Marcan 80 aniversario de masacre nazi en Babyn Yar en Ucrania

Por Terry Evans
25 de octubre de 2021
Marcha de Recordación el 3 de octubre a nuevo monumento en el 80 aniversario de la masacre nazi de más de 30 mil judíos en Babyn Yar cerca de Kiev, Ucrania en 1941.
Reuters/Anastasia Vlasova Marcha de Recordación el 3 de octubre a nuevo monumento en el 80 aniversario de la masacre nazi de más de 30 mil judíos en Babyn Yar cerca de Kiev, Ucrania en 1941.

El 80 aniversario de la masacre de más de 30 mil judíos por las tropas nazis en Babyn Yar, en las afueras de Kiev, Ucrania, en 1941 se conmemoró en el lugar de la masacre el 29 de septiembre. Más de 100 mil personas, en su mayoría judíos, pero también romaníes, prisioneros soviéticos y partisanos ucranianos fueron masacrados en el mismo lugar durante los dos años siguientes. Fue parte del Holocausto genocida del gobierno nazi alemán en el que fueron masacrados 6 millones de judíos en toda Europa.

En las décadas posteriores el régimen estalinista de la Unión Soviética ocultó las masacres en Babyn Yar. Pero al final no lograron borrar la memoria de lo que hicieron los nazis apoyados por ucranianos derechistas.

En Alemania, a principios de la década de 1930, el Partido Comunista y el Partido Socialista no aprovecharon la oportunidad para dirigir a los trabajadores a la toma del poder durante una grave crisis y un auge en las luchas obreras. Cada vez más sectores de la clase capitalista recurrieron a los fascistas de Adolfo Hitler para aplastar esas luchas y preservar su dominio. Los nazis usaron a los judíos como chivos expiatorios culpándolos de la crisis económica y social, y lanzaron ataques asesinos contra ellos y contra los sindicatos, los trabajadores militantes y los comunistas.

Bajo el dominio nazi, Berlín se preparó para la próxima guerra mundial, luchó para apoderarse de los mercados y territorios de los rivales de los gobernantes alemanes en el Reino Unido y Estados Unidos, y contra la Unión Soviética.

Las fuerzas alemanas invadieron Polonia y luego la Unión Soviética, ocupando Kiev en 1941. Ordenaron a todos los judíos de la ciudad que fueran a la estación de tren, difundiendo rumores de que los iban a enviar a Palestina. Los llevaron al barranco de Babyn Yar, los desnudaron y los mataron a tiros por millares entre el 28 y el 29 de septiembre. Solo 29 sobrevivieron. En 1939, antes de la invasión alemana, la población judía de Kiev era de 175 mil personas. Hoy solo hay 48 mil judíos en todo el país.

La conmemoración de la masacre de Babyn Yar este año incluyó una marcha que rememoró los pasos de los asesinados en el barranco. Asistió el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy. Las escuelas realizaron programas especiales sobre lo sucedido ese día. El presidente israelí Isaac Herzog, asistió a otra conmemoración en Kiev que tuvo lugar el 6 de octubre.

Estalinistas ocultan los hechos

Para borrar toda evidencia de la masacre, en 1943 las unidades nazis trajeron a judíos de los campos de concentración cercanos para exhumar y quemar los cuerpos de Babyn Yar.

Después de la derrota de los nazis, la burocracia estalinista en Moscú restableció el control sobre Ucrania y continuó encubriendo la masacre de los judíos. Stalin había liderado una contrarrevolución en la década de 1920 contra el programa de la revolución socialista de 1917 dirigida por los bolcheviques que llevó al poder a los trabajadores y agricultores.

El gobierno bolchevique, dirigido por V.I. Lenin, puso fin a los pogromos contra los judíos bajo el gobierno de los zares. Garantizó los derechos políticos de los judíos y alentó un renacimiento de la cultura judía. También concedió el derecho a la autodeterminación y la autonomía a las naciones como Ucrania, que durante mucho tiempo había sido oprimida por Moscú.

Un aspecto crucial de la contrarrevolución dirigida por Stalin fue el reino de terror que impuso contra los trabajadores y revolucionarios en Ucrania. Las políticas de Lenin que concedían la autodeterminación a Ucrania fueron revocadas. Un resurgimiento del odio a los judíos fue otra consecuencia. “Los principales cuadros de la burocracia en el centro y en las provincias procuran desviar la indignación de las masas trabajadoras hacia el odio contra los judíos”, dijo el dirigente bolchevique León Trotsky desde el exilio en 1937.

A partir de 1948 la burocracia soviética incrementó sus ataques de odio antijudío. Arrestó a escritores e intelectuales judíos. Justo antes de la muerte de Stalin en 1953, fabricó la difamatoria “Conspiración de los médicos”, incriminando a los médicos judíos por supuestos planes de envenenar a funcionarios del gobierno.

Para acabar con la presión constante de que se levantara un monumento en Babyn Yar, los gobernantes estalinistas planearon llenar el barranco y convertirlo en un estadio deportivo en 1957. Pero la presión para que se dijera la verdad no desapareció.

En 1961, el poeta Yevgeny Yevtushenko visitó el barranco y escribió el poema “Babi Yar”. El poema empieza diciendo “No existe monumento en Babi Yar”. Cuando Yevtushenko conoció al primer ministro soviético Nikita Jrushchov en 1962, le leyó las últimas líneas de su poema:

“No soy judío. Como si lo fuera,

me odian todos aquellos.

Por su odio

Soy y seré un verdadero ruso”.

“Camarada Yevtushenko, este poema no tiene cabida aquí”, le dijo  Jrushchov regañándolo. A principios de ese año, Jrushchov había afirmado: “No hay una cuestión judía en nuestro país”. Cuando Yevtushenko visitó Cuba revolucionaria y escribió un poema alabando su internacionalismo, el régimen estalinista en la Unión Soviética le revocó su pasaporte.

En 1966, en el 25 aniversario de la masacre, miles se congregaron en el barranco para una manifestación no autorizada. Entre los que hablaron allí se encontraba Ivan Dzyuba, un comunista de Ucrania.

“Babyn Yar es una tragedia para toda la humanidad”, dijo Dzyuba. “Pero sucedió en suelo ucraniano. Y, por lo tanto, un ucraniano no debe olvidarla tanto como un judío.

“Nosotros, los ucranianos, debemos combatir cualquier manifestación de antisemitismo entre nosotros o falta de respeto a un judío y la incomprensión del problema judío”.

Dzyuba escribió ¿Internacionalismo o rusificación? en defensa de las políticas de Lenin en la década de 1920 que fueron derrocadas por Stalin.

En 1976 funcionarios erigieron un monumento en Babyn Yar, pero el monumento no mencionaba el hecho de que la gran mayoría de las víctimas murieron por ser judías. Fue solo con la caída del régimen estalinista en Moscú en 1991 y la independencia de Ucrania que las autoridades finalmente erigieron un monumento y reconocieron que lo que hicieron los nazis fue parte del Holocausto.

La conmemoración es importante para el pueblo trabajador. Es un recordatorio del precio que paga la humanidad si no se construye un partido que pueda llevar a millones de trabajadores y agricultores a quitarle el poder político a la clase capitalista cuando las condiciones se presentan. Solo así podemos evitar que fascistas desaten ataques genocidas contra los judíos, como el de Babyn Yar, y evitar que aplasten al movimiento obrero como parte de sus esfuerzos para salvar y perpetuar la explotación capitalista.