Tanque ruso destruido cerca de Kyiv. A ocho meses de su invasión de Ucrania, Moscú está bombardeando sistemáticamente áreas civiles en las principales ciudades y destruyendo infraestructuras vitales, a medida que una contraofensiva ucraniana amenaza con retomar la ciudad de Jersón en el sur. Esto ha fortalecido la voluntad del pueblo ucraniano para defender su independencia y derrotar la invasión.
“Cada bomba hace lo contrario de lo que quieren. Solo nos hace estar más unidos”, dijo Raisa Yuriyvna, una jubilada ucraniana, al Financial Times.
Los ataques con misiles y drones de Moscú pretenden paralizar los suministros de electricidad, agua y gas de Ucrania, que afecta a millones de personas mientras se acerca el invierno, causando apagones en más de 10 regiones.
Los trabajadores en Ucrania han sido un pilar de la resistencia contra la invasión. Sus iniciativas en apoyo del ejército ucraniano llevaron a la derrota de la ofensiva de Moscú para tomar Kyiv. Decenas de miles se han entrenado para combatir mientras otros han formado redes de voluntarios para proveer ayuda y para la reconstrucción.