WORCESTER, Massachusetts — Enfermeros y enfermeras afiliados a la Asociación de Enfermeras de Massachusetts en el Hospital St. Vincent han estado en huelga contra este centro propiedad de Tenet durante 10 meses.
Con un voto de 487 a favor y 9 en contra el 3 de enero aprobaron un contrato que establece un límite de cuatro pacientes por enfermera en varias áreas del hospital donde anteriormente tenían que atender a cinco. Las enfermeras se mantuvieron firmes por el tiempo que fue necesario para obtener más control sobre las condiciones de seguridad y trabajo en el hospital.
Las enfermeras también lograron poner límites a las prerrogativas de los patrones de enviar a las enfermeras a su casa antes del fin del turno, lograron mejores beneficios de seguro médico para las enfermeras a tiempo parcial, aumentos salariales y el derecho de todas las enfermeras en huelga a regresar a los puestos que ocupaban antes del paro.
“Esta es una gran victoria para nuestros pacientes y nuestros miembros, y es un testimonio del valor y la determinación de cada enfermera y enfermero que caminó en esa línea de piquetes, día tras día”, dijo Marlena Pellegrino a la prensa. Ella es una enfermera registrada desde hace 35 años en el hospital y es copresidenta de la unidad de negociación local de las enfermeras, que representa a más de 700 enfermeras. “Sentimos el peso de todo el movimiento obrero sobre nuestros hombros. La huelga no se trataba de nosotros, se trataba de todas las luchas”.
“Teníamos una cosa en común que unía a las enfermeras: los pacientes no estaban siendo atendidos”, le dijo al Militante. “Nos mantuvimos afuera hasta que todos pudimos entrar juntos bajo nuestros propios términos”.
El sindicato pensó que habían llegado a un acuerdo a mediados de agosto que habría mejorado los niveles de personal. Pero los dueños de Tenet anunciaron que no permitirían el regreso de más de 100 de las enfermeras más experimentadas a sus puestos porque tenían la intención de emplear a los rompehuelgas. Dijeron que le ofrecerían a estas enfermeras veteranas que participaron en la huelga puestos menos deseables.
“Fue casi como una guerra adicional tener que mantener la huelga durante los últimos meses”, dijo Pellegrino. “El hospital continuaba tratando de destruir al sindicato”.
Debido a la duración de la huelga, las enfermeras perdieron ingresos del subsidio de desempleo y cobertura médica. Pellegrino dijo que el sindicato trabajó con cada enfermera para hacer lo que fuera necesario para que no cruzaran la línea de piquetes. “Si alguien tenía problemas, nos acercábamos para ayudar”, dijo. “Había enfermeras que no habían buscado otro trabajo en 35 años. Trabajamos juntos en su currículum para que fueran contratadas. Algunos de nosotros vivimos a unos minutos del hospital, pero aceptamos trabajos a una hora de distancia.
“Muchas enfermeras no se conocían antes de la huelga. Ahora estamos más unidos y conocemos las familias de los demás. Crecimos en carácter y fortaleza”, dijo. “La empresa libró una guerra psicológica contra nosotros. Puso a prueba nuestra humanidad. No se trataba del contrato, sino de nuestra propia decencia y principios morales. ¿Te venderías? La mayoría dijo ‘¡No!’
“No importaba qué era lo que necesitábamos, siempre podíamos acudir a la línea de piquetes. Nos retroalimentamos unos a otros para sostener la lucha y la energía. Fue una cosa hermosa”. El sindicato mantuvo la línea de piquetes 18 horas al día mientras duró la huelga y mantuvo abierto un cuartel de la huelga que acogió la solidaridad y las donaciones. Delegaciones de muchos sindicatos y grupos de trabajadores visitaron la línea de piquetes y asistieron a los mítines convocados por el sindicato.
“Nunca nos sentimos solas. La comunidad y muchos otros entendieron”, dijo Dominique Muldoon, otra enfermera registrada y dirigente de la huelga en el hospital. “Solíamos esperar por el tren que pasa debajo del hospital a las 9 o 10 p.m. porque la tripulación siempre tocaba la bocina para demostrar que estaban de nuestro lado. Esta huelga muestra que cuando estás resuelto puedes ganar”.
Lucha para implementar el contrato
“La lucha no ha terminado”, dijo Bill Lahey, enfermero durante 40 años en St. Vincent y miembro del comité de negociación, y señaló que tendrán que luchar para implementar el contrato cuando regresen al trabajo. La directora ejecutiva del hospital, Carolyn Jackson, dice que todas las enfermeras que elijan hacerlo deben regresar a trabajar antes del 22 de enero. Dijo que solo alrededor de 400 de las 600 que aún están en huelga regresarían, porque muchas ahora tienen otros trabajos. Los líderes sindicales dijeron que unas 140 enfermeras habían cruzado la línea de piquetes.
“Están tratando de conseguir que las enfermeras de reemplazo nos odien”, dijo al Militante Teresa Brouillet, enfermera durante 12 años en el hospital. “Una de ellas está en contra del sindicato y circuló una petición para descertificar a la Asociación de Enfermeras de Massachusetts como el sindicato que representa al personal de enfermería en el hospital”.
“Muchos de los reemplazos son recién graduados”, dijo Brouillet. “Todos los reemplazos se quedarán, pero tienen que moverse a nuevas posiciones. No hemos acosado a nadie. Vamos a hablar con ellos uno a uno y explicarles las mejoras de personal que ganamos. Deberían de comparar los seis pacientes que hay que atender donde yo trabajo ahora con los cuatro que tendremos bajo el nuevo contrato”.