NUEVA YORK — ¿Por qué la revolución socialista en Cuba sigue viva, luchando y dando un ejemplo para todo el mundo más de 60 años después de que los trabajadores y agricultores tomaron el poder? ¿Qué es lo que hace que las relaciones de clase y sociales en Cuba sean tan diferentes de las de cualquier otro lugar del mundo?
Porque hace 62 años el pueblo trabajador de Cuba fue dirigido por un liderazgo marxista a realizar una revolución socialista, dijeron Martín Koppel y Róger Calero en un programa del Militant Labor Forum aquí el 14 de agosto. Ambos son miembros del Partido Socialista de los Trabajadores; Calero es el candidato del partido para alcalde de Nueva York.
“El gobierno revolucionario era un nuevo poder estatal, un poder obrero, que organizó a los trabajadores, agricultores, jóvenes y otros”, dijo Koppel. “Una revolución socialista se caracteriza por un tipo diferente de relaciones sociales, basadas en la solidaridad obrera, no la competencia capitalista”.
“Hubo dos grandes revoluciones socialistas en el siglo XX, una en Rusia y la otra en Cuba”, dijo Koppel, citando una carta que envió el secretario nacional del PST Jack Barnes al presidente cubano Raúl Castro en noviembre de 2016 a raíz del fallecimiento de Fidel Castro. En ella, Barnes señaló que el “mayor logro de Castro fue forjar en la lucha cuadros revolucionarios, cuadros comunistas, capaces de dirigir a los trabajadores y agricultores de Cuba a establecer el primer territorio libre de las Américas y defenderlo con éxito por más de cinco décadas y media” —¡ahora ya más de seis!— “de la determinación de destruirlo del imperio más poderoso y brutal que ha conocido el mundo”.
La Revolución Cubana se ha distinguido desde sus inicios por su historial proletario internacionalista: enviando combatientes voluntarios para ayudar a las luchas antiimperialistas, o médicos y enfermeras para atender a víctimas de terremotos y huracanes, y para combatir el ébola y la COVID-19.
“Los gobernantes capitalistas norteamericanos temen que los trabajadores y agricultores de todo el mundo, incluyendo aquí en Estados Unidos, sigan el ejemplo vivo de la revolución socialista de Cuba”, dijo Koppel.
Transforman relaciones sociales
El liderazgo de la Revolución Cubana inculcó en el pueblo trabajador la confianza en sus propias capacidades para transformar y dirigir la sociedad, dijo Koppel. Esta transformación comenzó durante la guerra revolucionaria, cuando el Ejército Rebelde comenzó a organizar al pueblo trabajador en las regiones liberadas para hacerse cargo de la salud, la educación, la justicia y la agricultura.
En los días posteriores a la insurrección popular del 1 de enero de 1959 que derrocó la dictadura respaldada por Washington de Fulgencio Batista, el Ejército Rebelde atravesó la isla y Castro habló con multitudes de trabajadores y campesinos a lo largo del camino para explicar por lo que estaban luchando.
Los campesinos fueron liderados para llevar a cabo una profunda reforma agraria. Los trabajadores “tomaron cada vez más control de las condiciones de trabajo. Expropiaron las fábricas, los bancos y los latifundios de los capitalistas, y comenzaron a organizar la economía para satisfacer las necesidades de la mayoría, no las ganancias de una pequeña clase explotadora”, dijo Koppel. “Se tomaron medidas decisivas para prohibir la discriminación racista e incorporar a millones de mujeres a la actividad económica, social y política”.
En 1961 un ejército de maestros voluntarios, en su mayoría adolescentes, se desplegó por el campo y acabó con el analfabetismo en un año, lo que también ayudó a romper las divisiones entre los trabajadores de la ciudad y el campo, dijo Koppel. En abril de ese año el pueblo cubano derrotó una invasión mercenaria organizada por Washington en menos de 72 horas.
A medida que lo hacían, dijo Koppel, el liderazgo cubano se propuso “brindar apoyo a aquellos alrededor del mundo que luchaban por liberarse de la opresión imperialista, desde Argelia hasta Angola, un curso de solidaridad internacional que continúa hasta el día de hoy”.
Lo que hace diferente a la Revolución Cubana son estas relaciones de clase, basadas en la expropiación de los explotadores capitalistas y construidas a lo largo de décadas impulsando la conciencia de clase trabajadora. Por eso los gobernantes estadounidenses están decididos a destruirla. Y por eso es tan importante que el pueblo trabajador de todo el mundo la defienda.
Cuba, como el resto del mundo, se ve afectada por la crisis económica capitalista mundial, dijo Koppel. El embargo contra Cuba impuesto por Washington y que obliga a otros países a que lo cumplan limita drásticamente el acceso de Cuba a las divisas necesarias para comprar alimentos, fertilizantes, combustible, medicinas, repuestos y otras necesidades. El impacto del embargo ha sido agravado por la pandemia, que ha diezmado el turismo, una importante fuente de divisas.
“A pesar de estos desafíos, el gobierno cubano ha buscado garantizar la atención médica y las necesidades básicas a la población e involucrarla en el proceso”, dijo Calero.
