precios. Y hacer lo mismo con beneficiarios del seguro social, por discapacidades y pensiones.
A partir de estas luchas podemos construir nuestro propio partido político, un partido obrero, y ejercer el poder de la clase trabajadora sobre todas las luchas contra la explotación y la opresión. Y liderar la lucha para quitar el poder político de manos de los explotadores y establecer un gobierno de trabajadores y agricultores.
Uno de los legados más importantes del liderazgo de Fidel Castro y del Movimiento 26 de Julio en Cuba fue el haber llevado a los trabajadores y agricultores cubanos a reconocerse a sí mismos como actores, no como objetos. Los trabajadores son los que cambian el mundo, no sus víctimas, y pueden lograr lo que nos dicen que es imposible hacer. Y eso es lo que hicieron en Cuba y siguen defendiendo.
Le decimos a los trabajadores y agricultores aquí: no somos víctimas, ni objetos para que otros nos manipulen. Somos los creadores de la historia y podemos cambiar el mundo.