Quince días después de que una veintena de conductores de taxis amarillos de la ciudad de Nueva York iniciaran una huelga de hambre, el alcalde Bill de Blasio, el senador Chuck Schumer y el Comisionado de Taxis y Limusinas Aloysee Heredia Jarmoszuk anunciaron el 3 de noviembre el acuerdo al que habían llegado la alcaldía, la Alianza de Trabajadores de Taxi de Nueva York y Marblegate Asset Management, el mayor acreedor de préstamos para taxistas, para comenzar a abordar las abrumadoras deudas que enfrentan muchos conductores-propietarios de los llamados medallones.
Según el acuerdo, la alcaldía pagará 30 mil dólares a Marblegate por cada uno de sus préstamos pendientes. El prestamista, a su vez, reducirá la cantidad que debe cada propietario de medallón de taxi a 170 mil dólares, pagables durante 20 años con un 5 por ciento de interés. Los pagos del servicio de la deuda cubiertos por el acuerdo deben tener un tope de 1,122 dólares por mes. La alcaldía se compromete a garantizar los préstamos, es decir, pagará la deuda si algún taxista entra en mora.
Los conductores de taxis amarillos suspendieron la huelga de hambre que realizaban frente al ayuntamiento cuando recibieron la noticia.
“Conocí a uno de los nueve conductores que se suicidó”, dijo al Militante Augustine Tang, de 37 años, uno de los taxistas en huelga de hambre. “Después de años con la carga y las presiones de la incertidumbre, la pérdida de hogares, el crédito, no tener una vida decorosa al jubilarse, es increíble que hayamos ganado esto”.
El medallón es la licencia que vende la alcaldía, que debe portar cada taxi amarillo, y los autoriza a recoger pasajeros en la calle. Marblegate es acreedora de lo que habían sido préstamos altamente rentables de aproximadamente 4 mil de los 13,500 medallones de la ciudad.
“Los propietarios de medallones”, cubiertos por este acuerdo, “son solo el 2 por ciento de la fuerza laboral de conductores”, dijo Tang.
De hecho, hay una amplia variedad de conductores de vehículos de alquiler, desde los que trabajan para aplicaciones como Uber, hasta los servicios de automóviles y limusinas, los trabajadores que alquilan de propietarios de medallones, y los conductores de taxis verdes limitados a la zona norte (uptown) de Manhattan y distritos exteriores, entre otros. Algunos conductores trabajan en dos o tres de estas categorías. Las horas de servicio, la propiedad del automóvil y las tarifas de pago varían ampliamente.
El precio promedio de un medallón comenzó a dispararse en 2002, de 200 mil dólares a más de un millón en 2014. La alcaldía se embolsó grandes cantidades de dinero promoviéndolos como algo “mejor que la bolsa de valores” para invertir y los vendió a medida que subían sus precios y recaudaba impuestos sobre las ventas. Para comprarlos, la mayoría obtuvo enormes préstamos de cooperativas de crédito y los bancos. A finales de 2014, la burbuja estalló y el precio se desplomó por debajo de los 200 mil dólares. Entonces, Marblegate comenzó a comprar los préstamos.
Otros prestamistas, que en su conjunto son dueños de alrededor del 60 por ciento de los préstamos pendientes, aún tienen que decir si aceptarán el trato.
“Esperamos que otros prestamistas se agreguen”, dijo Erhan Tuncel, otro de los huelguistas.
Eric Oppong conduce un taxi, pero lo alquila del dueño del medallón. Recordó las protestas de dueños de medallones hace un par de años para denunciar los préstamos y precios depredadores, “me dije: ‘Estoy con ellos. No soy uno de ellos, pero puedo ponerme en su lugar’. Espero que hayan recibido un poco de alivio”.
Actualmente hay 159 mil conductores con licencia de la Comisión de Taxis y Limusinas de la ciudad, aunque muchos dejaron de conducir durante los cierres gubernamentales por la pandemia y la caída del turismo. Muchos aún no han vuelto a las calles a trabajar.