Durante el intercambio con el público Koppel señaló la respuesta colectiva del pueblo cubano a la pandemia. “Nadie ha sido abandonado a su suerte”, dijo. “Y Cuba ahora ya ha vacunado completamente a una cuarta parte de su población con su propia vacuna extremadamente efectiva. Lo han hecho a la vez que han mantenido cerca de 30 mil médicos y enfermeros voluntarios en todo el mundo”.
El 11 de julio hubo protestas en Cuba “orquestadas por grupos e individuos opuestos a la revolución que reciben fondos del gobierno norteamericano”, dijo Calero. “Estos grupos se aprovecharon de las dificultades y los efectos de las sanciones de Washington que se han venido acumulando. Muchas personas, incluidas algunas que apoyan al gobierno, se vieron envueltas en las protestas porque no ven un fin a las dificultades que enfrentan”.
Esto se ve agravado a medida que desaparecen las ilusiones entre algunos cubanos de que el presidente Joseph Biden revocaría algunas de las restricciones más draconianas del embargo punitivo de Washington.
Pero ante la acumulación de estas presiones en Cuba, los capitalistas estadounidenses no tienen ninguna intención de dar marcha atrás en su esfuerzo bipartidista para apretar las restricciones económicas destinada a derrocar la Revolución Cubana, un esfuerzo mantenido por las 12 administraciones estadounidenses desde 1959.
Tanto los enemigos abiertos de la revolución como liberales y “socialistas” son parte de la actual ofensiva política contra la Revolución Cubana, dijo Calero. Mencionó el ejemplo de Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista socialista del Partido Demócrata de Nueva York, quien pide el fin del embargo mientras que a la vez respalda las recientes protestas provocadas por Washington en Cuba, repitiendo “las gastadas calumnias de que el gobierno cubano es una dictadura que viola los derechos humanos”.
En la discusión, un participante señaló que entre muchas de las personas en Estados Unidos que se oponen al embargo hay quienes dicen que no deberíamos poner demasiado énfasis en la revolución socialista. Dicen que esto es la mejor manera de convencer a políticos y negociantes “progresistas” que podrían unirse para exigir el fin de aspectos del embargo por sus propias razones, una estrategia que, según ellos, es más probable que tenga éxito. Detrás de este juicio está su prejuicio de que los “atrasados trabajadores en Estados Unidos” nunca podrán ser ganados a apoyar una revolución socialista.
“Cuanto más fuerte sea la revolución, mejores serán las posibilidades de obligar a los gobernantes norteamericanos a que den marcha atrás en sus ataques”, dijo Koppel. “Eso es lo que ha demostrado la historia”.
La defensa de la Revolución Cubana es parte de impulsar la lucha de clases aquí, dijo. “La mejor ayuda que podemos brindar al pueblo cubano es impulsar las luchas obreras en Estados Unidos”, dijo Calero.
“Las lecciones que brindan la Revolución Cubana y su liderazgo marxista no pueden separarse de la tarea de construir un partido comunista aquí para dirigir a la clase trabajadora a la toma del poder en Estados Unidos”.
“Para los jóvenes y trabajadores que hoy están despertando a la crisis del capitalismo y quieren hacer algo al respecto, es esencial que estudien, asimilen y utilicen las lecciones de la Revolución Cubana porque serán decisivas en determinar quién ganará las batallas de clases venideras, la clase trabajadora o los matones fascistas que los gobernantes capitalistas desatarán”, dijo Calero. Por eso es que el Partido Socialista de los Trabajadores dedica tanto tiempo a publicar y promover el estudio de libros de los dirigentes de la revolución.
Calero señaló los esfuerzos del gobierno cubano y las organizaciones de masas para hacer posible que todos los cubanos, incluidos aquellos con discapacidades físicas y de otro tipo, participen activamente en la sociedad y desarrollen todo su potencial. Esto incluye desde programas de cine para ciegos hasta medidas especiales debido al embargo para garantizar prótesis auditivas y otros equipos para personas con necesidades especiales.
Solidaridad humana vs. barbarie
“Lo que subyace la determinación del pueblo cubano de defender las conquistas de la revolución e impulsar las aspiraciones sociales y políticas del pueblo trabajador en todo el mundo es su profundo sentido de solidaridad social e internacionalismo”, dijo Calero.
“La revolución socialista utiliza la diversidad humana. Busca proporcionar a los seres humanos los avances científicos y culturales que se han acumulado durante siglos de actividad humana, para permitir el desarrollo de cada persona a su máximo potencial. Este ha sido un principio rector de la Revolución Cubana desde el principio.
“Estos valores solo pueden ser producidos por una revolución socialista. Valores que millones de trabajadores en Estados Unidos pueden reconocer y por los que se les puede ganar a luchar”, dijo Calero.
Inestabilidad económica, crisis de guerra y batallas de clases a gran escala están por venir, dijo. Señalando el centro de Manhattan con sus tiendas cerradas y miles de trabajadores sin hogar, dijo: “Así era Cuba para el pueblo trabajador antes de la revolución y es lo que el capitalismo ofrece”.
“El Partido Socialista de los Trabajadores ve la construcción de un partido obrero revolucionario en Estados Unidos como la tarea central en defensa de la Revolución Cubana. Les invitamos a que se nos unan”.