Con decenas de millones de trabajadores desempleados, los patrones continúan con las cesantías, los recortes de salarios y beneficios y la aceleración del ritmo de la producción. Esperan que la mayor competencia por puestos de trabajo genere mejores condiciones para profundizar estos ataques y les permita asegurar sus ganancias a costa de los trabajadores.
Pero los trabajadores están encontrando formas de hacer frente a los ataques de los patrones. Unos 700 trabajadores están en huelga en 11 hogares de ancianos propiedad de Infinity Health Care en Illinois. Enfermeras en Albany, Nueva York, realizaron una huelga de un día el 1 de diciembre. En los últimos meses han sucedido decenas de huelgas por mejores salarios y condiciones, incluyendo para exigir protección contra el coronavirus.
Alma Bonilla, una de las huelguistas en un centro de Infinity en Chicago, le dijo al Militante que antes de la huelga un supervisor les dijo: “Váyanse en huelga. Hay 35 mil personas que quieren su trabajo”.
La división más grande que enfrenta el pueblo trabajador es entre los que tienen y los que no tienen trabajo. Alrededor de 20.5 millones de personas están recibiendo algún tipo de beneficio de desempleo.
Esto es la punta del iceberg. Millones de personas despedidas en enero o antes ya han agotado sus prestaciones por desempleo del gobierno. A pesar de una moratoria impuesta por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, miles han sido desahuciados de sus viviendas. Esa moratoria vence el 31 de diciembre al mismo tiempo que se agotan todos las prestaciones especiales por la pandemia, a menos que el congreso las extienda.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, los patrones agregaron 638 mil empleos en octubre. Pero a medida que se imponen nuevos cierres gubernamentales por la pandemia, muchos de estos trabajos se esfumarán.
Un gran beneficiario de la crisis actual son los dueños de Amazon. Están contratando un promedio de 1,400 empleados por día a nivel mundial, tratando de sacar provecho de las crecientes ventas por internet.
Amazon reportó un aumento del 53 por ciento en ganancias este año. También están aumentando las lesiones en el trabajo en sus almacenes, ya que los patrones utilizan la automatización para impulsar a los trabajadores a trabajar más rápido para maximizar las entregas durante la temporada de compras navideñas.
La aerolínea Delta ya ha reducido las horas de trabajo y el pago mensual en un 25 por ciento. Otros patrones seguirán el ejemplo de la Delta.
Crisis del cuidado de la salud
Combinado con los esfuerzos de los patrones para poner el peso de la crisis económica sobre las espaldas de los trabajadores y agricultores, está la desastrosa respuesta al COVID-19 por parte del gobierno en todos los niveles y de los patrones de la industria de la salud. Han hecho prácticamente nada para garantizar un tratamiento adecuado para los enfermos de COVID-19, 10 meses después del inicio de la pandemia.
Muchos hospitales todavía carecen de equipos de protección personal. La Sociedad Americana de Farmacéuticos del Sistema de Salud dice que 29 de los 40 medicamentos esenciales para el tratamiento de pacientes con coronavirus enfrentan escasez.
National Public Radio informó el 25 de noviembre que algunos hospitales están tan abrumados que están “racionando la atención”, es decir, que le negarán la atención adecuada a los últimos en la lista de “prioridades”.
La plataforma de acción del Partido Socialista de los Trabajadores plantea demandas por las que los trabajadores y nuestros sindicatos deben luchar para regresar a trabajar, que es donde los trabajadores podemos organizarnos para cambiar las condiciones que enfrentamos.
Trabajo: un derecho básico
Entre ellas está un programa de obras públicas financiado por el gobierno para poner a los desempleados a trabajar con salarios a escala sindical en la construcción y reparación de la infraestructura para mejorar las vidas de millones. En lugar de cerrar hospitales porque supuestamente no son “rentables”, se puede poner a los trabajadores a construir más centros médicos, incluso en áreas rurales. Nuestros sindicatos deben luchar por el pago de desempleo para todos los desempleados, tanto estadounidenses como los nacidos en el extranjero, por el tiempo que lo necesiten.
La plataforma del PST explica que cuando los patrones nos amenazan con más despidos, debemos luchar por un recorte en la semana laboral sin ningún recorte en nuestro salario neto.
Algunas de las industrias más afectadas por los despidos han sido los restaurantes y hoteles, donde muchos de los trabajadores son mujeres. Y la escolarización “remota” ha obligado a muchas mujeres a dejar sus trabajos o reducir sus horas para quedarse en casa con sus hijos.
Muchos trabajadores subsisten con la ayuda de los bancos de alimentos. Imágenes en los periódicos de todo el país mostraron las decenas de miles de familias esperando en largas filas para recibir un pavo para el Día de Acción de Gracias.
En la ciudad de Nueva York, cientos de trabajadores protestaron para exigir más permisos de vendedores ambulantes para poder ganarse la vida sin temor a multas y el acoso policial. Cientos de repartidores de comida, en su mayoría inmigrantes, también marcharon por mejores condiciones.
La lucha por la amnistía de todos los trabajadores indocumentados —lo cual eliminaría la amenaza de deportación— pondría a los trabajadores inmigrantes y a los nacidos en Estados Unidos en la mejor posición para luchar por sindicatos, mejores salarios y condiciones laborales para todos y fortalecer a la clase trabajadora en su conjunto.