El alto y persistente desempleo, una consecuencia de la crisis de producción y comercio capitalistas que ha sido exacerbada por los cierres decretados por los gobiernos, sigue siendo el mayor reto ante los trabajadores. Para ubicar a los trabajadores y a nuestros sindicatos en una posición más fuerte para luchar como clase —por mejores salarios y condiciones de trabajo y dignidad— es esencial que organicemos una lucha para que los millones que han sido despedidos regresen a trabajar.
Si bien ha comenzado a aumentar la contratación y algunos trabajadores han regresado a sus empleos, más de 10 millones siguen desempleados y aislados de otros trabajadores.
Uno de los pasos más importantes es que todos los trabajadores se vacunen. El mayor obstáculo para esto ha sido el sistema de ganancias que depende de la industria privada para desarrollar, producir, distribuir y suministrar las vacunas. Lo hacen solo para enriquecerse sin una organización centralizada para maximizar la rapidez y la seguridad de la vacunación.
Un ejemplo de esto fue la contaminación de 25 millones de dosis en Emergent BioSolutions, una fábrica contratada por el gobierno para producir vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson. El presidente de la compañía, Robert Kramer, se jactó de que la rentabilidad de la empresa estaba “por las nubes”.
El suministro y niveles de vacunación están aumentando. Esto puede ayudar a barrer con las restricciones gubernamentales a la producción y el comercio.
A medida que más trabajadores regresen a trabajar y aumente la contratación, se agudizará la lucha entre los patrones que pretenden aumentar sus ganancias a costa nuestra y los trabajadores que defienden sus empleos, salarios y condiciones laborales. Hoy en día se están desarrollando importantes batallas obreras en la ATI Steel, la mina de carbón Warrior Met, Marathon Petroleum, el hospital St. Vincent Hospital y otras empresas. Estas luchas necesitan la máxima solidaridad de todos los trabajadores para cambiar la correlación de fuerzas a favor de los trabajadores.
Al mismo tiempo, el presidente demócrata Joseph Biden develó su “Plan de Empleos Americano” de más de 2 billones de dólares, que está siendo promovido como el programa de infraestructura de mayor alcance de la historia. Pero este programa no crea ni un solo puesto de trabajo. Si se aprueba, lo cual está lejos de ser algo seguro, daría miles de millones de dólares a los patrones y a gobiernos de todos los niveles, con instrucciones de usarlos para una serie de esquemas “verdes” y de otro tipo.
Biden promete usar el dinero para acabar con la contaminación producida por emisiones de carbono para el 2050, ampliar masivamente el número de estaciones para cargar autos eléctricos y otros proyectos “woke” promovidos por los liberales. Algunos de estos, dice, harán que los patrones proporcionen empleos sindicalizados.
Uno de los mayores beneficiarios será Elon Musk, cuyo automóvil eléctrico Tesla, que cuesta miles de dólares más que los automóviles actuales, necesita esas estaciones de carga. Musk es la segunda persona más rica del planeta, con 169.9 mil millones de dólares en su registro de activos para el 5 de marzo.
Musk es notoriamente antisindical. Evitó que el sindicato automotriz UAW organizara una unión en su planta de vehículos eléctricos Tesla en California en 2017.
Otros que encontrarán un lugar en el trofeo gubernamental son los patrones de Amtrak, que obtendrían 80 mil millones de dólares; los propietarios de puertos y aeropuertos, que recibirán 42 mil millones; y 100 mil millones a los patrones de empresas de tecnología para extender el internet de banda ancha.
¡Trabajadores necesitan trabajo ya!
“Lo que necesitan los trabajadores no es un mejor plan para ‘arreglar’ la explotación capitalista, o modificaciones al proyecto de Biden”, dijo Malcolm Jarrett al Militante el 6 de abril. Jarrett es el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Pittsburgh. “Necesitamos una perspectiva de clase diferente, empezando con la organización de apoyo para las luchas de los trabajadores por empleos y salarios, como la huelga actual de sindicalistas en cinco estados contra los ataques de los patrones de la empresa siderúrgica ATI”.
Jarrett participó en las líneas de piquetes de los trabajadores de ATI alrededor de Pittsburgh esta semana.
“Necesitamos usar nuestros sindicatos para luchar por un programa de obras públicas financiado por el gobierno federal para crear millones de empleos a escala sindical haciendo las cosas que los trabajadores necesitan, como viviendas, escuelas, hospitales, guarderías infantiles y mucho más”, dijo. “Y los trabajadores necesitan imponer el control obrero de la producción en estos trabajos, para asegurar que se satisfagan las necesidades de los trabajadores y se realicen de manera segura.
“Nuestros sindicatos deben luchar por una semana laboral más corta sin recortes salariales para evitar más despidos. La lucha por estas medidas puede unificar y fortalecer a la clase trabajadora y reconstruir nuestros sindicatos como instrumentos de lucha eficaces”, dijo Jarrett. “Este es el camino para construir nuestro propio partido político, un partido obrero que luche para tomar el poder político en nuestras propias manos”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jennifer Psaki, dijo a los periodistas el 2 de abril que el proyecto de Biden “revolucionará el mercado de empleos de energía limpia”.
“Solo la lucha de los trabajadores y nuestros sindicatos para tomar el control de la producción de manos de los patrones puede abrir el camino para reorganizar el trabajo y las prioridades de manera que beneficien a todos los trabajadores a la vez que protejan nuestra tierra, aire y aguas”, dijo Jarrett. “Ese es el camino para reemplazar la dictadura del capital con nuestro propio gobierno de trabajadores y agricultores, para organizar a la sociedad en torno a las necesidades de la tierra y de los trabajadores”.